Capt.35 Mi todo

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Caminé hacia mi auto rápidamente mientras organizaba algunas cosas en mi bolso. Suspiré en forma de cansancio al terminar mi jornada laboral. Revisé mi reloj por enésima vez, la cual marcaba las doce y cincuenta en punto, pensando en que mi pequeña ya debería estar durmiendo en su cama o en la mía. Abrí la puerta del lado del piloto y tiré el bolso hacia el puesto de al lado. De seguro yo tenía un aspecto demasiado desagradable, pero realmente estaba agotada, el trabajo de hoy estuvo realmente pesado. Tomé un poco de aire antes de intentar subir al auto, pero unos enormes brazos se aferraron a mi cintura, haciendo que mi corazón bombee a mil por segundo. Las lágrimas al salir de mis ojos quemaban a su paso y un grito ahogado salía de mis labios, pero al ver un pañuelo acercarse a mi nariz todo se me vino a los pies y mi corazón por un segundo dejó de palpitar, quien estaba detrás de mí oprimió el pañuelo empapado de alcohol con mi nariz y por mi parte, yo gritaba, pataleaba, golpeaba, pero todo eso me pareció inútil al ver una sombra negra apoderándose de mi vista.

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Sentí como mi cabeza palpitaba fuertemente y un terrible dolor de cabeza se apoderó de mí, haciéndome gruñir y cubrir mi mente con las manos. Sentí un líquido en mi frente y me acordé de lo ocurrido, abrí mis ojos rápidamente y antes de analizar el lugar, la sangre en mi frente me hizo entrar aún más en pánico. Miré hacia el lado del conductor del auto y fruncí mi ceño al ver a mi supuesto "secuestrador" - ¡Gabriel! - grité antes de gruñir molesta ante la agudeza y fuerza de mi voz al penetrar en mis oídos y hacer que la cabeza me doliera aún más - ¿Dime por qué me estás secuestrando? - pregunté entre dientes.

-Quiero darte las explicaciones a todas tus preguntas al igual que tú responderás las mías - respondió él sin ni siquiera inmutarse a mi furia.

Alcé ambas cejas y negué con la cabeza con una sonrisa sarcástica - ya todas las preguntas las tengo resueltas, así que estaciona el maldito auto y bájame inmediatamente - gruñí entre dientes mientras trataba de calmar el fuerte dolor en mi cabeza -¡Joder! Me duele la cabeza, Gabriel, me has jodido - dije exaltada, mientras una sonrisa de medio lado salía de sus labios - idiota - gruñí ante su sonrisa.

-Fue sin querer, no era mi intención, te fui a acomodar en el puesto y se me resbaló tu cabeza y ésta al hacerlo se ha golpeado con la puerta - el tono de burla en su voz me hizo enfurecer aún más.

Golpeé fuertemente su hombro y lo miré furiosa -¡No quiero volverte a ver! Te lo he dicho, eres un idiota, te has acostado conmigo sabiendo que la mujer que había querido como a una madre aún te amaba y no me habías dicho nada... Pensé que enserio me amabas Gabriel, eres un estúpido, no... - grité furiosa - ¡Yo soy la estúpida! - me has quitado todo ¿no te cansas? ¿Qué te he hecho?- pregunté antes de volver a golpear el brazo que estaba manteniendo el control del auto, sin pensar en ninguna consecuencia. Su brazo derecho al perder el control del manubrio, el auto se dirigió hacia un barranco y me arrepentí completamente al verme caer en él, dando vueltas y haciendo que no sólo sangrara en la cabeza sino también en las otras partes de cuerpo.
Todo pasó por unos segundos, pero yo los sentí como siglos.
Sentí el desagradable olor del humo y sin ni siquiera voltear supe que al auto prendería en llamas.
Con los ojos entrecerrados observé como Gabriel salía del auto a rastras, mientras que yo permanecía acostada y realmente lastimada, mi cabeza dolía demasiado y supuse que no saldría viva, mi primer pensamiento no fue que Gabriel me había dejado morir, el primer pensamiento fue mi pequeña, siempre lo será... ¿La dejaré en buenas manos? ¿Las manos de Zac son realmente buenas manos? Dios, tengo que salir viva, pero mi cuerpo ni siquiera da para moverse un centímetro. Siento como unos brazos muy reconocidos para mí, unos brazos fuertes y hábiles se apoderan de mi cuerpo y con demasiado dolor me ayuda salir del auto, antes de correr conmigo hacia otro lado. Mis ojos veían borroso, sólo veía como nos adentrábamos al oscuro bosque antes de que el auto explotara con demasiada fuerza, haciendo que tanto Gabriel como yo cayéramos al suelo y mi cabeza otra vez se viera afectada, al tener contacto con la tierra inmediatamente perdí el control de mí y caí en un profundo sueño.

«Narra Gabriel»

Me levanté bruscamente de la camilla, recordando absolutamente todo lo que había pasado - ¡Abigail! - grité fuertemente haciendo que mi voz resonara en el cuarto. Me levanté rápidamente de la incómoda camilla y con un dolor demasiado fuerte en la espalda, junto a un brazo terriblemente enyesado. Caminé hacia fuera de la habitación del hospital y vestido con una bata azul caminé hacia una enfermera que se encontraba revisando algunos documentos - Disculpe, la habitación de la chica con la que vine ¿donde está? - pregunté desesperado.

Ella negó con su cabeza - necesita tomar repo... - inmediatamente la interrumpí, no quería saber nada que no fuera de Abigail - ¡Me siento bien! - grité exaltado - por favor lleveme a la habitación de la chica.

Ella asintió ante un suspiro y al abrir la puerta que estaba al frente de la mí. Caminé rápidamente hacia la habitación y verla tan golpeada me hizo sentir tan culpable, como el día que la perdí por primera vez. Me acerqué lentamente y con el picor de las lágrimas en mis ojos me arrodillé ante ella. Besé su pálida mano y analicé su rostro, tenía demasiados moretones, y una venda que cubría su frente.

-Sr. Evans pude reconocerlo al instante - habló un doctor a mis espaldas - milagrosamente usted no tuvo ningún problema grave en su cuerpo - esas palabras resonaron en mi cabeza, no por felicidad de que haya sobrevivido sin ningún problema, ahora mi vida no me importa, es que él sólo mencionó que yo había salido bien... ¿Y Abigail?

-¿Y qué tiene Abigail? - pregunté sin despegar la vista de ella.

El doctor caminó hacia nosotros y con solo tres palabras mi mundo se había derribado - está en coma.

Mi pecho rápidamente se oprimió y no existen palabras para expresar mi tristeza, mi angustia... Se iba a morir la único persona que he amado, además de Cora - ¿por qué? - la pregunta salió sin ni siquiera reflexionar, en un susurro. Mi vida no vale sin ella, yo la amo y pensé que la podía volver a estar junto a ella, pero sólo la muerte nos puede separar, aunque ella no esté muerta, ella en cualquier momento puede morir, su vida depende de una máquina, un pequeño hilo para llegar a la muerte.

-Ella tiene conmoción cerebral, su cabeza tuvo golpes muy fuertes, puede que despierte ahorita, mañana, en meses, en años o tal vez muera - sus palabras fueron como cuchillos penetrando mi alma. Ella no puede morirse. Ella es Abigail, ella es mi todo.

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Lamento el capítulo tan corto, pues últimamente no había tenido mucho tiempo. Pero ya he salido de vacaciones y habrán capítulos de seguido.

Gracias por leer mi novela y estaba pensando en que luego del final de la novela siguiera con la vida de la hija de Abigail, Emily con una persona que jamás se lo imaginarían... ¿Adivinen quien será el protagonista? Una pista... Está divino.

Este no es final... Aún siguen como dos o tres capítulos.

Gracias por sus apoyos y consejos, y claramente por los votos.

Los(as) adorooo.

El papá de mi mejor amiga (Sr. Evans)#1 *Editando*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora