-¿Gil?¿que haces aquí?-le preguntó Oz extrañado ya mas tranquilo
-Escuché al señorito sollozar cuando iba a por agua
Oz se había olvidado por completo de que Gil era un niño pequeño, los acontecimientos lo habían dejado con la cabeza llena de ideas descabelladas. Sin contar de la terrible confusión que le aquejaba. Se trató de levantar pero el cuerpo no le repondía, al tratar de levantarse se cayó. Menos mal que el pequeño Gilbert estaba ahí para ayudarle a no besar el suelo.
Por otra parte Mía hacía rato que había llegado junto a su mellizo, al cual había dejado con la palabra en la boca en dos ocasiones llendo a buscar al problemático de Oz.
Pero ahora ya no se iba a marchar, pues lo había prometido. Se había acostado en la cama junto al pobre Reil que parecía encontrarse algo mejor, y sacando a "La Narradora" proyectó en el techo de la habitación a oscuras un cielo estrellado
-Desde el techo de nuestro hogar en el pueblo se veía igual-murmuraba con un suspiro triste Reil
-Sí, a mi siempre me gustó, un cielo lleno de... sueños. Era hermoso- Mía no parecía darse cuenta de que a Reil esa época poca felicidad le había traido
-Esos años fueron horribles, pero tú... parecías seguir brillando-comentó el mellizo con la mirada perdida en alguna constelación de las proyectadas
-El Sol no llegaba hasta nosotros pero había que florecer hermano. Cuidaste de mi todos esos años y te merecías tener a alguien alegre cerca-La menor no se percató hasta ese momento que podía ser que a Reil el verla sonreir mientras sufrían tal agonía podía no haberle sentado bien
-Si a ti eso te hacía feliz...-miró a otro lado con tristeza en la mirada, la joven se percató
-No, tú me hacías feliz-la chica se levantó y cogió con ambas manos el rostro de su hermano-si estoy aqui es gracias y ti y jamás dejaré de agradecértelo
-Tienes las manos frías- Reil sonrió, aunque esa sonrisa era mas bien por lástima a su hermana que por que de verdad estuviera feliz
De alguna manera ni las cariñosas palabras de de su hermana habían conseguido sacarle de la cabeza la tristeza que se había apoderado de su alma algo oscurecida por los recuerdos del pasado.Mía seguía pensando que la mirada de Reil se perdía mas allá de los recuerdos y se rompía en un confín.No apartó las manos de las mejillas de su hermano, solo las trasladó a su frente pues sospechaba que la temperatura le había vuelto a subir considerablemente.He aquí la razón de por qué él las notaba mas frías.Esta vez el mayor sí que sonrió con algo mas de alegría, pero no por la realidad, no, fue por una ilusión que había visto cobrar fuerza en su mente. Un mundo sin...sin...
Negó con la cabeza ocasionando que su hermana apartara la mano de su frente algo preocupada y con un gran peso en el pecho.
Reil seguía a lo suyo. Un mundo feliz sin su hermana. Si ella no hubiera nacido sus padres no le habrían maltratado, con algo de horror se había dado cuenta de que le atribuía las culpas de su desgracia a su pobre hermana.Por mucho que trató de sacarse la idea de que su hermana era la culpable esta había tomaco consistencia alimentada por sus rencores mas ocultos y por un poder oscuro nacido de una fuente externa.
-¿Hermanito?-la actual voz de Mía fue, en la mente de Reil superpuesta por la voz de la muy pequeña Mía
-¡¡No me toques!!-chilló fuera de sí Reil apartando a Mía y removiendose entre las sábanas.Tenía frío, tenía calor. Amaba a su hermana, la odiaba. Quería morir, le tenía miedo a la muerte, a sí mismo.
Se abrazó a si mismo meciendose nerviosamente, no podía parar de llorar. Le vino una imagen horrible a la cabeza
Se veía a si mismo de pequeño empujando a su hermana menor que le imploraba piedad contra el canto de una pared. Y la sangre que ambos llevaban en las venas se derramaba por una herida en su cabeza. Se vió a si mismo llorar de desesperación pensando que su joven hermana melliza estaba muerta, la cogió en brazos y la sacó or la ventana al comprobar que solo estaba inconsciente. Se fugaba con ella de casa. El rostro de la pequeña Mía de solo 6 años de edad estaba lleno de lagrimas que ya no fluian al no estar consciente.
Gritó encogiendose mas en sí mismo. Notó a su hermana a su lado y se abrazó a ella refugiandose en su calidez
-Mía...¿de pequeños te golpeé alguna vez?-preguntó con sollozos interponiendose en su cuestión
-No recuerdo nada de eso Reil-le susurró con cariño a su hermano en el oido
-Pero...
-Sea lo que sea aquello que viste fue solo un delirio ocasionado por la fiebre, si me dejas tratar de bajarla cesará toda cosa extraña que te aqueje...Hermanito