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 Camine hacia la puerta y la abrí lentamente.

-¿Rubén?

-Amandita.-dijo y pude sentir el olor a alcohol.

-¿Qué haces aquí?-dije agarrándolo del codo.

-Solo camine hacia algún lugar y bueno... llegue aquí.

-Vives al lado, podrías ir a tu casa.-dije sentándolo en mi cama.

-¿Te molesta mi presencia?-dijo coquetamente.

-No, pero me molesta tu olor a alcohol.-dije haciendo una mueca de asco.

-Lo siento, pero debo emborracharme para olvidarte.

 Negué con la cabeza sin poder creérmelo.

-Estas mintiendo.- dije sacando sus zapatillas.

-Te recuerdo que los niños y los borrachos decimos la verdad.-dijo con su tono borracho.

 Rodé los ojos.

-Es depende el borracho.

-Yo soy de esos que dicen la verdad.-dijo acostándose en mi cama.

 Suspire y tire sus medias por algún lugar de la habitación.

-Acuéstate.-le ordene cansada.

 Rubén se movió un poco para llegar a mi almohada y se recostó sobre ella.

-Gracias Amanda... por todo.-me agradeció haciendo que mi corazón latiera más rápido.


Todo por ti -rdg-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora