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Soy un cobarde, un maldito cobarde. Cobarde, cobarde, cobarde...

Scott se encontraba sentado en el margen de la cama sujetando su cabeza con fuerza repitiendo varias veces esa palabra en su mente para sí mismo.

Sabía que hizo mal al sugerir esa pelea, pero no tenía otra opción. Theo habría matado a Adam antes de dejarlo libre, y no es que le preocupara aquel chico, pero tenía esa extraña sensación de que para Reachell era importante. Se preguntaba por qué él había llegado en lugar de la chica, era tan testaruda que haberla convencido de que se quedara era imposible. Aun así, una parte de él se alegraba que no estuviera en el lugar de Adam. No podría imaginarse lo que hubiese pasado.

¿Y por qué él no se enfrentó a Theo antes? Por miedo, no a morir, sino a él. De que lo tocara, de tener sus ojos encima, de sentirlo cerca. Y él en esos momentos se sentía un cobarde por esa razón, porque era incapaz de enfrentarse a su miedo. Además, sabía que Adam no iba a morir. Por eso no se preocupaba por la pelea, porque en aquel chico vio más odio que Theo. Parecía una persona lastimada y que había sufrido. Su mirada era vacía como un abismo en el que al final hay sólo monstruos esperando desgarrar a cualquiera. Estaba tan loco como él, aunque Adam lo demostrara de otra manera.

Hay tantos dementes en el mundo, que a veces confundo si los dementes son los cuerdos. O si los cuerdos están dementes.

Tal vez había salvado a Adam de la muerte, pero lo que le esperaba era mucho peor. No sabía si estaba bien lo que hizo, o si se mereciera perdón, o si era un ser despreciable por ser cobarde.

No era la vida de Adam la que estaba en juego, era su libertad. Por lo menos estaría vivo, que era lo que seguramente Reachell preferiría.

Soy un desgraciado.

Y como siempre, Scott comenzó a reír, porque en esos momentos de culpa y odio contra sí mismo, ¿qué más podía hacer?

Llorar es una estupidez cuando tengo una sonrisa jodidamente hermosa, así que Scott, ríete de lo idiota y cobarde que eres. Ríete si no hay nada por hacer.


~~~~~~*~~~~~~


El lugar era grande, sucio y olía a humedad. Del techo sólo pendía un foco que apenas lograba iluminar, era como si sólo alumbrara para las dos personas que iban a pelear.

Varios hombres se encontraban alrededor armando un gran círculo, ninguno de ellos estaba armado. Todos observaban a Adam y a Theo atentos a lo que pasaría en escasos minutos.

Scott se encontraba encadenado a una pared, alejado de la multitud sin poder ver nada desde la distancia en la que se encontraba, pero eso no era algo que le preocupara. Él ya sabía quién iba a ganar. O al menos, estaba seguro de eso.

Lo tenían como a un perro que ha sido castigado: encadenado y en el lugar más sucio de todo aquel cuarto. Según le dijo Theo, era para que no interrumpiera. Scott no se opuso, de todas maneras, tal vez era así como debería ser tratado: como un animal. Se merecía eso por ser tan cobarde y débil.

Al parecer la pelea dio inicio ya que la multitud gritó en vítores.

El chico de cabello platino sonrió, cerró los ojos y se dispuso a dormir con aquel gesto en su angelical rostro.




Adam recibió un fuerte puñetazo en la sien haciéndolo tambalear y caer de espaldas sobre el hombro herido. Soltó un quejido de dolor, ya que la bala todavía seguía impregnada en su piel.

Adam [¡DISPONIBLE EN FÍSICO!]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora