Capítulo 9

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Pdv de Mikan

Cuando llegue delante del edificio de H.P, me encontré con Persona apoyado en el marco de la puerta principal con unos papeles en la mano.

Me extendió los papeles y eran datos de 3 personas, el primero de un chico con el cabello azul oscuro y los ojos verdes. La segunda tenia el cabello corto que le llegaba hasta los hombros color azabache y los ojos rojos, de repente una imagen de cierto chico de ojos rojos llego a mi mente, menee la cabeza para mandarla bien lejos. Y por último un chico de cabello rojo y los ojos dorados me llamaron la atención, abrí los ojos un poco. Todos tenían la misma edad: 6 años.

- Ritsu Nakamura,Aoi Hyugga y...- empezó a nombrar.

- Ryu Mizuki

Quería sonreír pero era como si de repente se me hubiera olvidado como hacerlo.

Vi el ultimo papel y este tenia una foto con un frasco y un líquido dentro. Lo reconocí al instaste pero era mejor no levantar sospechas.

- Los niños están en el cuarto piso y en la misma habitación que la del objeto que tienes que robar y destruyelo todo, diviertete.

Le devolví los papeles y me dirigí al bosque sur, que era donde la barrera estaba mas débil.

Utilice el alice de teletransportacion y enseguida estuve en el bosque delante de un edificio enorme de 4 plantas.

Me coloque la mascara y entre en la puerta como si fuera mi propia casa. Como supuse muchos guardias empezaron a rodearme y me apuntaron con la armas. Sonreí macabramente y una niebla negra salio de mis manos. Todos empezaron a gritar y la carne se les desprendía de su cuerpo.

Comencé a reírme mientras me dirigía hacia una puerta y habían científicos por todas partes, cuando escucharon la puerta abrirse un señor de no más de 40 años se giro para reclamar, pero cuando me vio palideció, y empezó a temblar.

- E-Esta pro-prohibido que los alum-alumnos en-entren.

Negué con la cabeza divertida y sonreí con locura, por un momento note que no estaba con los científicos sino en una habitación pero cuando vi al hombre creí que solo era mi imaginación.

- Quien dice que yo soy una alumna. -me carcajee.

Yo sabía quien era él, el señor que creo la sangre negra y me la inyecto. Lo recordé una vez que estaba intentando dormirme.

Me acerque a él a paso lento, viendo como con cada paso el hombre retrocedía tres.
Empecé a reírme al ver como todos los científicos me dejaban paso y algunos iban a sus asientos para coger unas armas.

- No, no, no se cojen armas que os podéis hacer daño ¿ves?

Le dispare en el hombro izquierdo a 3 de los científicos mas cercanos a mi. Empecé a balanzearme sobre todos disparándoles en puntos críticos donde morirían en poco tiempo.

Cuando tuve a todos muertos menos al científico de antes me acerque a el y empecé a dispararle en la extremidades. Sonreí otra vez con locura. "Morirá desangrado" es todo lo que pensé, antes de volver a abrir la puerta y hacer eso con todas las demás, sin dejar a nadie vivo.

Cuando llegue al cuarto piso estaba todo lleno de guardias, que rodeaban a una habitación en concreto.

- Ara, ara ¿tanto miedo me tenéis?~ -canturree divertida.

Sentí todas las miradas sobre mi ser. Oí el sonido de un disparo y esta reboto contra mi barrera matando al chico que lo hizo.

Todos se acercaron a mi intentando matarme. El primero le corte las manos. Utilice el alice de la muerte que tiene diferentes usos. Salio otra vez la misma niebla de mis manos y todo se volvió negro, lo único que se escuchaba eran sus gritos destrozados y bañados en dolor.

Cerré los ojos para deleitarme de los gritos, pero sentí un fuerte dolor en mi pecho y escupí sangre. Mi alice dejo de funcionar y la mitad de todos estaban en el suelo. La otras mitad estaban alejados pero ellos al ver que estaba débil y no podía utilizar mi alice, aprovecharon y se acercaron a mi.

Cree una llama en mi mano y varias dagas de hielo en la otra. Alce un poco la pierna y la baje de una golpeando el suelo, este empezó a resquebrajarse y a elevarse varios trozos grandes de tierra. Alce la otra pierna y varias corrientes eléctricas la rodearon.

Extendí mis manos y empecé a lanzar varias dagas de hielo y fuego juntas, haciendo que se fusionaran.

Golpee el suelo con la punta del pie y se hizo el silencio y tranquilidad, pero al instante ya no hubo silencio solo se veía las grandes rocas que aplastaban los pequeños cuerpos de los guardias.

Una roca le dio a un conducto de agua y empezó a llenarse de agua el suelo sonrei un poco al ver a todos los guardias tocando el agua, se me ocurrió una gran idea.

Empecé a mandar descargas eléctricas al agua y salte justo a tiempo, antes de que me llegara un corriente eléctrica.

Todo paso muy rápido las descargas tocaron los cuerpos de los guardias y estos tenían convulsiones y después caían al suelo inertes, ya que sus órganos fueron quemados.

Cuando todo se acabo vi a mi alrededor, bien que había un hombre que no le había alcanzado el agua así que me acerque a el.

Le mire a los ojos, que eran de un color negro intenso que parecían dos túneles oscuros. Su pelo era de un color azul claro como el mar.

En sus ojos solo había resignación, como si...

- Matame por favor. -suplicó, bajando la cabeza con resignación.

Negué con la cabeza y desvíe mi destino hacia la puerta, y la abrí. Todo estaba muy oscuro y solo se podían ver dos par de orbes entre la oscuridad, uno rojo y otro verdes.

Tenia como destino a los dueños de aquellos orbes pero faltaba un niño.

Sonreí con burla al notar una presencia detrás de mi.

Se acerco a mi con sigilo y levanto una barra de metal. La tenia fuertemente agarrada, pero cuando bajo apenas un centímetro me voltee y cogí la barra.

Mi mirada se conectó con unos ojos dorados y mi corazón por primera vez en años volvió a latir. Mire con cariño a aquel niño pelirrojo.

Pero mire sus harapos, estaban rasgados y sucios, había sangre y su cara estaba amorotonada y ensangrentada, tenia un ojo hinchado y el labio partido pero aquella mirada decidida seguía ahí.

Me voltee y mire a los niños detenidamente, estaban igual que Ryu pero en mejor estado, los había estado cuidando y pagando sus castigos.

Una furia corrió por mis venas y la sangre comenzó a hervirme, tenía los ojos desorbitados y respiración era agitada.

- ¿Quien? -susurre con odio.

El chico levantó una ceja dando a entender que no lo entendía.

- ¿Quien ha sido?

Fin del pdv

Ryu negó con la cabeza dando a entender que no lo iba a decir.

- Mikan..

- Dímelo. -exigio.

Ryu bajo la mirada y susurro algo tan bajo que Mikan no pudo entender.

Se acerco un poco mas para poder escuchar mejor y para que lo repita.

Pero cuando escucho el nombre se irguio rápidamente y cerro los puños tan fuerte que sus nudillos se volvieron blancos y se clavo las uñas en las palmas de la mano provocando que se hiciera daño, que saliera sangre.

- Yo~ vamos a vengarnos ¿Que te parece si lo matamos brutalmente y le damos un pequeño castigo?

Hablo una voz masculina en la mente de Mikan, pero esta vez Mikan no se tenso al oír la voz. Solo se dejo llevar y grito en nombre bañado en odio y venganza.

- Reeeeeooooooo......

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