XXV.

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—¿Te gustaría ir a cenar a mi casa esta noche?

Me sorprendí un poco por su pregunta, pensaba que aún no me quería presentar a sus padres.

—Sí, será un placer.—le sonreí de lado.

—Bien, entonces tengo muchas que hacer y mejor voy a preparame.—cogió su bolso.

—A penas son las 4 de la tarde, bonita. Tienes tiempo de sobra. 

—En serio necesitas entender que soy una chica y que, a pesar de que no soy muy normal, duro mucho alistándome.

Se acercó y besó mis labios. 

—¿A las 7:30 te parece bien?

—Allí te veo.—sonrió y luego salió de la cafetería.

Nick se sentó donde ella estaba segundos atrás y me miró con una sonrisa burlona. 

—¿Qué?

—Te has enamorado, primo.

Reí y rasqué mi nuca. 

—Lo sé.

—¿Quién lo diría?

—¿De qué hablas? Si tu eres el que anda de chica en chica como las abejas van de flor en flor.—me burlé.

—Ya no.—se puso serio—Creo que también voy por el mismo camino que tú. 

Sonreí. 

—Son especiales, ¿no?, lo puedes notar a simple vista.—dije pensando en Greenie.

—Sí, es así.—rió y de nada se calló—Primo, nos han puesto cadena.

—Pues me encanta estar amarrado.—reí levemente.

—Sí, a mí también.

—Qué cursis nos hemos puesto.—negué con la cabeza.

Nick rió negando con la cabeza también.

—Debes presentármela algun día.—le recordé.

—Lo sé, te caerá bien...—rió como si se acordara de algo—Especialmente su cabello.

Fruncí el ceño.

—Luego lo entenderás.—se limitó a decir.

—¿Ahora esto es una tertulia familiar?—preguntó el jefe llegando hasta nosotros—A trabajar, ¡ya!

Nos paramos rápidamente y empezamos a trabajar, aunque el mayor trabajo fue ocultar la risa. 

***

—Buenas noches.—dije cuando abrió la puerta.

—Hola.—sonrió—Qué guapo estás.

—Tú también estás muy guapa.

Me dejó pasar y agarró mi mano para empezar a caminar. ¡Vaya que era una gran casa! Cuando llegamos al salón donde estaba su padre, me asusté. Él era verdaderamente grande y fuerte. Se acercó a saludar y me dio la mano, la cual apretó y me hizo tragar en seco.

—Soy Mark, ¿y tú eres?

Iba a responder pero me callé al darme cuenta de que Greenie tampoco lo sabía y quedamos en que ella lo diría primero.

—Él es mi novio, papá.—dijo ella.

Su padre no dijo nada y se limitó a observarme, me mantuve callado pero derecho. Luego su padre sonrió y respiré con tranquilidad.

GreenieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora