Dolorosa entrega

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Siguiendo la orden del más alto se dirigió a su casa, estaciono en la puerta del edificio y con mucha dificultad ayudo a Jung Min a entrar a su departamento. Cerró la puerta y lo tomó por la cintura evitando que se desplomaran en el piso pero tropezó con sus pies, hizo una maniobra para no soltarlo y quedo frente a su rostro. Los ojos del mayor eran tan profundos e intensos que se perdió en ellos en el primer segundo solo tomó conciencia cuando sintió como sus labios eran poseídos salvajemente por Jung Min, dolía la manera en que lo hacía, no podía seguir su ritmo pero no quería alejarse. 
El mayor lo alzo hasta su cintura obligándolo a rodear sus piernas en ella sin dejar de besarse. Haciendo caer todo a su paso y chocando con las paredes entraron a la habitación, fue arrojado a la cama y rápidamente el mayor se subió encima empezando a besar su cuello, sin perder tiempo fue despojado de sus ropas y dejándose llevar por la pasión empezó a desvestir al mayor también. Sin detenerse a admirar el cuerpo desnudo de Hyung Jun emprendió a besar su pecho haciéndolo gemir, bajó a su estómago y lamió dejando pequeñas marcas en el cuerpo del menor. Siendo totalmente egoísta no deparó para atender el miembro ya despierto de Jun, descendió aun mas, abrió sus piernas, acomodandolas a sus lados, alineando su miembro y sin preparación alguna empezó a ingresar su miembro en la entrada ajena. 

—¡Jung Min!. No, por favor- rogó — Es mi primera vez con un hombre. — dijo Jun cerrando fuertemente sus ojos 
— Te va a gustar — se limito a decir Jung Min volviendo a jugar con su cuello marcando esa piel tan blanca que poseía Jun

Entro de una sola vez, haciendo que cayeran  lagrimas de los ojos del menor por la brusquedad con que había sido penetrado

— Tranquilo — dijo con voz ronca esperando que el menor dejara de revolverse bajo suyo y se acostumbrara a la intromisión, la única demostración de delicadeza de la noche por su parte. 

Apoyó su frente en la frente del más bajo y empezó a embestirlo. 
A pesar del dolor de que era víctima Hyung Jun, no podía sentirse más feliz, estaba siendo de Park Jung Min, le estaba entregando todo de él y lo disfrutaba. Con la vista perfecta, frente al rostro de quien amaba, después de tantos años al fin lo tenía  tan cerca como había soñado. Las embestidas que le proporcionaba Jung Min dejaron de ser dolorosas para dar paso al placer, haciendo que su miembro doliera por el olvido así que empezó a masturbarse. Sus respiraciones cada vez más aceleradas, sus gemidos más audibles y el vaivén más rápido. 

— Tan estrecho— dijo Jung Min encima de la boca del menor en medio de gemidos sintiendo como su miembro era aprisionado por las cálidas paredes de Jun

Unos minutos más y ambos terminaron por alcanzar el clímax, los brazos del mayor no soportaron más el peso e hicieron que se desplomara en el pecho de Jun. El menor sonrió, levanto su mano tomando el cabello de Jung Min y empezó a acariciarlo con total dulzura.

— Te amo, Jung Min— le dijo al oído y se quedaron dormidos. 



La luz que filtraba por la ventana pegándole en el rostro hizo que se despertara, empezó a moverse pero sintió a alguien abrazado a su cuerpo. — ¿Que carajos? — Se preguntó al notar que tenía a su lado a un compañero de trabajo
— Jun...— dijo en un susurro.

Se separo rápidamente levantándose de la cama empezando a buscar sus ropas pero el ruido provocado despertó al menor 

— Jung Min — llamo Hyung mientras lo observaba con una sonrisa en el rostro al recordar lo que habían hecho 

En cambio Jung Min solo mostraba su rostro severo como siempre. Termino de vestirse y miro fijamente a Jun 

— Olvida lo que sucedió anoche —

Diciéndo eso salió de la habitación dejando al menor en la cama mientras se desvanecía la sonrisa con la que había amanecido. 

Nunca en su vida se sentiría tan humillado, corrían lágrimas por su mejilla pero ya no eran de tristeza y mucho menos porque su gran amor no correspondía a sus sentimientos, para nada. Eran lágrimas de enojo hacia quien amaba pero sobre todo hacia el mismo.
Lo único que le faltaba a Jung Min para hacerlo sentir peor era haberle tirado unos billetes sobre la cama, así era como se sentía en esos momentos: un cuerpo cualquiera que le ayudó a distraerse, un hombre de la noche. Indignante. 
Había lastimado su orgullo. Ahora si estaba convencido de que jamás significaría algo para el mayor, jamás seria una persona especial que le hiciera sonreír. Jamás. 
Y como en ningún otro momento estaba totalmente decidido a olvidar ese amor, no lo odiaría, él no era de ese tipo de personas, poco a poco borraría todo rastro de ese sentimiento. 
 

El trabajo, un gran ayudante para la distracción, agradecía estar repleto de proyectos para esa semana, sobre todo uno: un evento a reconocimiento de un corredor automovilístico importante a nivel nacional e internacional, periodistas de todos los medios vendrían para conocerlo ya que era alguien difícil de acercarse. El y su amigo eran los organizadores así que debían ser totalmente cuidadosos y responsables. Menuda responsabilidad la que cargaban sobre sus hombros. 

— Jun, ¿que te sucede? Últimamente estas muy callado — Le interrumpió el Hyun Joong con cara de preocupación 
— Nada, solo estoy nervioso— dijo sonriendo 

No tenía el valor de contárselo. Tenía vergüenza por haber sido tan fácil ante Jung Min además de miedo de la reacción de su amigo al saber lo que le habían hecho. Solo quería evitar problemas. Olvidarlo todo.

— ¿Conoces al nuevo camarero? — pregunto Hyun con una gran sonrisa 
— Uhm... un cachetoncito de cabello negro, ¿cierto? Lo vi un par de veces —
— Si, ese. ¿Es lindo, no? Me gusta — confesó buscando distraer a su compañero de sus problemas.
— Pobre chico— le dijo entre risas 

El castaño le estaba reclamando por su crueldad cuando fueron interrumpidos por su editor. Jun sintió temblar su cuerpo y Hyun frunció el seño por su presencia 

— Les traigo la propuesta de la semana pasada, está muy bien. Vine a buscarlos para que lo presenten al presidente, es un proyecto importante y quiero que se lo expliquen ustedes mismos— Dijo mirando a cualquier lado, evitando el cruce de miradas con Jun 
— Gracias— dijo Hyun  — Voy por las carpetas que faltan — salió de la oficina dejando a esos dos solos 

— Jun, sobre el otro día... No se te ocurra comentarlo con nadie, solo fue un error que deseo olvidar— sentenció Jung Min
— Se que fue un error y aunque no quiera me lastima llamarlo de esa forma sin embargo no me arrepiento, fui feliz en ese momento— tomo aire para seguir su confesión y lo miró directo a los ojos — Aunque no quiera, te amo Jung Min y no creo que cambie tan rápidamente mis sentimientos pero lo estoy intentando —

Park estaba por responder a la confesión del menor pero fueron interrumpidos por Hyun Joong que traía consigo unas carpetas

— Las tengo, subamos, Jun — Le dijo el castaño notando que el ambiente era algo tenso 
— Claro — dijo el menor levantándose y acercándose a él 
— Los acompaño. — añadió el más alto saliendo tras Jun. 

Park Jung Min se encontraba confundido en su oficina, tenía tanto porqué preocuparse y ahora ese joven sumaba otro problema a su vida. No supo explicar porque pero le incomodaba su presencia. Le provocaba lástima e irritación a la vez. Lástima por tener tan poca vergüenza y orgullo, por querer a alguien a tal punto, por no tener límites y porque estaba consciente de que el amor no termina bien, no cuando das tanto por una persona. Lo irritaba, porque conocía a ese tipo de personas, te hacían tocar el cielo y luego te dejaban caer, tal y como lo hizo su padre.
 Se impuso no dejarse atrapar por el amor porque daba por seguro que le haría lo mismo. Destruirían todo de él y quedaría igual o peor que su madre. La sola idea le repugnaba. Nunca se enamoraría. 

— ¿Como puedes amar de ese manera, Kim Hyung Jun?  — dijo en un suspiro. — ¿Es real el amor? ¿En serio existe tal sentimiento? — se preguntaba mientras buscaba respuestas mirando el cielo desde la ventana — Si es así, no es para siempre. Nada es eterno en esta miserable vida... 

Tan marcado, tan dolido, en el fondo se sentía tan poca cosa, tan poco amado que hasta su padre lo abandono. En realidad no era su culpa pero así se sentía. 
 
— Quiero ver si realmente puedes amar tanto como dices… ¿“No puedo dejar de amarte”? Hhhm, ¿Cuánto tiempo te durara sostener eso? — se burlaba Jung Min con una sonrisa irónica en el rostro.

Amores De Revista [MinJun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora