Cap. 19

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Tengo la vista pegada en el techo. Parezco estar hipnotizado con esas luces que van de aquí para allá, de allá para acá sin parar. Me sorprende lo rápido que anochece, ya es tarde, ¿Qué pasará en la mañana? La cena fue lo más incómodo que hemos vivido, tenemos nuestras creencias y ellos las suyas, esperaba que Eleanor fuese un poco más respetuosa con mi familia como yo lo he sido con la de ella. Ella es la hija del demonio... Del verdadero demonio, no debería siquiera mirarla. Pero no podemos volver, somos fugitivos, nos expulsarán del instituto. Extraño mi violín, el piano, al profesor McNathy, ¿Qué le habrá pasado? Seguro no podrá dar clases de nuevo y es mi culpa. Oh, profesor...

Una de las luces comienza a brillar más de lo normal, se está expandiendo. Frunzo el ceño. La sala, de esquina a esquina, queda bañada por la claridad, ya tenía que cubrirme los ojos, era realmente intenso. Harry. Esa voz... No puede ser.

—¿Gabriel?— Susurro con alegría. Dime que eres tú, por favor.

La habitación queda a oscuras de nuevo. Me siento y busco desesperadamente, los muchachos siguen soñando, ya me estoy volviendo loco. Siento un roce en mi hombro haciendo que voltee de inmediato. Oh, era él. Lo atrapo en un gran abrazo, lo extrañaba, me devuelve el gesto, puedo sentir todo su amor corriendo por mis venas. Tiene una sonrisa en su rostro, trae buenas noticias, me separo con ansias. Suspira.

—Me he enterado de todo, Harry, El Padre y yo te hemos estado observando.— Sentí mi cara arder de vergüenza—. Pero estoy aquí para guiarte, sacarte de aquí.— Exclama emocionado—. Harry, ¡Irás con tu Padre! ¡Todos irán!— Me toma por ambos hombros—. Tenemos que sacarlos ahora, no deben estar presentes para lo que se acerca.— Me jala por un brazo con cuidado y sonrío.

—Ve con ellos, despiértalos.— Escucho como la puerta se entreabre y la vi... Su carita somnolienta se asomaba por el espacio. No supe qué decir, pero no fue lenta, se regresa con algo de velocidad. No esperé nada bueno.

Gemma estaba igual o hasta más feliz de verlo que yo, se lanza a sus brazos y ríe. Otro sonido, vuelvo a mirar a su cuarto y como lo sospeché, me miraba con sorpresa, hay algo más, no puedo identificarlo. Pero feliz no está. Ya estábamos listos para irnos cuando un maullido nos detiene.

—Vaya, ¿Puedo preguntar a dónde van?— Se sienta Lucius peinándose la esponjada cola.

—Se vienen conmigo, demonio.— Gabriel se coloca al frente, dejándonos atrás como una especie de protección. El gato abre los ojos de par en par y ríe.

—Y yo me creía la única niñera, ¿Cómo van las cosas con el barbudo?— Comenta casual.

—Mejor de como les irá a ustedes por toda la eternidad, eso lo aseguro— Nos va empujando hasta la puerta—. Gracias por... Cuidarlos, ya me los debo llevar.— Sonríe fugazmente.

Eleanor baja la mirada. La puerta ya estaba abierta y Gemma fue ya había salido, Julio me miraba y da un leve movimiento con la cabeza en dirección al cuarto de ellos, asiento, entendí. Cierro los ojos y respiro, el corazón me late muy fuerte, espero que mi Padre pueda comprender:— No...No me iré sin ella.— Me clavo en el suelo— Disculpa, Gabriel, pero no me moveré hasta que todos estemos a salvo.

Gabriel se queda perplejo. Entra en negación:— Harry, todos están esperándote, por favor, ven.— Extiende su mano. Espero hacer lo correcto. Le doy una sonrisa y tomo su mano, la beso y la dejo ir. Mi decisión estaba tomada.

—Gabriel, me caes muy bien.— Julio ríe y lo toma por ambos hombros—. Pero mi lugar está con Harry.— Me abraza.

Gabriel no encontraba qué hacer. Expande, por primera vez, sus hermosas alas de luz, y como una estrella en sus últimos momentos, crece, crece y... Desaparece. Se había ido junto con Gemma. Miro a Julio y sonrío, de repente unos brazos me toman por el abdomen, bajo la mirada y veo su melena oscura. Me sujetaba con todas sus fuerzas, parecía un oso de verdad. No pude evitar reír, me sentía feliz a su lado, le acaricio el cabello y lo último que sentí fue un muy caluroso beso. Ella sigue tomándome por sorpresa con sus labios. La sujeto por el cuello, no puedo negar que me encantaba hacer esto, parecían fuegos artificiales en mi organismo. Con ella no tenía control sobre mi, debía tocarla... Y oh, me ha mordido. Varias corrientes eléctricas me recorren en cuerpo veloz mente, aterrizando en mi zona inferior.

Ella se separa. Menos mal lo hizo. Lucía tan alegre, emocionada. Julio se reía y se tapaba la cara, alzo una ceja burlón. Lucius salta hasta el espaldar de uno de los muebles y maúlla, pide atención y se aclara la garganta:— Bueno, muchachos, espero que entiendan que esta no fue la mejor decisión que pudieron tomar.— Se ríe— Ahora todos debemos ir con...— Empieza a tambalearse— ¿Que mierd...?— Alcanza a decir antes de caer en los sillones.

Voy con él y lo reviso, voy palpando su estómago y... Todo da vueltas, no puedo mantener la mirada fija. Escucho algo caer, Eleanor se desmaya en la sala, tenía ganas de vomitar, extiendo el brazo pero al dar el primer paso, todo se oscurece.

Intenté por las buenas, Harry, no puedo dejarte aquí.

Logro escuchar unas voces, identificando la de Gabriel. Poco a poco pierdo la audición y sentí caer en un profundo sueño.

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⏰ Última actualización: Sep 06, 2016 ⏰

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