Capítulo 14.

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—¡Claro...! —dije con falsa ilusión.— Bueno Harry estate atento a todo lo que haga ¿okey?

Asintió, cogí mi tabla, me subí encima y comencé a remar con mis brazos en busca de una buena ola. Kendall me sigue. ¿Es en serio? Porque si es una broma la verdad es que no tiene gracia.

Se va a enterar. Divisé una buena ola y nadé a toda prisa hacia ella, Kendall me imitó. ¡Es mi maldita ola!

Sin importarme nada, me subí a la cresta de la ola. Desde allí me sentía completamente libre, los trucos me salían solos, perdía el control de mi cuerpo. Sin darme cuenta las dos estábamos allí, con todos mirándonos asombrados. Kendall es realmente buena surfeando, me sentía bien estando allí en su compañía. Era extraño.

Cuando nos bajamos nos dejamos empujar por el viento hasta la orilla.

—Bien hecho —le dije agotada mientras me levantaba de la tabla y la agarraba con una mano.

—Gracias, tu lo haces genial. —me sonrió.

Dejamos caer las tablas en la arena y nuestros cuerpos agotados y reímos sin motivo alguno.

Había sido un buen rato.

Mientras estábamos acostadas Harry le habló a Dylan.

—Wow que pasada de novia tienes. —dijo mirando fijamente a Kendall. Dylan le miró con asco.

—A lo tuyo. —contestó con brusquedad.

—¿Todavía sigues enfadado por aquello? Vamos tío éramos los mejores amigos y ahora ni me tragas.

—Tu te lo ganaste, campeón. Y si no te importa me gustaría que no volvieras a dirigirme la palabra. Nunca. —dijo tajante. No sé lo que pasó entre ellos... Pero tuvo que estar muy fuerte.

Luego de decir eso se quitó la camisa y se tiró a la orilla.

—¡Chicas! ¡Socorro me ahogo!

—¡Vamos! ¿No sabes hacerlo mejor? ¡El agua ni siquiera te cubre las piernas!—preguntó Kendall divertida

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—¡Vamos! ¿No sabes hacerlo mejor? ¡El agua ni siquiera te cubre las piernas!—preguntó Kendall divertida.— Aún así iremos a socorrerle.— dijo mirándome con complicidad.

Kendall le agarró de los pies, yo de las manos y lo arrastramos a la arena.

—Parece que no respira. —bromeé— creo que se le ha metido agua en los pulmones.

Le presioné el pecho fuerte hasta que se dio por recuperado, rogándome que parara mientras reía. Me alejé un poco y se acercó Kendall.

—Creo que debemos de asegurarnos de que se encuentre bien del todo doctora... —Dylan le susurró algo.— Williams, creo que debo practicarle él boca a boca.

Querido Mujeriego: ¡Necesito Tu Ayuda! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora