El papá de mi mejor amiga (Sr. Evans)#1 *Editando*

Capt.28 el papá de mi mejor amiga

Un mes después...

Observé el reloj por enésima vez desesperada. Observaba como los doctores corrían hacia la sala de urgencias y eso me ponía aún más nerviosa. Mis dedos estaban helados y mi rostro demasiado pálido.

Vi como el Dr. Thomlinson se acercaba a mí y no dudé en levantarme y esperar ansiosa a que me dijera que le ha pasado a Cora, aunque definitivamente todos sabemos la respuesta - ¿Estás jodida? - preguntó irónico. Haciendo que yo quedara sorprendida.

-Jodida si estoy, se supone que Cora debe estar mejorando, pero está cayendo, tiene una autoestima demasiado baja, unos labios resecos y sin color, una tez demasiado pálida, su cabello a perdido brillo y algunos lados de su cabeza aún siguen sin tener ni un poco de cabello, no sé que pasa - gruñí frustrada - y usted me pregunta si estoy jodida.

-Coraline Evans no se ha hecho tratamiento desde hace un mes por eso aún tiene cabello, en este momento si ella estuviera en tratamiento, no tuvieras cabello - mi corazón se oprimió y mis nervios se pusieron de punta.

Sonreí irónica - no, no, no, yo estoy segura de que ella viene a los tratamientos, ella misma viene y se hace sus estudios y tratamiento y v-va a casa y-y me cuenta todo - hablé tartamudeando.

-¿Usted ha venido con ella?

-No. ¿Me mintió?

-Sí, le ha mentido.

Cerré mis ojos y me giré rápidamente, dejando que las lágrimas fluyeran - ¿Esta grave?

-El cáncer se ha expandido - me confesó haciendo que un gritico desgarrara mi garganta.

-No, no, no, no ¡No!

-Baje la voz, recuerde que estamos en un hospital.

-¡Me importa un bledo el hospital! ¿Se puede curar? Sí, de seguro sí - dije desesperada.

-Hay posibilidades - respondió el doctor muy serio.

Suspiré frustrada - ¿En donde se expandió? - pregunté temerosa.

-A los pulmones, va demasiado rápido - respondió sin el más mínimo esfuerzo de no hacerme sentir mal.

No... Ella no se puede morir. Ella es Coraline, mi mejor amiga, mi hermana, mi yo. Yo con ella conviví toda mi vida, es en ella en quien más confío, la que me enseñó que a pesar de todos los problemas siempre hay que ser feliz y sonreírle a la vida.

Corrí por los pasillos del hospital buscando a Cora, mientras que escuchaba como ese doctor gritaba mi nombre.

Abrí cinco puertas y en ninguna apareció Cora. Desesperada me acerqué a la única habitación en la que me faltaba por revisar y mi corazón se parte en mil pedazos al encontrar a mi mejor amiga desagradablemente mal, triste, apagada, pálida. Ella con sus ojos húmedos volteo lentamente y nuestras miradas se conectaran, transfiriendo el sentimiento que compartían nuestras almas: dolor.

Sus brazos tenían tres inyecciones introducidas, demasiados cables para contarlo y uno que le transfería el oxígeno que necesitaba para sobrevivir.
Esto de seguro le dolía más a mí que a ella - ¿Por qué? - susurré indignada - has incumplido tu promesa - gruñí mientras las lágrimas se hacían visibles - ¡Me dijiste que ibas a hacer lo posible para salvarte! - grité enojada.

Ella partió en llanto y eso me dolió aún más, verla con tantos cables en su cuerpo me desesperaba - lo siento, ¿no me viste? Asustaba, las personas me miraban diferente, no quería morir fea, tarde o temprano todos moriremos, puede que mañana mueras tú en un accidente y yo siga viva, es cuestión de suerte - dijo mientras secaba sus lágrimas - gracias por todo, Abigail, pero hasta aquí llega nuestro camino, no quiero que sufras por mí.