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Rating:
Amor: ♡♡♡♡♡/6
Cuteness: △△△△/6□□□□□□
Estaba esperando a que mi café acabara de calentarse mientras tarareaba The Hills de The Weeknd mirando por la ventana, hacía un día de mierda.
El microondas pitó y lo abrí, sacando mi taza y dándole un trago.
Cuando salí de la cocina vi en el reloj del salón que ya eran las diez y media, así que decidí subir a la habitación a despertar a Michael.
Me sorprendí cuando abrí la puerta de nuestra habitación y lo vi despierto. Yo me apoyé en el marco de la puerta y me quedé mirándolo.
Estaba recostado sobre dos almohadas, vistiendo sus característicos sweatpants verdes sin camiseta y con su ordenador sobre las piernas.
"Creía que seguirías dormido." Aseguré y le di un sorbo a mi café.
"Estoy trabajando." Contestó sin siquiera mirarme, con cara de mal humor y de cansancio al mismo tiempo, mientras miraba la pantalla de su ordenador.
"Oh." Asentí con la cabeza.
"Hazme un café, gatita." Pidió, mirándome esta vez, y haciendo un puchero.
"Háztelo tú." Me encogí de hombros, negándome.
"Gracias, yo también te quiero." Se quejó y se levantó de la cama.
Cuando se acercó a mí para salir de la habitación, puso sus manos en mi cintura y sonrió.
"Buenos días." Murmuró y me robó un beso antes de salir de la habitación.
Lo seguí a la cocina y me senté en la encimera mientras él se preparaba su café.
"¿Mucho trabajo?" Pregunté calentando mis manos frías con mi taza de café.
"Bastante." Suspiró y yo hice una mueca.
"Lo siento." Murmuré mientras él ponía su café en el microondas.
"¿Por qué?" Él rió un poco, confuso.
"Porque este es tu descanso, no deberías trabajar tanto." Contesté mientras él se paraba delante de mí.
"No te preocupes." Se encogió de hombros y me robó otro beso "Te tengo a ti aquí." Sonrió, haciéndome sonreír a mí también.
Los dos estuvimos cantando y haciendo el tonto mientras su café se calentaba y cuando el microondas pitó, Michael cogió la taza y los dos subimos a la habitación.
"¿Puedo quedarme contigo?" Pregunté cuando él se tumbó otra vez en la cama, poniendo su café en la mesa de al lado y poniendo el ordenador sobre sus piernas.
"Claro, ven aquí." Sonrió y yo me tumbé a su lado.
Dejé mi taza en mi mesita y cogí el libro que había estado leyendo estos últimos días.
De vez en cuando miraba a Michael y sonreía al verlo tan concentrado en su trabajo.
"Michael, relájate, no tienes por qué estar tan tenso." Le dije y él suspiró, echando su cabeza hacia atrás.
"No puedo relajarme viendo todo lo que tengo que hacer." Se quejó.
"Deja que me encargue yo de eso." Le pedí y metí mi mano por debajo de sus pantalones y de sus calzoncillos, rozándolo suavemente.
"Buen trabajo relajándome, pero ahora no me voy a poder concentrar." Aseguró y yo me encogí de hombros, pero cuando fui a apartar mi mano, él volvió a ponerla en su sitio anterior, haciéndome reír "Te quiero, gatita." Murmuró poniendo una mano sobre mi muslo.
"Yo también, cariño." Contesté.