ESTO NO ES EL FINAL DEL LIBRO, YA QUE MUCHOS SE CONFUNDEN. ES LO QUE PASÓ ANTES DE LA ACTUALIDAD.
Hace dos años
―¡Basta! ―gritó con lágrimas en los ojos― No hagas esto, Adam. Por favor. Yo... Yo prometí ayudarte... Podríamos...
La frase quedó a la mitad cuando un sollozo la interrumpió.
En su rostro había desaparecido la alegría propia de ella y en sus ojos el brillo se había apagado dejándola con una mirada vacía.
El miedo, la histeria, preocupación y culpa le recorrían las venas. Y las lágrimas eran signos de ello.
Miedo a la oscuridad. Estaba en la oscuridad.
Miedo a la muerte. Esa noche moriría, y ella lo sabía.
Miedo al ser despiadado que tenía en frente. Adam le sonreía con tristeza.
―Te amo tanto que odio verte sufrir.
―No lo entiendo... Yo... Adam, por favor, déjame —dijo entre sollozos—. Saldremos de esto.
―No, Leyla ―suspiró y tomó su rostro entre sus manos. Su voz estaba quebrada y débil, sin embargo, contuvo las ganas de arrodillarse y llorar ante ella―. Sé que sufres, pero yo provoco ése sufrimiento. Es más tranquilo para mí. No tengo elección, amor, no la tengo. Lo lamento.
―Adelante, mátame, entonces. A pesar de saber que sí tienes elección —pidió con firmeza segundos después—. ¿Sabes que es lo peor de morir ahora mismo, Adam? —Leyla no pudo controlar más su voz, ya que en la última palabra, al decir su nombre, comenzó a quebrarse quedando su rostro empañado de lágrimas en cuestión de segundos. Decir su nombre le dolía como nunca hubiese imaginado— Es que ni siquiera puedo odiarte, que no puedo odiar a mi asesino. Mátame, Adam. Termina ya con tu tormento.
Ésas palabras provocaron que algo se rompiera dentro de él, como si alguien hubiese estrujado su alma lenta y dolorosamente.
Su mirada no se apartó de aquellos ojos verdes que tanto amaba, eran los mismos ojos que un día lo habían tranquilizado y mirado con amor, pero ahora irradiaban sólo decepción y tristeza. No sabía qué podría ser peor: sus palabras o la forma despreciativa de mirarlo.
―No quiero ser esto. Pero es la única forma en que protejo lo que amo. Y sé perfectamente que soy un monstruo, un demonio y todo lo que quieras llamarme.
―Sólo hazlo ―respondió apartando la mirada de él y cerrando los ojos al mismo tiempo que imaginaba sólo dos cosas: estrellas y momentos felices.
―Te amo, Leyla, siempre lo haré...
Dicho eso, Adam con una sola bala disparó a su corazón. Cuando apretó el gatillo sintió como si él mismo se hubiese disparado, como haberse enterrado un afilado cuchillo en el pecho.
Leyla sintió el impacto al instante y se dejó llevar por la muerte, no se resistió. El cuerpo cayó pero Adam logró atraparlo entre sus brazos, se hincó junto a ella con el corazón hecho pedazos y aventó el arma lejos de él.
La chica no tuvo tiempo de decir lo último que pensó cuando vio a Adam tan cerca de ella, sosteniéndola con lágrimas en los ojos, con aquel anhelo y sufrimiento en su mirada, como si se disculpara en silencio.
"Te amo, Adam", quiso decir, pero lo único que salió de sus labios fue su último suspiro.
Un charco de sangre se formó de inmediato alrededor de la pareja, pero a pesar de ello, él no se alejó. Permaneció ahí, junto a ella, sosteniéndola entre sus brazos, con sus manos acariciando su rostro deseando que sus bellos ojos volvieran abrirse. La lluvia se mezclaba con las gruesas lágrimas del chico que caían sobre el cadáver. Los truenos acompañaban a sus gritos de dolor provocando una sinfonía llena de sufrimiento. Y Adam, aun aferrándose al cuerpo de Leyla, se negaba a dejarla sola en la triste noche.
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Adam [¡DISPONIBLE EN FÍSICO!]
Mystery / Thriller[COMPLETA] Adam tiene una fascinación por las frases de asesinos. Reachell ama tocar el piano. Adam es reservado y misterioso. Reachell es curiosa. Ella escribe pequeños relatos. Él descubrió sus escritos. Y... ha...