¿Cómo hago que me notes? [Editando]

Capitulo 4.

No quería ir a estudiar, me sentía avergonzada por todo lo sucedido, pero debía hablar con Diego antes de que me empiece a molestar e inicie rumores.

Llegué a la secundaria, me fui a mi casillero a buscar una hoja, le escribiría una carta a Diego explicándole que esa nota no era para él, la metería en su casillero y me ahorraría tener que hablar con él.

—¡Anna! —dijo alguien atrás.

—¡Diablos! —susurré.

Me di la vuelta, me encontré con algunos chicos huyendo de nada más ni menos que Diego ¿Esto no puede ser peor?

—Hola Diego ¿Cómo estas? ¿Chaqueta nueva? Es muy linda —saludé nerviosa.

—¿Por qué esta patética nota tuya estaba en mi casillero? —me interrogó mientras me mostraba la nota.

—No es patética, le puse mucho cariño al hacerla —susurré.

—¿Es una broma?

—No, en serio, aunque no sabía que...

—¡Eso no! —me interrumpió— ¿Acaso esto es una broma?

—Claro que no.

—¿Entonces?

—No es asunto tuyo.

—Claro, no es asunto mio porque la nota estaba en el casillero de Henry —mencionó sarcástico.

“De hecho ahí era donde debía estar.”

—No era para ti —respondí tratando de evadirlo.

—No te entiendo ¿Qué quieres decir?

—¡Agh! ¡No es para ti, idiota! ¿Qué es lo que no entiendes?

—¿Disculpa? —cuestionó mientras se acercaba a mi.

Estaba enojado, lo arruine todo, ahora moriré y a mi funeral solo irán cuatro personas y mi gato ¿En serio tenía que insultar al chico malo?

—Dame al menos un minuto para escribir mi testamento —rogué asustada.

—Escuchame bien enana.

—De hecho me considero más un unicornio.

—Bueno unicornio.

—Gracias —susurré asustada.

—Como sea, no te pases de lista o te va ir mal.

—Esta bien, lo lamento.

Cerré mi casillero y salí corriendo de ahí, me quedé asustada el resto del día, por una extraña razón no podía estar tranquila, pero lo bueno es que sobreviví.