-Entonces, ¿qué es eso tan espectacular que te sucedió?- me pregunta Ethan en cuanto terminamos de cenar y subimos a mi habitación. Yo me moví rápidamente por la habitación, de ida y vuelta, y Ethan me miró con la boca abierta.- No eras un borrón, pero eso era moverse muy rápido.
-De eso era lo que estaba hablando abajo. Mi fuerza se incrementó de golpe, al igual que mis sentidos y mis reflejos- afirmo.- Dejé inconsciente a Morris de un golpe, que para mí fue apenas un toponcito. Va a despertar con un dolor de cabeza de puta madre.
-Y un odio aún más profundo hacia tu persona, si cabe- comenta Ethan rodando los ojos, dejándose caer en mi cama. Puso mala cara.- ¿Para qué demonios te han aparecido nuevos poderes? Creo que ya era suficiente con tritones caníbales y un hermano con la capacidad de respirar bajo el agua. Ahora resulta que eres superman. No es justo.
-¿Por qué? ¿Celoso?- bromeo y Ethan sale de mi habitación, cerrando la puerta fuertemente tras de él. Yo me volteé completamente estupefacto, y me quedé allí parado, sin hacer nada, simplemente mirando la puerta cerrada como un idiota. ¿Pero qué demonios le pasaba?
Me mordí el labio inferior cuando la realidad de mis palabras me alcanzó. Mierda. Yo estaba aquí, jactándome de mis nuevos poderes y de todas las cosas increíbles que podía hacer, mientras él tenía que quedarse allí, observando, en segundo plano, cubriéndome las espaldas. Quizá fuera su deseo egoísta, pero podía comprenderlo y no lo juzgaba. La posibilidad de que mi hermano estuviera realmente celoso de mis podres era casi del cien por cien.
-Creo que la he cagado- murmuro saliendo de mi habitación y llamando a la puerta de la suya. Aporreé la puerta por varios minutos, hasta que Ethan me gritó de malos modos que me marchara de una buena vez, que quería estar solo.- Sí, la he cagado.
Regresé a mi habitación y me dejé caer en la cama boca abajo, recordando el segundo de estupefacción que alcancé a ver en los ojos de Morris justo antes de que cayera inconsciente bajo mi puñetazo. No pude evitar sonreír ante el recuerdo. Era muy consciente que podría haberlo fácilmente matado, pero no lo había hecho, y demonios si no se había sentido bien el dejarlo KO de un solo puñetazo bien dado. Iba a ser un duro golpe para su ego.
Ya podía preocuparme por la extraña reacción de mi hermano mañana. Muy podía quedarme fuera de su habitación toda la maldita noche y él no iba a abrir la bendita puerta de lo terco que es. Así que iba a utilizar esas horas de sueño para regodearme en la victoria frente a Morris. Y si el imbécil pensaba siquiera en humillarme nuevamente en público, no iba a dudar en sacarle en cara lo que había sucedido. Qué lo negara, que yo no iba a tener ningún problema con repetirlo.
El desayuno fue uno de los peores que había vivido en mi vida. Estaba sentado al lado de Ethan y éste no paraba de mirarme feo, manteniéndose en un taimado silencio. Estaba casi seguro que quería arruinarme la comida, pues no había sido capaz de disfrutar ni un solo bocado de la tensión que había en el aire junto a nosotros.
Comimos completamente en silencio, pues cualquier intento de conversación quedó sofocado ante la actitud hosca de mi hermano. ¿Qué demonios le pasaba? La pataleta debió pasársele con una buena noche de sueño. Se supone que las cosas tienen mucha mejor pinta a la luz de la mañana, cuando los ánimos están un poco más calmados. Pero con Ethan todo parecía haber empeorado.
Mis padres se desvivieron los primeros quince minutos intentando que les contáramos de qué iba todo el jaleo, o mejor dicho, el silencio de ultratumba; pero ni Ethan ni yo dijimos una palabra al respecto. Yo no iba a intentar explicar el maldito ánimo de mi hermano si ni siquiera yo era capaz de entenderlo. ¡No era mi culpa tener poderes! Yo no había invocado a una deidad loca para que me maldijera ni nada por el estilo, así que no podía culparme de nada. Y tampoco era mi culpa que él envidiara mis poderes, maldita sea.
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Maldición de Luna (Maldiciones de Bosque Azul 1)
FantasyLibro 1 de Maldiciones de Bosque Azul Sólo una gota de agua es suficiente. Summer ha tenido que lidiar con una cola de sirena cada vez que toca el agua desde aquel accidente. No entiende por qué fue que sucedió ni por qué es que le están pasando es...