¿De mal gusto? (Tercera parte)

569 51 6
                                    

Y cortando con la agonía del menor, coló sus manos dentro de su ropa interior tomando con firmeza su erección haciendo que se aflojara aún más y gimiera, aunque ahora el pudor hizo que cerrara sus labios creyendo que así se oirían menos, no le importaba, igual lo ponía en sobremanera esos sonidos
Debía admitir que esta era de las pocas veces que se metía con un tipo, era más sencillo sonreír coqueto a una mujer, pasar la noche con ella y luego olvidarse por completo, sin preguntar ni nombres, ni número telefónico ni nada parecido. Para alguien como él, sin sentimientos, no se era permitido ese tipo de cursilerías, según él mismo, no había nacido para amar a alguien o tal vez así lo decidió su destino. Si a su padre no le importo dejar a su esposa y a su único hijo porque a él debía importarle dejar a una mujer con la que solo había tenido relaciones una noche. Si ella misma no se respetaba porque él debía hacerlo. Su opinión de las personas nunca cambiaria, como dijo: te hacían tocar el cielo y luego te soltaban sin importarles cuan doloroso seria la caída. Por eso se prohibió enamorarse algún día.
Tal vez estaba cometiendo un error nuevamente al meterse con Jun, el ambiente seria más tenso en el trabajo pero quien se pone a pensar en ello cuando tenía ese rostro frente a él esperando un movimiento de su parte que lo dejara sin aliento.

-Quítate los pantalones- le ordeno
-¿Eh? Emh, s... si- pronuncio Jun observando como el mayor también se despojaba de sus ropas mojadas por completo. El simple rosar de su pantalón con su cuerpo le hacía estremecer, estaba demasiado sensible y si Park no se apresuraba se correría por sí mismo. Tomo su ropa interior y empezó a bajarla lentamente mientras mordió su labio inferior, no lo soportaba más, estaba demasiado duro, explotaría en cuestión de segundos.

-Aún no- le dijo Jung Min tomando su miembro evitando que se corriera -Un poco más- le ordeno tomándolo con fuerza -Resiste- Sabía que estaba en su límite pero no quería que llegara al orgasmo solo por la droga. Él quería ser el motivo de su clímax

Eso era una tortura, sabía su dolorosa situación pero aun así le estaba evitando aliviarse ¿Cuánto más debía esperar? Maldición.

-¡Hazlo ya!- Le ordeno mientras movía su rostro a un costado tal vez así la timidez pasaría más rápido
Jung Min sonrió por el atrevimiento del menor y con total facilidad lo levanto por las caderas haciendo que se sostuviera de las canillas de la ducha y de un solo golpe se introdujo en él.
Un grito de dolor salió de Jun y levanto su vista para encontrarse con tan excitante imagen. El menor se encontraba con la boca semiabierta respirando con dificultad, su pecho pálido y bien formado subía y bajaba a gran velocidad y con su rostro aun para un costado mantenía los ojos fuertemente cerrados.
¿Cómo podía un hombre ofrecer ese panorama tan apasionante?
Tomo con una mano su cintura empezando a acariciar sus costados y emprendió a embestirlo con fuerza, una y otra vez mientras sus falanges recorrían cada parte de esa suave piel y su boca mordía descuidadamente la cintura de Jun quien se sostenía con fuerza para no caer y con su mano libre tomaba el hombro de Jung Min, rasguñando esa parte para poder amainar tanto placer que recorría su cuerpo.

Su trasero era tomado con tanta fuerza que seguro dejaría marcas al día siguiente pero que más importaba, su cuerpo le pedía a gritos que le dieran placer incluso los dientes del mayor encerrando su piel con poderío le gustaba. Poco le importaba si el mundo se cayese mientras Jung Min lo siguiera poseyendo como lo estaba haciendo en esos momentos.

Decir que los gemidos de Kim lo volvían loco era decir poco, más desde que lo hacía sin control ni vergüenza alguna. Lo tenía jadeando de placer y con su miembro siendo frotado entre sus cuerpos. Tomándolo por sorpresa Jun subió mucho más sosteniéndose de sus hombros dejando solo la punta del miembro impropio dentro y se introdujo con fuerza de una sola vez tocando ese lugar que lo ingresaba en el paraíso así llegando a su tan ansiado orgasmo, derritiéndose entre su estómago y el pecho de Park quien lo miraba con desconcierto por el movimiento que había hecho.
En aquella posición con su corazón latiendo a mil por hora, sus respiraciones al límite, el agua cayendo entre sus cuerpos llevándose el sudor de ambos, con la cabeza gacha, siendo embestido con fiereza por su editor provocando ese sonido indecente del chocar de sus cuerpos y los escandalosos gruñidos que escapaban del mayor sintió como su miembro volvía a despertar provocando que cierto pudor se apoderara de su cuerpo pero que, en cambio, a Park le encantaba
Enceguecido, agarro con firmeza sus caderas y aún más frenético se movió contra él; y a pesar del cansancio Jun se encontraba nuevamente gimiendo de una manera que nunca pero nunca había escuchado a nadie. No fue mucho tiempo el que necesito para alcanzar también el orgasmo.
Mientras intentaba recuperar el aliento y sentía los ultimo vestigios del placer recorrerlo, salió de Jun y lo bajo delicadamente acariciando sus caderas enrojecidas por la fuerza que empleo en ellas. Sintió como sus piernas perdían fuerza obligándolo a apoyar su cabeza en uno de los hombros del menor y sostenerse del otro escuchando aún más de cerca como el menor también intentaba respirar con normalidad.
Observo como cerraba la ducha y lo movió para salir de ella, tomando una toalla envolviéndola por su cintura y sacaba una para alcanzársela. Recargado con un brazo en la pared la tomó y apreció al menor salir del baño. Verlo con solo una toalla cubriendo mitad de su cuerpo dejando a la intemperie su espalda ancha y su pequeña cintura mientras finas gotas caían de sus negros cabellos lo hizo reconocer que era una imagen tentadora. ¿Una invitación tal vez?



Caminó por la casa hacia la cocina para poder tomar agua y dejar su ropa allí para que se secara, volvió a la habitación a la que Jun había entrado hallándolo en una situación más que incomoda para el menor, con una mano apoyada en la mesa de noche y la otra sobre su miembro auto complaciéndose, se acercó y empezó a lamer las gotas que recorrían su espalda.

-¿Hay algo que quieras decirme?- cuestionó con el solo objetivo de perturbar al menor
-Yo...- balbuceaba mientras seguía acariciando su miembro- sigo calie... ¡ahg!- se detuvo por el dolor que le provoco el mayor al morder su hombro
-Lo sé- le confeso acercándose peligrosamente a su oreja- Solo tienes que pedirlo- dijo de forma lasciva



Jun se dio la vuelta y creyendo que decirlo con palabras era demasiado humillante, se agacho quedando sobre sus rodillas y quito la toalla que cubría a Min, tomando uno de sus muslos para luego engullir por completo el miembro impropio
Besó, lamio y succiono la hombría del mayor, sacándolo por completo para dirigirle una mirada de deseo al mayor y hacerlo sufrir para luego volver a introducir por completo esa carne en su boca haciéndolo jadear complacido y batallándose por dentro para no tomarlo del cabello y cogerle la boca pero fue poco lo que logro hacer contra tal deseo, acabo agarrándolo del cabello para mantenerlo firme y marcarle el ritmo, embistiendo contra su boca.
Se sorprendió al notar como Kim dejo su muslo para dirigirse a su propia entrepierna y empezar con un ritmo lento recorriendo todo el largo y ancho de su miembro entablando gemidos sonoros con la boca llena mientras aumentaba el ritmo y su miembro despertaba mucho más.
Complacido con la escena de que era testigo se preguntó hasta donde seria consecuencia por el afrodisiaco y hasta donde iría el verdadero Jun. Sea lo que sea le estaba dando el mejor revolcón de su vida y si era por la droga, pensaba seriamente en ir a buscar a Chang Min y Yun Ho para darles las gracias.
Tomo del mentón a Hyung Jun levantando su rostro para que lo viera, estaba con los ojos desorbitados, las mejillas enrojecidas mientras saliva caía por la comisura de sus labios y encontrándose con su mirada observo como se corría entre sus manos y largaba un gruñido con él aún dentro haciendo que un escalofrió recorriera su espina llegando a su bajo vientre, solo eso fue necesario para que él también se corriera en su boca y parte de su esencia cayera por los costados de esos pequeños y rosados labios.
Salió de esa cálida cavidad y se agacho quedando frente a frente con el rostro del menor acercándose para probar su propia esencia, entrelazando su lengua con la ajena, mordiendo y chupando de esos sabrosos labios dando el primer y único beso de la noche.
Se separó unos centímetros sosteniendo el rostro de Jun entre sus manos cambiando su expresión por completo, lo tomó de su muñeca y lo tiro a la cama

-¡Mierda, Jun!- mascullo molesto subiéndose encima de su cuerpo- ¡Deja de provocarme! Tu rostro...- le dijo mientras levantaba sus piernas enredándolas en su cuello- Creo que también me drogaron- confeso vencido ante los encantos de Kim Hyung Jun introduciéndose nuevamente en él- ¡¡AHHG!!
-Jung Min, para, Ju Jung Min, no tan rápido- le rogó el menor, estaba siendo demasiado bruto y su cuerpo no estaba acostumbrado a ello- Por favor ¡UHGG!- Gimió al momento en que Park había tocado su punto y al mismo tiempo tomo su entrepierna
-¿Esta bien aquí?- le pregunto cuando golpeo fuerte contra su próstata
-MMM Si, si- le dijo entrecortado mientras intentaba respirar, no es como si no quisiera seguir, por el contrario, esa maldita droga lo había convertido en una especie de ninfómana momentáneamente, ni bien tomo Jung Min su miembro sintió como se despertaba, seria insaciable durante esa noche, los problemas y dolores los dejaría para mañana, por el momento solo quería sentir el tacto de quien no debía amar
-También se siente bien estar dentro- reveló Park mientras sacaba fuerzas de vaya a saber dónde para embestir con más fuerza. Definitivo, ese hombre de facciones infantiles le estaba ofreciendo los mejores polvos de su vida

-Minnie- escucho ser llamado por el menor quien tomo su rostro para acariciarlo mientras contraía todo su cuerpo en especial su trasero apretando aún más a Min. Había alcanzado por tercera vez en una noche el clímax y dejándose vencer por completo cayo pesado sobre su cama intentando calmarse
Al igual que Jun alcanzo su auge llenándolo por completo para salir de él con dificultad, su cuerpo había llegado al límite, ambos estaban agotados.
-Jun, acomódate bien- le ordeno con un hilo de voz
El aludido con la poca energía que quedaba en su cuerpo se movió y se acomodó bajo las sabanas

-Puedes quedarte si quieres- le ofreció el menor y por supuesto que aceptaría, estaba seguro que ni siquiera podría colocar las llaves para arrancar su auto- Pero mañana te vas temprano. Consideremos esto como un nuevo error- le dijo mientras se daba vuelta para darle la espalda

Y así lo haría, después de todo lo que menos deseaba era tener algún tipo de compromiso con él.

Amores De Revista [MinJun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora