XXXIX-Part.2

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Estábamos arreglando los últimos detalles y los nervios me complicaban tal tarea. Saqué mi móvil de mi bolsillo al sentirlo vibrar.

—Ya está de camino.—le dije a Nick.

—Ya me voy.—murmuró mientras se inclinaba para ver si todo estaba bien hecho— Bien, todo está listo.

Lo vi marcharse después de asegurarme que todo iba a salir bien. Respiré profundamente y me acerqué al barandal mientras esperaba por ella.

***

—¿Qué es todo esto?—preguntó al llegar. Parecía sorprendida y algo... fascinada, lo cual me alegraba.

—Ven, acércate.—le brindé mi mano, la cual aceptó sonriendo.

Caminamos hacia la mesa que habíamos colocado, Nick y yo, y tomó asiento frente a mí. Me quedé mirándola totalmente embobado y es que, ¡Dios!, qué bella era.

—¿Me piensas decir de qué trata todo esto, amor?—dijo rompiendo el silencio.

—En unos minutos.—le contesté mirándola a los ojos—Ahora, si me permites, quiero decirte que en verdad estás hermosa.

Un leve color rojizo apareció sobre sus mejillas, dándole un toque más tierno a su rostro.

—Gracias.—murmuró.

Me puse de pie para buscar los platos que contenían nuestra cena, luego fui a por el champagne y empecé a servirlo en las copas.

—¿Por qué siento que se me olvidó una fecha importante?—rió nerviosamente mientras se rascaba la muñeca derecha.

—Tranquila.—dije tratando de calmarla—Tú solo disfruta.

***

—Así que mi padre empezó a correr mientras gritaba al ver aquella tortuga saliendo del mar.—rió y tomó de su copa—Aún no lo supero, es que un cuerpo tan grande no puede ser tan cobarde.

Reí al imaginármelo. El cuerpo de Mark solo era una pantalla, en el interior era muy sensible.

—Tu padre es todo un caso.—comenté mientras la veía reír.

—Sí, lo es.

Luego de terminar de comer, recogí los platos. Tomé el postre y lo llevé con cuidado a la mesa. Al ponerlo delante de ella pude notar su confusión.

—¿1.0?—cuestionó mirando el pastel de chocolate con esos números encima.

—Hace un año, en este mismo lugar, pude tener el honor de besar tus labios por primera vez.—moví mi silla para sentarme a su lado—Desde entonces supe que serían mi postre favorito.

Una sonrisa se plasmó en su rostro y segundos después se sonrojó.

—Hace un año, en este mismo lugar, supe que ibas a ser ese alguien especial.—tomé su mano—Desde ese momento supe que no quería a nadie más.

—Y-yo...

—Sh, solo escucha.—dije suavemente—No podría enúmerar todas las cosas que amo de ti porque no terminaría nunca, ya que amo todo lo que proviene de ti. El día que entraste a la cafetería...—reí al recordarlo—Supe que te quería en mi vida, ¿por qué? No lo sabía en ese entonces, pero ahora sí. Tu belleza me cautivó desde que te vi entrar y me ericé, algo me halaba a estar cerca de ti.—nuestros dedos se entrelazaron—Y ese cabello verde... huh, ese cabello me dejó atrapado.—dije haciéndola reír.

Tomé algo de agua y la miré a los ojos.

—Ahora bien.—me incliné para poder ponerme de rodillas y su semblante se puso serio—Tenerte en mi vida ya es un enorme placer, saber que te tengo a mi lado y que me amas, tal y como te amo a ti, es algo indescriptible pero, aún así, necesito saber qué le diré al padre cuando decidamos dar el siguiente paso.—respiré profundo intentando no reír—Querida hermosa, ¿me harías el honor de decirme tu nombre?

Pude notar que no sabía que hacer en ese instante, parecía sorprendida por la situación.

—Entonces...—dijo después de un rato—¿Todo esto fue para saber mi nombre?—la miré expectante, ella –inesperadamente– rió—No tenías que hacer todo esto.—señaló su alrededor.

Estábamos en el mismo lugar al que la había llevado en la primera cita, luego de haber comprado helado. El lugar estaba repleto de globos, la luz de la luna nos iluminaba el lugar junto a las estrellas y la ciudad brillaba para nosotros.

—Bueno, hemos estado juntos por un tiempo y quería que fuese especial.—fruncí el ceño levemente, aún seguía de rodillas y ella seguía riéndose.

—Y-yo te a-amo.—dijo tratando de respirar—Te amo demasiado.—se abalanzó sobre mí y sentí sus labios sobre los míos.

—Yo te amo más.—sonreí antes de besarla.

Nos separamos lentamente y nuestros alientos se mezclaron. Ambos sonreímos sin alejarnos totalmente.

—Maelle.—escuché que decía y abrí los ojos con sorpresa—Maelle Roswell.

—Ahora también amo tu nombre.—sonreí y volví a besarla.

Me puse de pie y tomé su mano para que ella hiciera lo mismo.

—Pues, Maelle.—dije haciéndola reír—Mi nombre es...

—Josh.—dijimos al mismo tiempo, fruncí mi ceño—Lo sé.

—¿Cómo...?—pregunté confundido.

—La segunda vez que te ví en la cafetería.—dijo sonriendo y mirándome intensamente—Tu jefe lo dijo y lo escuché.

—¿Y por qué no dijiste nada?

—¿Y quitarle lo misterioso a nuestra historia?—negó con la cabeza—Eso lo hacía más especial.

Quise molestarme, pues básicamente mi novia me había hecho trampa ya que sí se sabía mi nombre, pero no fue así. Solo pude halarla hasta tenerla en mis brazos.

—¿Te enojaste?—preguntó al darse cuenta de que no decía nada.

—No.—contesté sinceramente.

Subió su rostro y me miró a los ojos antes de sonreír, provocando que una sonrisa también saliera de mis labios.

—Sonreímos demasiado, ¿sabes?—comentó ella riendo.

Se veía tan bella así, en mis brazos, riendo junto a mí. Suspiré, cuánto amo a esta chica.

N/A:

¡APARECIÓ EL NOMBRE DE GREENIE! ¿Quééééé? *Se pronuncia Maeli, btw*

Por cierto, ya solo falta el final. :c No puedo creer que haya acabado, bueno, casi.

¡ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO!

Los ama, Endless.

GreenieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora