Cap. 9

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                                                                           *4 DÍAS DESPUÉS*

—Creo que este es, muchachos, ¿Qué tal?— Por todos los cielos, es el sexto vestido que se prueba. Que si "muy brillante", "muy apagado", "muy uniforme", "se ve gorda", "se ve esqueletica"... Me trae mareado, la verdad. Julio si sabe como parecer interesado, está apoyado de sus rodillas con la expresión más seria de la que es capáz, sonríe un poco y asiente con la cabeza. Decido hacerlo también para ver si termina esto, Gemma nos ve por un largo rato, ve el vestido verde, se observa en el espejo imaginándoselo puesto, nos come la inquietud, parece que lo va a elegir... Se niega:— Me probaré otro, este no me termina de convencer.— A Julio se le escapa un bufido y ella voltea con los ojos caidos—. ¿Qué pasa, Julio?, ¿No quieres estar conmigo?— Parece que iba a llorar—. Si no quieres acompañarme, puedes irte. Harry se quedará aquí.— ¡Puchis!

—Deja el drama, chica, ya vas para siete trapos que te mides. Escoge uno y ya.— Se cruza de brazos—. Para ver el segundo, ese azul de allá.— Lo señala sin pensarlo.

Gemma, dudosa, lo toma de la mesa y se lo alcanza a la altura del cuello. Va al baño para medirselo y sentí un alivio, seguro escogerá ese... Eso espero. Julio había conseguido el número de la querubín, no le iba mal, hablaban casi todas las noches, creo que si van para algo, aunque lo dudo mucho viniendo de él. Luego de unos minutos, sale Gemma del baño con una enorme sonrisa, da una vueltita y se queda esperando nuestra reacción.

—¿Ves? Estás muy linda, princesa.— Opina Julio.

Y vaya que lo estaba, le quedaba lindísimo, parecía una niña de porcelana. Me mira buscando aprobación:—Eh... Wow, Gems.— Se sonroja y ríe.

—Gracias por ayudarme, chicos.— Se vuelve a meter al baño—. Espero que tengan ánimos para ayudarme ahora con los zapatos.— Informa—. Julio se lleva dos dedos a la frente y los aparta en una despedida militar, me da una palmada en el pecho con una breve risita y se va calladito. Iba a hacer lo mismo, pero el picaporte sonó y supe que ahí quedé atrapado. Mi amiga sale y su cara cambia a confundida/molesta:— ¿Se fue?

No pude evitar reirme, Gemma toma sus cosas y hace una llamada. Se despide de mi lanzándome un besito de lejos, para irse azotando la puerta. Me tiro en la cama con los brazos en la cabeza, pensando, había reservado un lugar en el parque para mi violín y para mi, algo tranquilo.

—Busca algo que ponerte, arréglate, haz algo con ese cabello tuyo loco, no sé.— Aparece Julio de la nada, tira su teléfono a la cama y busca en su armario—. Irás a es afiesta, faltan tres horas, muévete.— Saca una camisa de cuadros roja, la huele y la devuelve a su sitio con asco—. Tuve que escapar un rato, Gemma me cargaba al borde. Además, si me hubiese quedado...

—¿...Qué...?—Interrumpo—. Julio, no iré, no tengo con quién ir ni que ponerme, además, ya hice planes para esa hora.— Me siento a observarlo.

—Si vas al parque a tocar ese instrumento tuyo como un pobre loco, olvídate de eso. Vas conmigo, ya te conseguí a alguien, una de las querubinnes.— Me guiña un ojo—. Vamos, párate y mídete esto.— Lanza un par de camisas y unos pantalones.

Refunfuñando, tomo las que me parecen más agradables a la vista y me las imagino en el espejo. Julio ya había sacado lo que se iba a poner, eligió un par de zapatos al azar y acomoda todo en una silla rápidamente. Yo seguía intentando ponerme algo que me quedara, teníamos la ventaja de ser de tallas cercanas, pero no se gustos iguales. Toda su ropa era... Muy rebelde y rara, además de ser como para frío, él está loco. Me observa de lejos y su carcajada me hace sobresaltar, volteo a ver la ropa, luego a mi, no entendí su reacción.

—Ven acá, amor mío.— Me quita lo que escogí y lo lanza de nuevo al armario. Se queda pensativo con el montón, estira el brazo y saca una chaqueta con un jean de un solo tiro—. Prueba con eso.— Me despojo de mi ropa actual e intento con la nueva. Oigo un silbido que me sonroja, Julio aplaude de la nada y se ríe—. No te ves nada mal, soy el maestro en esto.... Aunque estoy sospechando de mi talento.— Arruga su expresión—. Nah, soy perfecto. Ahora, anda a bañarte, que hiedes, yo voy por un café mientras llamo a Gemma para nuestra llegada en conjunto, así bien dramático.—Se va hablando solo entre risas.

Ruedo los ojos y me quedo mirando mi reflejo en el espejo. Me sentía ansioso, ¿Esto contará como una cita?, Tal vez si, ¿Le llevo flores? A las chicas les gusta eso. Me quedo en calzoncillos, dejo la ropa en mi cama y voy a darme una ducha, pensándolo bien, si la necesito.

                                                                              ⚫ ⚫ ⚫

Y ahí estaba, parado como idiota con una rosa en la mano y un paquete de fresas con chocolate en la otra, Julio me dijo que esperara en la puerta a que la querubín llegara, que era muy tímida, fue a buscarla con una extraña emoción y con su típica mirada pícara. Algo planeaba, lo sabía, me disgustaba no saber nada. Gemma me hizo prometerle, que si por razones de la vida me dejaban plantado, la buscaría para pasarla con ella y su chico... Si, eso sí es diversión pura, tu mejor amiga, su pareja y tú, no puedo imaginar una mejor manera de pasar la noche.

Le doy un vistazo a la hora, 9:50pm, Julio se fue a las 9:25pm. Ya dudo que regresará, capáz y se olvidó de mi. Me rendí, tomo dirección al salón, destapo el paquete de fresas y comienzo a intentar descifrar por qué soy tan feo. No quiero pensar en absolutamente nada relacionado con Julio y su estúpida idea de tra....

—¡Hey, amor mío, voltea y observa a tu macho!— Oigo la voz de mi hermano y volteo con rapidéz. No podía creer lo que veía—. ¡Mira a quién me encontré por allí!— Empiezo a toser como loco, una fresa se me había ido por otro camino, tapo el frasco con torpeza y me limpio la boca con la manga de la chaqu.... ¡Cielos!, ¡Ésta chaqueta no es mía!

—Vaya, pareces nervioso, ¿Te asusto, cachorro?— Habla con diversión al estar más cerca.

No hallaba que hacer en ese momento. Ella se veía tan... Sexy, tan rebel, tan mala. Esa chica olía a problemas con un toque de coco y vainilla, me encantaba... Niego con la cabeza, Julio es un atrevido, invitar a esa chica a la fiesta sin mi autorización, ¡Perdió la cabeza! No entraré con ese par de locos.

—Esto estará muy bueno.— Cae en risas—. ¿Entramos?

Este plan huele a líos por doquier.








Breaking RulesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora