-Vamos Caden, no te quedes ahí con cara de horror- me dice Ethan tomando mi brazo para hacerme avanzar hacia la puerta del instituto. Yo me mordí el labio inferior asustado.- No puede ser tan terrible.
-¿Tan terrible? ¿En serio?- le digo mirando para todos lados, intentando que la gente no se fijara en mí.- Por si no te has dado cuenta, todos en la ciudad saben que fui secuestrado y que no tengo memoria, por lo que todos me tienen identificado... ¡Y yo ni siquiera los conozco!
-Creo que estás exagerando.
-¿De verdad? ¿No viste toda la gente que se nos quedaba mirando en el supermercado ayer por la tarde cuando fuimos simplemente a comprar pan?- le digo intentando no comenzar a hiperventilar.- Todos nos apuntaban y susurraban a nuestras espaldas, y yo no puedo soportar eso. El instituto sólo va a ser peor.
-Venga Caden- me dice mi hermano con firmeza bajando la voz.- Te has enfrentado a cinco tritones caníbales, creo que puedes enfrentarte a unos cuantos adolescentes ávidos de alguna novedad.
Yo me miré a mi alrededor por última vez antes de entrar en el instituto. Mi hermano suspiró con alivio después de argumentar conmigo por varios minutos para conseguir que entrara en el lugar.
A Ethan le costó una semana entera poder aceptar en su mente lo que le había dicho. Se me había acercado un día, en mitad de la noche, para decirme que me creía, aunque no podía creer que me creyera. Yo me sentí aliviado de tener a alguien con quien podría hablar realmente de todo lo que había pasado, sin tener que esconder aquello a cada momento de mi vida.
Fue el día jueves en la noche que él se me acercó. El viernes él me acompañó a la montaña, a un lugar solitario para poder poner a prueba mi habilidad y hablar conmigo con tranquilidad. Mi madre se había puesto histérica cuando le dijimos que íbamos a salir de la casa, pero después de mucha discusión se dio cuenta que no podía mantenernos encerrados en aquel lugar por el resto de nuestras vidas.
Ya en el bosque buscamos el lago que se veía en los mapas y yo no pude evitar correr al agua y sumergirme en el primer momento. No había nadie por allí, así que tenía todo el lago para mí mismo. Creo que estuve como dos horas metido en el agua, por lo que Ethan se quedó en la orilla leyendo un libro mientras esperaba que yo regresara.
Una vez salí él comenzó a hablarme de todo lo que había sentido y pensado desde que me habían secuestrado, dándome toda su versión de la historia. Hablamos con completa sinceridad y siento que nuestro vínculo de hermanos se había fortalecido más que nunca antes. Me gustaba mucho, descontando, por supuesto, todo lo que se había necesitado para que nosotros hubiéramos llegado a tal cercanía. No quería tener que pasar por otro secuestro de tritones caníbales. Ojalá nunca se enteraran que había sobrevivido a la masacre.
Regresando al presente, me quedé de piedra cuando todos en el instituto se quedaron en el más completo silencio en cuanto Ethan y yo cruzamos las puertas. Me mordí el labio inferior desesperado porque todos dejaran de ponerme atención de una buena vez...
Entonces una chica de cabello negro recogido en una coleta alta se me acercó y me sonrió. Yo no tardé en reconocerla como mi nueva vecina, la hermosa chica con la que no había tenido ni la oportunidad ni las agallas para hablar.
-Hola chicos. Bienvenidos a la ciudad y al vecindario- dice ella cálidamente.- Mi nombre en Summer y aunque somos vecinos, no habíamos hablado aún.
-Hola- murmuro mirando el piso, sabiendo que ella se había acercado a nosotros sólo porque quería ser la primera en saber acerca de lo que me había sucedido. Casi estaba esperando que preguntara a cual de nosotros habían efectivamente secuestrado, para luego preguntarme si de verdad había perdido la memoria.
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Maldición de Luna (Maldiciones de Bosque Azul 1)
FantasíaLibro 1 de Maldiciones de Bosque Azul Sólo una gota de agua es suficiente. Summer ha tenido que lidiar con una cola de sirena cada vez que toca el agua desde aquel accidente. No entiende por qué fue que sucedió ni por qué es que le están pasando es...