Parte 8 - Sus ojos verdes

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Le conté una versión corta del plan, y él pareció estar de acuerdo. Esa era una cosa extraña de Beete, no sabrás si algo le molesta o agrada al menos que sepas captar su gesticularidad.

-¿Puedo ayudar?-Preguntó impaciente.

-Bueno-Dijo Peeta sonando encantador-, la necesitamos.

Beete suspiro.

-Quiero... que sea entre Vencedores. Digámoslo a ellos. Se que Johanna estará encantada.

Hicimos todo lo posible para convocar a los Vencedores en secreto. Elegimos una sala olvidada entre la escalera. Aunque esto era la mansión presidencial. De todos modos alguien se enteraria. Mientras tarde todo bien.

Annie me dijo que la esperara en pasillo en la parte de atrás de la mansión. Vi lo que traía con ella.

Finnick. 

Sus ojos verdes estaban de nuevo en vida.

Tenía que hacer silencio, yo lo sabia, pero mis pies no. Corrí hacia él y lo abracé. Aún olía a químicos del hospital, pero estaba vivo y caminando por si solo.

-Finnick, Dios, estas bien.-Lo sentí sonreír en mi hombro.

-Katniss, estoy mejor que nunca-Él se separó de mi-, en este momento se que voy a ser feliz el resto de mi vida.

Mire a Annie y ella estaba radiante, la chica que me interrumpía todo el tiempo ahora estaba estable. Con Finnick a su lado todo parecía estar perfecto. Por eso debíamos detener a Coin. Y a los nuevos Juegos.

¿Y si a Coin le gustan los Juegos, y decide continuar? Eso llevaría a otro levantamiento. Y la gente de Panem no quiere eso.

-Entremos-Dije-, la reunión está por empezar.

Peeta era el que habla, yo estaba atrás asintiendo con la cabeza. Él les había dado la versión larga y detallada. Con lo que yo había escuchado. Y sobre las bombas a los rescatistas del 13.

Eso los dejo boquiabierto y no les quedó duda en querer sacar a Coin del poder. -Después de lo que habíamos pasado. Las muertes, los secretos, la violencia en las calles. Merecemos una vida mejor, con esperanza y tranquilidad. Una en la que no vivamos nos zozobra y miedo. Eso debe terminar.-Concluyó Peeta.

Esa misma noche Johanna y yo nos adentramos en el centro de mando a sacar la grabación. En la que Coin admite haber lanzado las bombas.

Yo daría un discurso y Beete reproducirá la grabación. Acto seguido Coin en prisión.

Sostuve una linterna a Johanna mientras ella hacia algo en la computadora, tecleando cosas difíciles. Era estúpido sostener una linterna para una computadora, así que la apague y la deje para después. Me di cuenta que no podríamos hacer esto solos.

-Maldita sea.-Espetó Johanna-Tiene claves en todos lados.

-Beete sabrá...

-¡Lo tengo!-Susurro-Apenas se manejar una computadora y pude hackear a la mansión presidencial-Curvo una sonrisa-. Mejor que cuides tu trasero Beete. Johanna está en camino.




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