Capitulo 7.

31.6K 2.6K 1.1K
                                    

No iba a intentar hablar con Henry durante el fin de semana pero se me ocurrió una gran idea que no podía esperar, si golpeo a Henry se dará cuenta de mi existencia, aunque eso seria ser muy cruel y estúpido, así que lo haré "accidentalmente".

Henry siempre va a pasear por las tardes al parque, lo se ya que ese parque está cerca de mi casa, así que iré a patinar y me chocare por "accidente" con él, me ayudara y podrá conocerme.


Llegue al parque patinando, en eso vi a Henry, estaba parado observando el cielo, así que patine hacia donde él estaba, en eso llego una chica, no pude reconocerla ya que tenia el cabello sobre su cara debido al viento, lo tomó de la mano y se fueron ¿Ella es su novia? ¿O es la chica nueva del salón? Choque con alguien y caí sentada al piso.

—¿Estas bien?–preguntó una voz conocida.

Me fije bien en la persona y me doy cuenta de que es Diego, no se porque pero siento que voy a morir.

—Como lo siento Diego–dije avergonzada.

—Unicornio, en serio necesitas unos lentes–menciona mientras ríe.

—¿No estas furioso?–le interrogó confundida.

—No, tranquila, sabiendo que mi querida amiga unicornio es ciega no hay problema–sonríe.

Le sonreí tímidamente, Diego se levanto y luego me ayudo a mí, me ayudó a llegar a una banca para que yo pudiera ponerme mis zapatos.

—¿Que hacías por aquí?–dije curiosa.

—Bueno, yo...

Se quedó pensativo, lo observe unos minutos ¿Que tan dificil es responder?

—¿Se te olvido por que venias o que?

—¿Que ya no puedo venir al parque?–reclamó molesto.

—¡Tonto!–lo ví molesta–Solo era una pregunta...

—Solo concentrate en buscar tus zapatos.

—¡Ash! ¿Donde quedo el Diego amable?

Abrí mi mochila, no estaban mis zapatos, los deje en casa, me regañe mentalmente.

—¡No están!–digo preocupada.

—¿¡Que!? ¿¡Te los robaron!? ¡No puede ser! Hay que llamar a la policía–respondió sarcástico.

Me quite mis patines y los metí a mi mochila, mal día para traer calcetas de unicornio, que vergüenza, me puse de pie y empecé a caminar, Diego me tomó de la muñeca y me detuvo.

—¿Te iras sin zapatos?

—Claro que no ¿Que no ves que traigo mis zapatos invisibles puestos?–contesté sarcástica.

—Dejame que te lleve a casa.

—¿Como? ¿Traes auto?

¿Cómo hago que me notes? [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora