III.

13.4K 1.4K 113
                                    

Hoy me tocaba estar de cajero, por lo cual no pude ir personalmente a molestar a Greenie... pero nadie dijo que no podía enviarle notas, o tirárselas en la mesa. Y para mi suerte se había sentado cerca de la caja. 

Hey, Greenie.

La nota calló en la mesa y noté como frunció el ceño, al abrirla rodó los ojos y me buscó con la mirada, al encontrarme alzó una ceja y volvió a lo suyo. Yo reí, esperaba esa reacción.

Te ves bastante bien desde aquí, Greenie. 7u7

Al abrirla su mano derecha golpeó su frente y me sacó el dedo corazón con una sonrisa sumamente falsa. Lo cual fue bastante chistoso. 

Pasó un buen rato en lo mismo, yo le enviaba notas y ella rodaba los ojos o me sacaba el dedo corazón. Hasta que decidí intentar algo nuevo: decirle algo bonito.

Conocerte ha sido una de las mejores cosas que me ha pasado.

Esta vez al abrirla sonrió levemente, aunque intentó no hacerlo, y volteó a mirarme con esa hermosa sonrisa que la hacía ver mucho más bella de lo que ya era. Caminó hacia mí con la nota en mano.

—Pero si no me conoces.—dijo riendo.

—Porque no me dejas.

—Eso es cierto.—admitió.

—Entonces... ¿me dirás tu nombre?—pregunté esperanzado.

—No.—rió y se alejó.

—Algún día lo harás, Greenie.—grité haciéndola voltear hacia mí -al igual que varios clientes más- y sacarme el dedo antes de volver a sus cosas. 





GreenieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora