Me desperté, miré a mi alrededor y Rubén aún dormía, refregue mis ojos luego de un bostezo y me levanté hacía el baño. Me miré al espejo, necesitaba hablar con Matías personalmente asi que sólo decidí llamarlo, eran las diez de la mañana, él seguramente está despierto.
-Meri, cariño, bebé ¿pudiste salir de los brazos del español? ¿él cortó ayer el teléfono no es cierto? Sé que él te obligó a decir todo eso pero se que no es cierto. Decía de una forma preocupada. A veces me alteraba que sea tan estúpido.
-No Matías, él no me dijo nada, él es un buen amigo, yo solo te llamaba para decirte que no me vuelvas a hablar o tratar de buscar porque en realidad tus obsesiones hacía mi y tu celos-y mi queridísimo amigo- me hizo dar cuenta que en realidad ya no te amo y no puedo tratar de seguir con esto cuando en realidad tu solo que dedicas a celarme. De el otro lado no se escuchaba nada, su respiración estaba algo entrecortada, él estaba nervioso.
-Mérida nos veamos y lo hablemos mejor.
-No hay nada que hablar, ya está el punto final puesto en está "historia".
-Por favor hablemos, tu estás confundida y lo entien...
-¡QUE NO!-grité, enojada de que siga tratando de que cambie de opinión-Ya está seguí con tu vida, suerte. Y corté.
Me dirigí a la habitación, Rubén aún dormía asi que solo me decidí a cambiarme. Me puse unos jean negros "rotos" en la parte de la rodilla, una remera blanca con mangas que hacía que se vea mi panza, me coloqué un muy fresco tapado arriba, mi cabello suelto, mis zapatillas de siempre y salí en busca de un "chino"-como le dice "el español"- cerca, quería comprar cosas para tratar de preparar un desayuno para mi y Rubius pero en realidad más para él.
El caminar sola por las calles de Madrid se me hacía extraño cuando en realidad siempre me encontraba con las tonteras de mi amigo. Después de caminar unas cuatro cuadras entré a un pequeño supermercado, donde por los trabajadores y los adornos del lugar, era muy visible que era el chino.
Me dirigí hacía la partes de cosas dulce llenando el carrito con galletas, luego hacía los jugos cargando dos Ades. Con todo listo me fui directo hacia la caja, pagué y me dirigí al departamento de mi amigo.
Entré silenciosamente, al parecer aún dormía así que entre directo a la cocina, saqué una bandeja y ahí deje un vaso lleno de Ades y un plato donde comencé a servir las galletas. Al tener ya todo listo levanté la bandeja y me dirigí a la habitación donde se encontraba todavía dormido.
-¡Buen día!. Grité prendiendo la luz.
-Aún es muy temprano. Dijo él tapándose la cara con la almohada.
Coloqué la bandeja en el piso, le saque las almohadas haciendo que él se queje pero aún no lograba hacer que se levantará.
-Sabes que estoy un 98% segura que soy una mujer soltera-dije haciendo que el se levante inmediatamente- asi que hoy sale gira con las wachas. Dije moviendo mis caderas haciéndolo reír.
-¿Estáis segura?.
-Más que segura. Ahora a desayunar. Dije dándome vuelta, agarrando la bande y colocandola en sus piernas.
-¿Tú ya desayunaste?. Corrí hacía la cocina en busca de un vaso, me serví jugo y volví a la habitación, él me sonrió y desayunamos juntos.
Luego de pasar toda la mañana viendo tele acostados, el rodeaba mi cintura-descubierta por la remera- con su brazo y yo descansaba mi cabeza en su pecho, siendo las una de la tarde aún seguíamos así, con la vagancia del mundo.
-¿Ustedeh poh casualidah etan juntoh?. Habló Mangel desde la puerta con Cheeto.
Nos alteramos al verlos en la puerta haciendo que nos separemos repentidamente.
-¿Etan de novioh y no noh han dicho?. Dijo Cheeto.
-No, no solo estábamos... descansando, si eso descansando. Dije nerviosa.
-No harían mala pareha depueh de todo. Miré a Rubén, mi amigo estaba sonrojado algo que me dio muchísima ternura y le sonreí.
-¿Y que hacen aquí?. Dijo Rubius dándose aire a si mismo con sus manos.
-Pueh, estabamoh aburridoh y dijimos que ya que no noh vienen a visitah utedes pueh loh visitaremoh nohotros. Dijo Mangel con su inocencia.
-Auque vinimoh en un mal momento por lo que vemoh. Agregó Cheeto.
-No, no. Si no estábamos haciendo nada-dije parandome y llendo hacía el comedor mientras que ellos me seguían.
-¿Que quieren que hagamos?. Habló Rubén aún un poco rojito.
-Vamoh al cine, ¿que leh parece?. Opinó Mangel.
-Perfecto, vayan llendo ustedes, tengo que buscar unas cosas y bajo. Afirmaron Cheeto y Mangel y bajaron dejándome sola con Rubius.
Me acerqué a su oido desde atrás y haciendo puntita de pies le susurre:
-No te sonrojes que el rojo no te queda nada mal. Lo molesté, besé su mejilla y bajé hacía abajo.
Al ver que Rubén bajaba tomamos un taxi hacia el cine más cercano, cuando llegamos allí escogimos una película, compramos palomitas, caramelos, coca cola y nos dirigimos hacia adentro de la sala donde nos sentamos Mangel, Cheeto, Rubius y yo.
-¿Esta noche saldremos?. Me susurró Rubén al oido a media película.
-Si, salimos de acá, nos vamos a casa, tonteamos un poco y de ahí nos arreglamos y salimos ¿te parece?. Me sonrió como respuesta y seguimos viendo la película.
Al salir los chicos se adelantaron por estar jugando entre ellos, yo solo me reía y caminaba tranquila mientras observaba cada detalle a mi alrededor aunque no habia mucho en realidad, solo autos ya que era el estacionamiento. Saque mi teléfono, últimamente mucha atención no le vengo prestando, tenía mensajes de grupos, número desconocidos, amigas, familiares, un poco de todo si se podría decir y cuando me pondría a contestar alguien me chocó.
-Perd...- dije al ver a Matías- ¿que haces aquí?. Le pregunté mientras que caminaba hacía atrás todavía un poco sorprendida, miré para atrás para encontrar entre los autos a los chicos pero no había rastros de ellos.
-¿Que haces por aquí sola amor?. Me pregunto acercándose a mi y apoyandome contra un auto.
-No soy tu amor, soy una chica soltera. Dije con orgullo a lo que le molestó y reaccionó dandome una bofetada y agarró mi barbilla con fuerza para que lo volviera a ver.
-Tú todavía eres mía, y no quiero que sigas viendo a ese estúpido español asi que nos vamos. Me agarró de la muñeca con fuerza, lastimandome pero no le dije nada, solo me hacía la fuerte para no dar lástima junto a él.
-Soltame. Dije haciéndolo volver de un tirón desde su propio agarre, él sonrió a lo que me molestó y traté de soltarme sin tener éxitos.
-Tú te irás conmigo quieras o no. Volvió a sonreír y me besó apoyandome nuevamente a un auto.
Traté de salir de ese beso pero el era fuerte aunque no había dejado de "luchar". Comenzó a meter su mano por debajo de mi corta remera a lo empecé a hacer más fuerza sin obtener resultados. Sacó mi tapado y un escalofrío recorrió mi cuerpo, por primera vez mi nivel de miedo estaba en cien y unas lágrimas empezaron a fluir por mis ojos marrones. Comenzó a besar mi cuello y volvió a mi boca.
En ese momento sentí unas risas que venian de lejos, traté de gritar sin obtener resultados, él aún estaba besando mi boca.
-¡MERI!. Escuché un grito desde lejos por parte de Rubén y noté como empezaron a correr todos.
Matías al parecer estaba demasiado entretenido con mi cuerpo que solo besó mi cuello ya querido sacar mi remera, pero Rubén lo sacó de golpe tirandolo al piso, él se subió encima de Matías y comenzo a golpearlo, Cheeto me abrazó y yo escondi mi cara en su pecho mientras que Mangel y Alex trataban de separar a mi amigo de Matías.
-¡Ya Rubiuh, tranquilizate hombre!-le gritó Cheeto ayudándole a los demás a sacarlo- ¡que no veh como está Meri!. Le dijo cuando ya estaba parado, lejos de Matías.
Mi amigo se dio vuelta y corrió para abrazarme mientras que yo lloraba en su pecho.
-Perdóname por a verte dejado sola. Me susurraba él acariciando y besando mi cabeza.
Los chicos llamaron a la policía para denunciar a Matías, aunque con la golpisa recibida por parte de Rubén no creo que se me acerque nunca más.
-No me vuelvas a dejar sola, por favor. Susurre como pude cerca de su cuello aunque aún salían algunas lágrimas.
-No lo haré pequeña, lo prometo. Y me abrazó aún más fuerte.
Al rato llego la policía, hablaron con los chicos, cuando me tranquilice conmigo y luego con él. Había negado todo auque en realidad no le sirvió de mucho porque igual se lo llevaron.
Nosotros tomamos un taxi, nadie decía nada y Rubén no dejaba de abrazarme.
El taxi llegó hacia la puerta de nuestro edificio, despedimos a todos desde el auto y ellos siguieron su camino mientras que nosotros subimos al departamento.
Me fui hacia el baño y sin cerrar la puerta me miré al espejo y unas lágrimas más recorrieron mis mejillas.
Tenía marcas de Matías por alrededor de mi cuello chupones, rasguños y mis muñecas moradas. Él español se apoyó en el marco de la puerta mirándome con tristeza y me abrazó.
-Lo siento muchísimo, siento a verte dejado, siento no llegar antes, siento no a verte podido protegerte como tendría que a ver hecho- sentí como su voz se quebró humedeciendo mi cabello. Levanté mi cabeza, él miraba al suelo mientras algunas lágrimas escapaban desde sus verdes ojos- perdón pequeña, perdón. Susurró y seque sus lágrimas con mi pulgar juntando nuestras frentes.
-No quiero que te culpes, no quiero que me pidas perdón, no quiero. Quiero a mi Rubius de siempre, a la alegría de este pequeño departamento-sonreí-quiero a mi amigo de todos los días, él que actúa como si tuviera cinco años a veces y otras veces es más maduro que yo, el youtuber con esa característica sonrisa, él chico que a veces se burla de mi altura, el experto en videojuegos, con el noruego que me molesto pocas veces y el español con el que me divierto todos los días, a cada instante y segundo que pasó con él-sonrió y lo miré a los ojos- se que lo odias y que todavía te hubiera gustado pegarle un rato más, pasé un mal rato con lo que hizo- colocó sus manos en puños y las tomé relagandolas- pero no lo vale. ¿quedó claro?.
-Quedó claro pequeña-y nos sonreimos uno al otro- ahora lavate la cara que nos pondremos a defender a mi Senpai. Reí, él se fue hacia la computadora mientras yo lavaba mi cara. Nuevamente vi las marcas, pasé un poco de agua en cada una de ellas, me seque y me dirigí hacía donde se encontraba Rubius.
Luego de estar casi tres horas jugando y Rubius sacandome sonrisas como siempre, apagamos la computadora y nos dirigimos hacía el comedor, yo me senté en el pequeño sillón mientras miraba mi teléfono contestandole a Sam mientras que él solo se quedó parado mirándome.
-¿Que haremos ahora?-Me preguntó después que dejé el celular y lo miré. Sonreí y su seriedad no se iba- Meri se que quieres salir pero no creo que sea lo correcto por lo que a pasado ho..
-Eso no tiene nada que ver. Lo interrumpi.
-Deberías quedarte en casa a des...
-No. Hoy quiero divertirme, olvidarme de...-miré al suelo- de que quisieron abusar de mi, asi que saldré con o sin vos-me acerqué a él-quiero sacar esa sensación de Matías. Le susurre, me abrazó y al soltarme sonrió.
-Saldremos entonces pequeña. Le sonreí y me dirigí hacía la ducha para bañarme.
Me coloqué shampoo, acondicionador, luego me jabone el cuerpo y salí envolviendo mi cuerpo en una toalla y peinando mi cabello hasta la habitación para tratar de secarlo mas rápido así poder plancharme. Rubén estaba en la pieza, él solo agarró su toalla y se dirigió sin mirarme o dirigirme la palabra.
Me coloqué solo el pijama ya que más tarde tendría que cambiarme para salir y me fui hacia el sillón donde me coloqué a secarme el pelo mientras veía tele, al ver ya mi pelo seco me até la mitad de arriba y abajo dejé suelto así plancharme. Entré a la habitación y Rubén se encontraba sentando en la cama viendo el teléfono ya cambiado.
-¿Ya estás listo?. Agarré la planchita.
-Si y tu estas muy bonita. Me dijo y salí de alli hacia el baño para empezar a plancharme.
Luego de unos minutos él salió de la habitación, agarrando la llave y sin decir palabra se fue dejandome encerrada. Lo llamé y no contestó, había dejado su teléfono en la habitación así que solo seguí. Luego de una hora tenía el pelo totalmente liso y siendo ya un poco tarde decidí cambiarme. De la valija saqué un short muy suelto rosa, una remera negra, mis zapatos con plataforma negros y mi maquillaje.
Comencé a cambiarme y después de ponerme los zapatos me dirigí al baño con el maquillaje en mano cuando llegó el español.
-¿A donde habías ido?. Le pregunté enojada, no me gustó que se haya ido sin decir nada.
-Bajé a comprar unas cosas-miré hacía la bolsa y adentro tenía cervezas- y al estar volviendo pues me había encontrado a una amiga y nos pusimos a charlar un rato.
-Claro "charlar". Hice comillas con mis dedos y me fui hacía el baño.
-Estas muy linda. Cambió de tema y me entregó una cerveza.
'Mmm' dije delineando mis ojos y luego dandole un trago a la botella.
-Avisame cuando estéis lista. Y se fue a la pieza.
A los minutos termine de maquillarme.
-Ya estoy lista. Dije mirandome en el espejo de la habitación.
Él se paró y se acercó a mi, tomó mi mano, me giro y luego pasó su brazo por mi cintura pegandome a él.
-Estas hermosa. Sonreí al igual que él y me quede viendo sus verdes ojos por unos minutos, hasta que reaccione.
-Gracias, pero creo que nos tendriamos que ir. Afirmó con la cabeza solatandome y agarrando su celular. Después de unos minutos ya nos encontrabamos en la puerta del boliche.
Entramos y estaba realmente lleno de gente, las luces no dejaban de moverse, la música aturdia el lugar y la gente no dejaba de bailar.
Me dirigí hacía la pista de baile con Rubén de la mano, después de estar un rato bailando él me hizo unas señas raras y solo afirme, en realidad no sabía de que se trataba. Seguí bailando sola y luego de unos minutos se acercó un muchacho alto de pelo claro y ojos oscuros.
-¿Tan linda y sola?. Gritó para que tratara de escuchar.
-No, mi amigo está allá. Dije señalando el lugar para donde se había ido.
-A él no le molestara si bailo con su amiga. Y comenzamos a bailar.
Él me hablaba y de en vez en cuando trataba de acercarse a mi boca sin obtener éxitos. Después de un rato largo bailando le dije que iría al baño y en la puerta de este vi a Rubén besando a una chica y solo entre al baño sin darle importancia auque por un lado me molestaba.
Salí de allí y sin mirar a mi amigo me dirigí al chico con el que estaba bailando y comencé a besarlo, seguimos bailando y me volvió a besar, nos fuimos a la barra para pedir unos tragos.
La noche pasaba mientras yo bailaba con él y tomaba toda clase de tragos.
*NARRA RUBÉN*
Hace como dos horas que no veía a Meri por estar con Gabriela, mi amiga que había visto en el edificio.
-Esperame solo un poco. Le dije y ella asintió.
Me metí en la pista de baile y allí la vi besando a un tío alto. Por la manera en que bailaba ella había tomado bastante.
La tomé de la muñeca y la saqué afuera de la discoteca, eran casi las cuatro de la mañana y no se encontraba nadie afuera.
-Pero que te pasa Rubén. El olor a alcohol que tenía era muy fuerte.
-Mérida ya deja de tomar o nos iremos a casa.
-Es temprano no nos iremos, tu sigue besando a esa floja y dejame con mi vida. Dijo ¿enojada?.
-¿Estáis enojada?.
-Shh-se rió-nos van a escuchar. ¿estaba alucinando?
-Deja de tomar ya joder y no quiero que sigas bailando con ese gillipollas con el que bailas.
-Él es el amor de mi vida. Susurró, luego rió y eructo.
-Joder... aquí nadie es el amor de tu vida y deja de tomar que te sacaré de aquí.
-No te pongas celoso que no te dije nada cuando besabas a esa-¿que coño le pasaba a esta mujer?-Además a vos también te amo demasiado. Y comenzó a besarme.
No voy a decir que no tenía ganas de besarla porque no hay mujer más perfecta en este jodido mundo que Meri pero me gustaría que me besara estando consciente de sus actos, no borracha como lo está en estos momentos asi que solo la aparte de mí.
-Tu me tienes que besar a mi, no a la otra.
-Nos vamos Mérida. Dije agarrando su muñeca y caminando en busca de un taxi.
-¿A comprar cerveza?.
-Si, a comprar cerveza.
Luego de subir al taxi y tener que besarla nuevamente porque era "su condición" para subir a aquél vehículo llegamos a casa.
Ella llegó quejándose y solo entro a la habitación y se durmió. Me acerqué, le saqué los zapatos y la tape. Yo tomé mi toalla y luego de una ducha me dormí.Un poco largo pero era necesario bitches.
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Gracias y nos vemos en próximo capítulo