Capítulo 1. Me importa muy poco.
-Ya hemos hablado de esto como mil veces Sky.- Dice mi madre con los brazos en jarra.
-¡No hagas como si fueses mi amiga o como si todo esto fuese normal! -le grité yo harta de que, una vez más, las decisiones importantes de mi vida las tomasen mis padres. Tengo 16 años se supone que ya puedo empezar a decidir por mi misma y más tratandose de algo así.
-Skyler eres muy cansina, la decisión está tomada, vete a vestirte y a terminar tu maleta o te juro que irás tal y como estás.- sentenció mi padre, el hombre más serio de la faz de la tierra.
Miré hacia abajo, mi pijama favorito enfundaba mi cuerpo, está algo desgastado y tiene alguna que otra mancha de chocolate causada por el desayuno de esta mañana.
Bufé, la verdad es que era cierto, la decisión ya estaba tomada e incluso ya me habían designado una habitación en el internado, de nada serviría mi rebeldía, además si ya de por sí era aterrador ir a aquella especie de Hotel lleno de adolecetes estar vestida de aquel modo no me ayudaría demasiado.
Al menos hay una parte buena, nadie me conoce, después del espectáculo que di con Camille en final de curso en el cual terminamos en ropa interior y llenas de pintura mientras cantabamos Hakuna Matata del Rey León sobre el escenario del instituto con el alcalde presente... volver allí no me hacía una especial ilusión.
Subí con pesadez las inmensas escaleras que dividían la casa en dos.
Pasé delante de la habitación de mi hermano no sin antes aporrearla para que se despertarse, no era justo que yo tuviese que internarme y él no.
-Soy mayor que tú, ¡Déjame en paz de una vez!- sólo me llevaba dos años, lo cual significaba que era mayor de edad y podía hacer lo que le diese la gana. Si mis padres lo dejaban.
Es irónico ¿no? Te pasas toda tu adolescencia esperando a tener dieciocho años y luego es igual, solo que las discusiones cambian un poco.
Con menos de dieciocho:
-Pero mamá, ¡quiero ir a esa fiesta!
-Cuando tengas dieciocho harás lo que quieras.
Con dieciocho años:
-Pero mamá, ¡ya soy mayor de edad y quiero ir a esa fiesta!
-Mientras vivas bajo mi techo harás lo que te ordene.
En esta situación Jake se salvaba, mis padres no querían que estuviésemos demasiado cerca, ellos dicen que yo le presiono a hacer travesuras, pero bueno, no fue mi culpa que lo echaran de su trabajo en Starbucks por pedirle amablemente y sin fotos suyas embarazosas que me diese todos los cupones de una bebida gratis que no le pertenecían.
Finalmente llego a mi cuarto, casualmente mis maletas están echas, eso en mi opinión expresaba las ganas que tenía mi hermano de tener la casa solo para él, ya que después de dejarme en el internado mis padres cogerían un avión que les llevaría a Estados Unidos.
Revisé todos los cajones para asegurarme de que no se me olvidaba nada, era aterrador ver mi cuarto tan vacío, nunca había estado así.
¿A quién quiero engañar? Realmente eso me importa muy poco, lo que de verdad me aterra es la idea de quedarme sola.
Agito mi cabeza como si eso hiciese que mis pensamientos se esfumasen.
¿Qué estaba haciendo? Ah si, debía vestirme.
Abro la maleta y saco lo primero que logro coger, muy brillante por parte de Jake no dejar nada fuera para poder vestirme, disculpenle, desde que lo conozco es así, el año pasado casi le dan el premio al más estúpido, por suerte o por desgracia se lo dieron a mi ex-novio.
Termino de subirme los pantalones y al parecer abrochar el botón suponía un gran desafío debido a que eran mis favoritos, Jake sabía que eran mis favoritos.
Salgo de mi habitación para dirigirme al baño pero claro, lo malo de despertar a Jake, a parte de que pueda hablar y moverse, es que siempre va al baño, parece que tiene una alarma.
Lo bueno de esta casa es que es muy grande y hay varios baños, lo malo es que es muy grande y todo esta muy lejos.
Arrastrándome llego al cuarto de baño y cojo un cepillo, trato de desenredar mi pelo liso sin arrancar demasiados cabellos, me lavo los dientes y uso uno de los perfumes más caros de mamá que le saqué sin permiso de su maleta, ya que no podía hacer una gran venganza que menos que esto.
De camino a las escaleras me apetece molestar a mi hermano que ha bajado a desayunar, me meto en su cuarto y le escondo el cargador del móvil y los auriculares, se morirá cuando no los encuentre.
Ahora si, bajo contenta por las escaleras tarareando la bella canción Hakuna Matata, la cual mis padres por algún extraño motivo odian.
Les espera un largo viaje hasta el internado.
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Querido Mujeriego: ¡Necesito Tu Ayuda!
Teen FictionIMPORTANTE: LEER PRIMERO LA APUESTA [#wattys2015] Por primera vez en la historia de Wattpad el chico por el que se muere la protagonista la ignora, por si no fuese suficiente, sus padres viajan tanto últimamente que la han tenido que meter en un in...