Epílogo

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-¿Estás seguro que vas a estar bien?- le pregunta la madre de Caden a mi nuevo novio. No pude evitar ruborizarme al recordar lo que había sucedido la noche anterior. Sonreí feliz, contenta de haber aceptado hacer aquello. Había sido genial. Sí, habíamos sido algo torpes al principio, pero estaba segura que mientras más practicáramos, mejor la pasaríamos.

-Sí mamá. No te preocupes. Va a haber varios soldados cuidándonos para que no nos pase nada- afirma Caden abrazando a su madre.- No vamos a estar lejos más de tres días.

-No se preocupe, que yo voy a cuidar muy bien de su hijo- afirmo abrazando a Caden y apoyando mi mentón en su hombro, mis pies en punta para que yo pudiera alcanzar.

Estábamos todos en el muelle de mi casa, esperando que Alanis hiciera acto de presencia. Ethan, Malorie, Cedric y los padres de Caden estaban presentes. Iban a despedirnos y a desearnos suerte. Yo no pensaba que la necesitáramos. Sí, era bastante atemorizante el tener que ir a una ciudad llena de sirenas y tritones, nosotros sin saber si seríamos bienvenidos o no, sin saber quiénes intentarían comernos...

Pero sentía que no sería un gran problema. De hecho, no es que fuéramos a pasearnos por el lugar, pavoneándonos. Sólo íbamos a visitar a los ancianos y a regresar. Nada más complicado que eso.

-Summer, Caden...- llama Alanis sacando la cabeza del agua, pareciendo bastante sorprendida que hubiera humanos en la reunión.- Malorie, a ti te conozco, pero los demás...

-Son personas de confianza- le asegura a la sirena. Dos tritones con tridentes sacan las cabezas del agua, mirando a los humanos con desaprobación.

-La existencia de las sirenas y los tritones debe ser mantenida en secreto- dice uno de ellos con una mueca de desprecio.

-Sí, así va a ser- le dice Caden fríamente.- Ellos no van a divulgar esa información. Ahora, te rogaría, snob idiota, que no trataras de esa forma a mi familia y amigos. Si te molesta su presencia aquí, eres libre de marcharte.

El tritón puso mala cara y, airadamente, se sumerge, agitando la cola con fuerza y salpicándonos a todos en el muelle con agua. Caden y yo rodamos los ojos y nos lanzamos al agua, nuestras piernas transformándose rápidamente.

-Mamá, papá... Volveremos en tres días- afirma Caden sacando la cabeza del agua.

-Sí, nosotros sólo tenemos que probar que la maldición fue eliminada y regresaremos- afirmo tomando la mano de Caden y sonriéndole amorosamente. Nos despedimos y nos marchamos a la ciudad de las sirenas, nuestra primera incursión en el reino marino... La primera de muchas, ya que los habitantes acuáticos se aseguraron de hacernos sentir bienvenidos cada vez que quisiéramos ir a visitarles.

Rápidamente hicimos muchos amigos en la ciudad y hubo un tritón y dos sirenas que decidieron subir a la superficie y vivir con los humanos. Las dos sirenas comenzaron a alojarse conmigo, y el tritón quedó viviendo con Caden y Ethan...

Y Caden y yo, por supuesto, nos quedamos juntos.


Maldición de Luna (Maldiciones de Bosque Azul 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora