Capitulo 15

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El rostro de Yuichi denotaba desesperación, quería escuchar a Mikan, de verdad quería hacerlo pero en el fondo y en sus pesadillas sabía que es lo que había hecho.

— Mikan, por favor, no me digas que es verdad.

El pequeño deseaba con todas sus fuerzas que lo que pensara estaba equivocado, lo deseaba con todas sus fuerzas.

— Yo... Yuichi, tenia que hacerlo — a Mikan le fallo la voz — No podía seguir viéndote en ese estado mas. Y fue lo mejor que hice. Te salve, te salve.

Las lágrimas que la castaña había estado reteniendo empezaron a caer por sus mejillas, sorprendiendo a los chicos.

— Por favor, Mikan. Dime que eso no es verdad. —suplicó.

Mikan llevo sus manos a su rostro y dejo que las lágrimas que llevaba años reteniendo, salieran por fin al exterior.

Sollozaba tan fuerte y su cuerpo convulsionaba, todo en ella era tristeza, incluso sus ojos que antes solo transmitían frialdad y odio ahora había dolor y miedo.

Yuichi miraba horrorizado a la castaña, había hecho tantas cosas por el y sin embargo, lo único que había hecho el era quejarse de todo.

Natsume que miraba sorprendido la escena, miro a Yuichi y vio como le pedía con la mirada que se acercara a la castaña.

El corazón de Natsume comenzó a latir frenéticamente contra su pecho, con cada paso que daba sentía su corazón latir el doble de fuerte. Dolía, pero no de la manera mala, sino que le gustaba aquel dolor.

Se agacho a la altura de la castaña y paso sus brazos levemente temblorosos por su pequeña figura, que se convulsionaba.

La castaña se tenso en sus brazos e intento zafarse, pero Natsume cerro un poco fuerte sus brazos alrededor de ella.

Después de un rato, la castaña dejó de luchar y se dejó llevar, paso sus pequeños brazos por la espalda de Natsume y apoyo la cabeza en su pecho.

El azabache se sobresalto al principio pero en seguida se recompuso y la abrazo firmemente, sintiendo su rostro arder al tener el cuerpo de la castaña en contacto con el suyo.

Yuichi miraba la escena estupefacto, pero sonrió abiertamente al ver el rostro de ambos, ligeramente sonrojados. El peli-gris cerro los ojos con dolor y dejo caer las lágrimas de sus ojos.

La puerta se abrió de repente, dejando ver a las figuras de tres niños.

Aoi y Ritsu miraban alternativamente a Yuichi y después a la castaña que abrazaba y era abrazada mientras lloraba, por el azabache.

En cambio Ryu miraba fijamente a la castaña y al azabache, en sus ojos no había nada.

Vio cuidadosamente las lágrimas surcar por las mejillas sonrojadas de Mikan. Negó con la cabeza mientras cerraba los ojos fuertemente y salia corriendo.

Nadie se movió, aun estaban impactados, pero de repente Mikan se separo bruscamente de los brazos de Natsume, y sin importarle si alguien la veía con lágrimas salio corriendo detrás del pelirrojo.

En la habitación solo se escuchaban las respiraciones agitadas de todos y los sollozos de Yuichi.

Aoi con preocupación se acerco al peligris y acaricio su cabello levemente. Agarro con cuidado su cabeza y la coloco con el mismo cuidado, en su pecho.

Yuichi que había intentado retener los sollozos anteriores con fuerza, en cuanto sintió los brazos de Aoi, se desmoronó y se rindió ante sus sentimientos.

— N-no sa-sabia nada. Por que n-no me l-lo di-dijistes......

Aoi no respondió y cerró los ojos al igual que Yuichi, los dos se sumieron en un silencio triste, pero cómodo.

Ritsu se removía incómodo en el umbral de la puerta mientras miraba la escena de la "parejita", desvío su mirada al azabache mayor, que se levantaba y sacudía su pantalón, desprendiéndose de motas de polvo invisibles.

Los dos se miraron por largo rato, suspiraron y decidieron sentarse, aunque separándose mucho, en los pequeños sillones.

Mikan corría aun con las lagunas surgiendo por su rostro a Ryu. A veces se tropezaba por la desesperación y la torpeza de sus pasos.

Cuando diviso una cabellera roja, saco fuerzas y corrió con todas su fuerzas.

Ryu aumento el paso, pero en un pequeño descuido, se torció el tobillo, cayendo al suelo de cabeza pero en una maniobra, apoyo la mano en el piso y se impulso un poco, para acabar con el pie bueno en tierra.

Mikan, utilizo el alice de Tsubasa y agarro la sombra del pelirrojo, que en intentaba desesperadamente irse corriendo.

— ¿Que pasa Ryu? —le dijo la castaña.

Sin embargo, él no contesto, siguió intentando escapar inútilmente.

— Venga dímelo Ryu.

— No es justo... — respondio al fin.

— ¿Que no es justo exactamente?

— Todo. Ellos, tu, yo..... No lo comprendo. He intentado de todas las maneras posibles que pudieras llorar conmigo, compartir tu dolor, pero siempre me equivoque, en realidad tal vez, eramos los dos contra el mundo, pero aun después de eso seguías sin dar tu brazo a torcer. ¿Y ahora vas y lloras con ellos? —nego con la cabeza, decepcionado.

Mikan miraba sorprendida al pelirrojo, viendo las pequeñas gotas saladas que caían de sus ojos dorados.

Se acerco a el y lo acuno en su pecho, le susurraba palabras tranquilizadoras y en seguida, Ryu, cansado mental y físicamente se durmió en sus brazos, cansado de seguir llorando.

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