La princesa del hielo.

Preparativos

Se acercaba la navidad y en el santuario de Athena todos están ocupándose de la fiesta ya que por pedido u orden de su diosa todos tienen que ayudar y de eso ni Shiori se salvo. Después del pastel que le había preparado a Milo para su cumpleaños, Saori le pidió que se encargara del postre por lo que ese día se dirigía al salón principal en compañía de Milo quien le iba a ayudar.

Ahí Death Mask estaba cocinando a regañadientes porque el no quería hacer nada pero una orden es una orden por lo que el canceriano debía cocinar su súper lasagna para todo el mundo.

Cuanto más se acercaban a la cocina las groserías en italiano se oían más agresivas, por lo que Shiori miro algo sorprendida a Milo y este le sonrío

-Death Mask no esta muy contento con su trabajo.-comento el escorpiano

- ¿Ah, y que tiene hacer?

-Cocinar su súper lasagna-dijo realmente emocionado

- ¿Es buena?

-La mejor y se ahorraría de mucho trabajo si le enseñara a alguien a hacerla pero no quiere revelar el secreto.

-Ah.

Los dos entraron a la habitación en silencio y saludaron al santo de cáncer.

-Hola Death

-Buenos días.

- ¿Que tienen de buenos?-contesto con algo de mal genio lo que hizo que Shiori pusiera un mal gesto.

-Grosero.

-Creo que alguien se levanto del lado incorrecto de la cama-dijo sonriéndole a la menor para que no se lo tomara tan a pecho.

-Iré por lo que necesitamos-agrego luego de corresponder el gesto

Shiori se alejo un poco yendo a la despensa que se encontraba al otro lado de la habitación. En lo que Milo se acercaba a Death Mask.

-No tienes porque tratarla así-le dijo en tono bajo y de reproche.

-No te metas bicho.

-Milo ven.-lo llamo desde la otra mesada con todo ya listo.

-Si ya voy.

El incidente paso y los tres se dedicaron cada cual a sus asuntos: de un lado Death Mask preparaba meticulosamente lo que seria la cena de aquella noche mientras que del otro Shiori y Milo preparaban el postre mientras jugaban con varios objetos e ingredientes al punto de quedar embadurnados de un lindo engrudo de harina, aceite y demás cosas que ya no se distinguían.

Finalmente todo fue a parar al horno y ya solo restaba esperar a que estuviera listo.

-Bueno yo tengo que irme así que tendrás que terminarlo tu sola.

-Si esta bien ya solo falta arreglar la decoración de eso yo me encargo-dijo con una sonrisa de lado despidiendo al santo de Escorpio.

A Shiori le incomodaba un poco quedarse sola con el caballero de cáncer ya que no parecía tener un carácter muy agradable y mucho menos ese día pero no tenia sentido retener a Milo.

Al rato, cuando ya habían sacado todo del horno, los ojos de Shiori parecían pequeñas estrellitas al ver el plato principal de la cena.

-¡Guau! Se ve muy bien.-dejo escapar claramente sorprendida.

-Mm...-ese fue el extraño sonido que dio a modo de respuesta Death Mask.

- ¿Puedo probar?-pregunto ilusionada acostumbrada a que siempre le dejaban "inspeccionar" la comida antes de alguna ocasión especial.