Con solo unos fideos en el estómago fue a la cama, se tapó apenas con una fina sabana a pesar de que el frío empezaba a azotar Seúl. Veía desde el gran ventanal como hojas volaban por los aires, llevadas por el viento hacia vaya uno a saber dónde.
Así es la vida. Siendo empujados constantemente por el destino, haciéndonos recorrer caminos indeseados, atravesando tristezas impensadas. Pero no hay que ser pesimistas, incluso el cruel destino nos hace conocer la felicidad. Tal vez en un acto de compasión nos muestra todo lo dichosos que podríamos ser si nos atreviéramos a enfrentarlo. Sin embargo es tan difícil. No es tan sencillo como decir: a partir de ahora yo escribo mi destino. Hay que hacerlo. Y siempre pero siempre es más fácil dejar que otro haga el trabajo.
Como pocas veces lo había hecho Kim Hyung Jun se atrevió a batallar contra el destino malvado que le deparaba un futuro lejos de quien amaba. Solo por eso osó a hacerle frente. En un acto de rebeldía opto por dejar de ser torturado con sueños en los que se veía caminando de la mano junto a Park Jung Min, riendo con él, dormir bajo su regazo y sentir la calidez de sus labios.
Eran sueños así que poco le importaba pecar de romántico.
Con esos deseos en mente y con poca seguridad de sí mismo se atrevió a declarar su amor. ¿Por qué no? Cabía la pequeña posibilidad de que Park aceptara sus sentimientos y terminara enamorándose de él. Aunque sea una mínima parte de lo que él lo hacía. Era conformista. Cuando se trataba de su amado, lo era.
Pero nueva jugarreta del destino.
Ó estupidez de su parte.
Su orgullo no le permitía escoger con claridad. Creer que ser rechazado por Park era una disposición del destino era menos humillante que creer que en realidad había sido un gran idiota al imaginar que ese hombre lo amaría solo porque él lo hacía.
Pero así es como te pone el amor ¿Cierto?
Ver solo la belleza de la rosa sin pensar lo lastimados que podemos salir al chocar con las espinas.
Así pensó Hyung Jun.
Se enamoró como un loco, como un ciego, siendo sordo e incluso mudo cuando se trataba del ser que lo hacía sentir en los cielos.
Poco sirvió tanto amor, cuando se encontraba en lo más alto de tal ilusión rompieron sin piedad sus alas. Cayendo sin aviso y con furia. Provocándole el más duro golpe. Seco e intenso.
Y como si no hubiera bastado con ser herido y humillado una vez. Park Jung Min lo hizo por una segunda ocasión.
***
Al fin Viernes. El último esfuerzo de la semana pero de todos modos no quería dejar el cómodo y caliente lugar. Se levantó aun entre dormido y se dirigió al baño. Se metió a la ducha buscando despertarse un poco más. Abrió el agua caliente y luego la fría templándola lo justo para poder eliminar lo helado que se encontraba su cuerpo.
Todas las mañanas eran iguales. Levantarse 7: 10 en punto y darse una rápida ducha que lo reviviera. Ir a ver a su madre y luego tomar las llaves del auto para llegar al trabajo.
Siempre la misma rutina. Los 365 días del año poco variaban.
Tal vez las dos fugaces semanas que tenia de vacaciones diferían pero por lo general las derrochaba en dormir y en esos momentos claramente no eran un derroche.
Qué vida más aburrida.
Quizás sí le faltaba algo pero no, para nada ese algo sería un amor.
Un perro, un gato, un hurón, un loro tal vez.
O algo aún mejor, algo que necesitara menos cuidados
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Amores De Revista [MinJun]
FanfictionEsta comprobado que la mayoria de las personas conocen el amor en sus lugares de trabajo y esta no sera la excepcion para estos hombres. La entrega total e ingenuidad del primer amor. El querer dar todo por una persona a la que quieres a tu lado ma...