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Me removí incómoda en mí lugar, definitivamente debería haber salido corriendo cuando tuve la oportunidad.
Llevaba casi treinta minutos sentada mientras mi amiga y Justin no dejaban de hablar y besarse. ¿Sabrán que aún sigo aquí?
Tomé de mi café, que casi ya no quedaba y miré a mi alrededor buscando un lugar donde podría escaparme.

—Acacia.
Moví mi cabeza hasta la mesa de nuevo para encontrarme con un Justin, pero no con mi amiga.

—Sky fue por más café. ¿Te sientes bien?
De nuevo su voz. MIERDA.
Era suave, pero a la vez no perdía el toque masculino, perfecta.

—¿Yo? Perfectamente, sí.
Le regalé una sonrisa, acompañada por mi pequeña mentira. Aunque la sonrisa había sido más bien una mueca.

Lo próximo que vi fue al rubio acercarse a mi hasta que su boca quedó pegada, literalmente, a mi mejilla.

—Sé cuando alguien está mintiendo. No lo hagas conmigo.
Soltó algo que pude escuchar como un gruñido, pero al alejarse me dedicó una de sus sonrisas que tenían el poder de derretir a cualquiera.
Maldito derretidor de personas.

—No estoy mintiendo. Y tú no puedes decirme qué hacer.
¿Yo había dicho eso?
YO DIJE ESO.
Ese era uno de mis problemas, según mi mamá, no tenía filtro. Digo lo que pienso sin dudar o reflexionar sobre las consecuencias.
Me miró divertido, y me contestó sin dejar su sonrisa.

—No juegues conmigo, nunca vas a ganar.

—Es una lástima que por primera vez seas un perdedor, porque yo no estoy dispuesta a perder nada.
Levanté mis hombros, soltando una pequeña risa.

—Al parecer estás muy segura de eso, aunque no vas a lograr ganarme en nada.

Me guiño el ojo y se estaba acercando a mi, otra vez, pero un grito hizo que volviera a su lugar con el ceño notablemente fruncido.

—¡Volví!
La voz de mi amiga hizo que pegara un salto y me acomodara en mi asiento con una sonrisa.

Estuvimos en el lugar por un rato más, hasta que Sky dijo que tenía que llegar a su casa un poco más temprano, por su madre o algo así.
Nos habíamos puesto de acuerdo, para salir mañana a un parque de diversiones que se había inaugurado hace unos días, y yo no podía estar más feliz. ¡Amaba esos lugares!
Llegamos hasta la puerta de la cafetería y me despedí de mi amiga con un gran abrazo, sinceramente la había echado de menos en las semanas que no hablamos. Luego miré a Justin y me quedé congelada. ¿Cómo se supone que debía despedirme?
¿Estrechando la mano?
¿Con un beso en la mejilla?
No pude pensar más, hasta que sentí sus brazos envolviendome, me estaba abrazando, ¡ABRAZANDO!, dejando su cabeza apoyada a un lado de mi cabeza.
—Mañana en el parque tendrás que demostrar que tan buena eres ganando, aunque no vayas con tanta ilusión, nena. Porque no acostumbro a perder.
Ay, santa mierda. ¡Estaba temblando!
Su voz en medio de un susurro no es una buena idea para mí. Ahora estaba dudando si podría volver a caminar otra vez, al sentir mis piernas como gelatinas.

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¡Hola!
Aquí tienen un nuevo capítulo, espero que les haya gustado:).
Se viene una maratón de varios capítulos! Estén atentas, agsjdh ❤

Instagram. 《J.B》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora