Amores De Revista [MinJun]

Irrupciones

Llegué a casa y junto a la puerta estaba Jae Joong, me tomo por sorpresa verlo ahí sentado cual niño así que apresure mis pasos y me acerque a él. Levantó su rostro e inmediatamente se puso de pie.

- Jun. ¿Cómo estás?- Me hablo nervioso

-Hola Jae. Bien ¿Qué haces aquí?- le pregunté mientras abría la puerta de mi departamento. -Pasa- lo invité a entrar

-Lamento no haber contestado tus llamadas- mencionó apenado fijando su mirada en mí

No sabía que decir, no podía mentir diciendo que no había problema cuando lo había y era el hecho de que se haya enojado por algo tan insignificante y decir " Esta bien, te perdono" tampoco me parecía correcto. Solo deje que el silencio tomara las palabras y que Jae crea lo que le pareciera mejor. No sabía cómo sentirme, que decir ni que hacer solo deje que los minutos pasaran.

-No quiero que pienses que soy un idiota. No. Solo qué... - dejo escapar un suspiro - me molesta, me enfurece que te traten de esa forma, que te griten. No quiero verlo. No quiero que nadie te toque frente a mis ojos. - Me quedé estático ante sus palabras e incluso un sentimiento de culpa se instaló en mi - Lamento mostrarme tan lamentable ante ti pero no puedo soportarlo. Yo te quiero Jun. No quiero que bajes la mirada ante nadie. Solo quiero verte feliz... Conmigo. -

Una corriente cálida recorría mi pecho y sentía como el agua salada llenaban mis ojos. No supe si era por mantener mi mirada tan fija en los ojos de Jae Joong o por el hecho de escuchar a alguien decir que me quería.

Las palabras seguían sin salir de mi boca y note como la angustia se instalaba en esos ojos ajenos ante la incertidumbre de mi reacción por su confesión.

Tome impulso y caminé firme hacia él. Tome sus mejillas y le di el más cálido de los besos que había dado jamás.

-¿Vemos una película? - dije con las manos aun en su rostro acariciándole con mis pulgares.

Pedimos comida italiana y preparamos la mesa mientras llegaba. Se sentía bien comer en mi hogar, en la mesa del comedor y sobre todo acompañado. Normalmente lo hacía en el sillón o en la cama así que ahora sentarme a la mesa con Jae era reconfortante. El timbre sonó y él fue a recibir la comida con mi nena en brazos, apoyó la comida sobre la mesa y sirvió para ambos. Saqué una botella de vino que Hyun me regaló para mi cumpleaños sirviéndolo en nuestras copas. La cena estuvo deliciosa y la charla con Jae fue amena. Se sentía bien estar a su lado, era tranquilo y cálido justo como se sentía mi pecho en estos momentos luego de escuchar las palabras de Jae Joong.

Metía la bolsa de pochoclos al microondas y llenaba unos vasos de gaseosa mientras él elegía entre las películas que tenía en casa.

Introducía la botella a la heladera cuando la voz de Jae hizo que me arrepintiera de dejarlo seleccionar lo que veríamos esa noche.

"Sinister" gritó emocionado

Golpeaba mi cabeza contra el refrigerador esperando desmayarme del golpe y así evitar ver esa maldita película.

Hyun Joong la había traído hace tiempo para verla pero me negué rotundamente, no la conocía ni siquiera sabía de qué iba pero con solo pispiar la tapa supe que era de ese tipo de películas que odio, esas que me quitan el sueño por una semana. Esa noche terminamos viendo un documental de animales, Hyun cayó dormido a la hora cansado de tanto quejarse y yo feliz por haber ganado la pelea mientras veía como fueron evolucionando los elefantes.

Pero ahora era distinto. Yo había elegido la comida, él pagó el delivery e incluso lavó los platos

¿No había escapatoria entonces?