Capitulo 26.

24.2K 2.4K 1.2K
                                    

-¿Que sucede?-me pregunto curioso.

-Tendré que pedirle permiso a mis padres.

-No te preocupes, yo mismo iré.

-De verdad, no tienes que hacerlo yo puedo...

-No-me interrumpió-yo quiero hacerlo.

-Esta bien, ve mañana, mis padres estarán en casa.

-Iré elegante, así accederán con facilidad.

-Por favor, no vayas a exagerar.

-¿Yo? No conozco el significado de exagerar, tranquila, seré muy normal.

-Ve formal, pero a la vez casual, tal vez un poco informal, no lo se...el punto es que te repito que no exageres.

-Y yo te repito que no lo haré.

-Esta bien-dije más calmada.

-Al día siguiente-

Estaba nerviosa, no quería que Diego viniera, si mi padre lo ve entrar creerá que me va pedir ser su novia y se que le dará un ataque, su hija menor ¿Con novio? Ni en sus sueños mas locos. Mi madre y mi padre estaban con mi hermana hablando sobre la universidad en la sala, así que aprovecharía que los tengo a todos juntos para que Diego hablara.

Tocaron el timbre, me puse aún mas nerviosa, bueno, es hora del show.

-¡Yo abro!-dije mientras corría hacia la puerta.

Abrí y ahí se encontraba Diego, con un gorro de dragón, una chaqueta y una camisa de abotonar con un corbatín, unos pantalones negros rotos y unas pantuflas de oso.

«Demonios, sabia que debía de ser mas específica»

-Hola unicornio.

-¿Por que estas vestido así?-le dije asustada.

-Tu me dijiste, ve formal, pero a la vez casual, tal vez un poco informal, no lo se.

-¿No recuerdas que te dije que no fueras un exagerado?

-Si, pero no fuiste especifica.

-Ahora creo que debí serlo.

-¿Te avergüenza que te vean conmigo?

-No, me gusta como te ves, luces adorable, pero mi padre creerá que es una broma.

-Esta bien, iré a cambiarme y regreso.

-¿Anna, quien es?-dijo mi madre mientras se acercaba.

-Es un amigo mio, pero ya se va.

-¿Anna donde quedaron tus modales?-me regaño mi madre.

Diego solo me vio nervioso, no tenia idea de que debía hacer, a mi no se me ocurría que decir solo me quede callada.

-¿Como te llamas querido?-preguntó mi madre entusiasmada.

-Me llamo Diego, es un gusto conocerle.

-Vete-le susurré.

Mi madre me dio un golpe con la cuchara que llevaba en mano, yo solo me queje.

-Pues ya me voy-mencionó Diego apenado.

-No te vayas, quedate a comer-sugirió mi madre.

-No mamá, él es un tragon, no creo que la comida sea suficiente.

-Anna si te podemos alimentar a ti que eres una tragona ¿Por que no podría darle a él?

Diego se empezó a reír muy fuertemente al igual que mi madre, yo solo lo vi molesta.

-Sera un placer acompañarles señora Anderssen-contesto Diego con una sonrisa.

Mamá entro a Diego, lo sentó en la sala en lo que terminaba la comida, mi padre lo miro fijamente, luego me hizo señas para que lo acompañara a la cocina. Cuando entre estaba hecha un manojo de nervios.

-¿Quien es él?-me interrogó mi padre.

-Es un amigo mio-respondí nerviosa.

-¡Es un amor! Es tan lindo-mencionó mi madre.

-¿Y que quiere?-preguntó mi padre.

-Quiere hablar contigo y mamá.

-Vamos querida-dijo mi padre para salir de la cocina junto a mi madre.

Yo estaba aún más nerviosa, les acompañe a la sala, mi padre se sentó a la par de Diego.

-Buenas tardes señor-saludo Diego.

-Eran buenas-dijo mi padre.

-Si lo desea me puedo retira...-dijo Diego nervioso.


-¡No!-le interrumpi.

Mi padre me miro sorprendido, yo me sonroje, mi madre estaba emocionada.

-¿Que deseas Diego?-dijo mi madre ansiosa por la respuesta.

-Seré directo, si no le molesta.

-No me molesta, de hecho así es mejor-contestó mi padre.

-Estoy enamorado de su hija Anna y pues ella dice que le gusto, así que quería saber si le permitiría a su hija Anna ir conmigo a una cita.

-¡Sin duda!-dijo mi madre emocionada.

-Querida ¿No vas a preguntarle cuales son sus intenciones con Anna?-dijo mi padre.

-Se ve que es un buen muchacho, además nadie se había fijado antes en Anna-dijo mi madre contenta.

-¡Mamá!-grite molesta.

-¿Que? Es cierto, al baile de otoño que organizaron el año pasado tuvo que ir sola, que vergonzoso.

-¡Mamá!

-Yo tengo una duda-dijo mi padre.

-¿Cual es?-preguntó nervioso Diego.

-¿Acaso te vistes a oscuras, perdiste una apuesta o esto es una broma?-cuestionó seriamente mi padre.

-¡Oh! Pues su hija Anna me confundió, le pregunte como debía presentarme ante ustedes y ella me dijo ve formal, pero a la vez casual, tal vez un poco informal. Lo cual no entendí.

-Te entiendo, las mujeres son difíciles.

Diego y mi padre solo reían, mamá sonreía emocionada y yo estaba contenta, salio mejor de lo que creí.

¿Cómo hago que me notes? [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora