Especial de Navidad

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... 3 años atrás

- ¿Y te gusta? - mi mamá estaba detrás mía impaciente por el vestido que recién me habia puesto

- ¿De verdad tengo que ir? - me senté a la orilla de la cama y puse mala cara - odio las fiestas

- No vengas con lo mismo una y otra  vez Cloe - se miraba furiosa - me esforcé mucho en esta fiesta para que complecer tus caprichos, ahora toma tu abrigo y ven ayudarme con los invitados - agaché la cabeza - y nada de caras

Mamá salió de mi habitación y las ganas de llorar me invadieron ¡cuanto deseaba tener mis jeans de nuevo y quitarme ese vestido que mostraba todo! a veces deseaba que mi mamá no lo controlara todo. Tomé el horriple abrigo y sali de mi habitación con el horrible vestido, si fingía estar un rato a lo mejor podía escaparme en medio de la fiesta y estar en la computadora.

La fiesta de mi mamá era iluminada por las luces de diferentes colores, los villancicos de fondo, parecía más aburrida que otra cosa, comida del tamaño de mi mano, vino conservado por varios años y personas con ropa de alta costura, sin embargo había algo que no encajaba: yo. A pesar del "bonito" vestido mis cachetes hacian notar mi peso de más y tampoco ocultaban mis frenos, odiaba estas cosas. Odiaba las fiestas. Odiaba a mi mamá. Odiaba a todos aquellos que susurraban sobre mí. Los odiaba a todos.

Di un mordisco a los pastelillos cuando escuché unas imitaciones de cerdo detrás mía. ¡No por favor no! Voltee mi mirada y me encontré con Becca y su amiga, llevaban un vestido azul que resaltaba sus curvas que a pesar de tener 14 años se empezaban a notar ¿Cuando es mi turno? A penas si tenia pechos.

- ¡Sal de mi casa! - exclamé

- Tranquila - se llevo las manos al pecho - tu madre nos invitó

- ¿¡ELLA QUÉ!?

- No te preocupes la comida es tuya - soltó una risa antes de irse

La comida me dio asco en cuanto se fue, solo quería irme a mi habitación y que me dejaran en paz, ni en mi casa podía tenerla al parecer. Encontré a mi mamá en el camino pero decidí ignorarla, no tenia tiempo para ella. Entré al baño y empecé a gritarle a mi reflejo mientras tiraba lo que encontrara, para el espacio que era mi baño era mucho. Escuché un quejido proveniente de la bañera y tomé mi cepillo de dientes que estaba en el suelo.

- ¿Quién esta ahí? - ningún sonido se escuchó por un segundo y se encendió la regadera - ¡llamaré a la policia! - me acerqué a la regadera y quité sin pensarlo dos veces la cortina, un chico un poco delgado con granos me miraba asustado - ¿que haces aquí? - bajé el cepillo

- yo.. yo... - el agua seguía corriendo y veía como el traje del pobre chico se mojaba más y más.

Apagué la regadera - Luces fatal - confesé

- Creo que mejor me iré - se dirigia a la puerta

- ¿Estas loco? ¿Con la ropa así? ten - le extendí una toalla - Creo que mi papá tiene algo que podria quedarte

El chico me siguió hasta la habitación de mis padres y no bastó que dijera algo para saber lo sorprendido que estaba por el tamaño y el espacio. A pesar de la cantidad de ropa que mi padre tenía no habia nada que le pudiera quedar al presunto chico entonces fué cuando recordé que las ropas para donar estaban abajo en el sótano.

- Ven conmigo - el chico accedió y lo dejé en mi habitación - quédate aquí

Baje a escondidas hasta el sótano y busque ropas que tal vez podrían quedarle a aquel chico. Encontré unos pantalones y una camisa y pensé que eso podría mantener el problema mientras tanto. El chico estaba husmeando mis cosas cuando llegué.

Yo,FBI y élDonde viven las historias. Descúbrelo ahora