¿Cómo hago que me notes? [Editando]

Capitulo 2.

Me levante temprano, me arreglé mi cabello, hasta planche mi uniforme, quería verme linda para cuando hablara con Henry, luego me fui a la secundaria, cuando llegué me preparé, hoy era el primer día de este reto, por decirlo de algún modo, en verdad estaba nerviosa.

Después de pensarlo me di cuenta que no podría acercarme a él, obviamente me pondría a balbucear, no quería verme patética, así que fui directo al casillero de Henry, saqué un cuaderno de mi mochila, empecé a escribir lo primero que se me venía a la mente, arranqué la hoja, la doble para luego meterla dentro de su casillero, la nota decía algo así:

"¡Hola!

Quería decirte que me gustas y que me encantaría conocerte, por cierto hoy te ves muy lindo :)

Att:Anna"

Me escondí a esperar a que llegara y leyera la nota, cuando llegó Henry en vez de ir hacia la izquierda se fue a la derecha, un minuto...¿Qué no su casillero estaba a la izquierda?

Sara, una compañera de clases y una de las amigas de Henry, paso cerca de mí, quizá ella sabia que estaba pasando, la segui casi que corriendo hasta su casillero.

—¡Hola Sara! —salude nerviosa.

Ella volteó a verme, cuando me vio sonrió, cerró su casillero para luego dirigirse hacia mí.

—¡Hola Anna! ¿Pasa algo?

—Es que tengo una duda —sonreí nerviosa— ¿Qué el casillero de Henry no estaba a la izquierda?

—Sí, pero como Scott lo molestaba mucho, la directora le pidió a Diego que cambiara de casillero con Henry.

—¿¡Qué!? —grité asustando a Sara, sonreí nerviosa— Muchas gracias.

Ella me vió confundida, solo asintió con la cabeza, procedió a ir su clase. Por mi parte me quedé paralizada del miedo.

Diego era el chico malo de la secundaria, él era un patán y cretino según todos, estábamos en distintas secciones así que no estaba muy segura, pero tampoco es como que quisiera averiguarlo.

Temía que quisiera golpearme porque creería que le he hice una broma.

Entré en pánico, corrí hacia el casillero de Diego y empecé a intentar abrirlo, empecé a golpear el casillero, todos empezaron a verme como si estuviera loca, aunque de hecho si lo estoy.

—¡Abrete tonto casillero! —dije mientras seguía golpeándolo.

—¡Oye! —gritó alguien atrás mío.

—¡Diablos! —susurré.