Relato 7

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He perdido el rumbo querido lector; desde la partida de Manuel no podido conciliar el sueño, mi estado físico esta en decadencia, aunque claro esto es solo un pretexto para no poner atención en mi apariencia.
Llego el final del año, paso navidad y el teléfono no ha parado de sonar, la casa esta hecha un caos desde inicios de diciembre, no he parado de trabajar después de la fiesta de Halloween en el apartamento, a mediados del mes la llegada de Alondra mi mejor amiga que vino a pasara una semanas a la ciudad, las visitas inesperadas de antiguos amigos del trabajo y la inoportuna o casual visita de uno amigo de Manuel el cual pensaba que el vivía aun aquí; trate de no poner atención a tan sutil situación, lo invite a tomar un café en el apartamento, charlamos de viajas cosas y me pidió con sutil gentileza le pusiera al tanto de la situación entre mi ex-marido, que es como he iniciado a llamar a Manuel, lo cierto es que al inicio pensé, que no había por que contarle mi situación o al menos lo que había sucedido entre Manuel y yo aun extraño, que es cierto era un buen amigo pero no dejaba de ser un total extraño a la relación que mantuve con Manuel.
Al fina sucumbí ante la insistencia y termine contándole como es que un desliz de mi parte con un compañero de trabajo había terminado por arruinar la relación entre los dos, como es que por un instante vi caer frente a mi y de sopetón siete años de convivencia con Manuel; Pareció no sorprenderle ya que el era de esos amigos que dice estar contento con la felicidad de los demás pero en cuanto se da la ocasión no hacen mas que refunfuñar o dejar libres comentarios poco agradables. Comentarios bastante ruines. Me remarca mi subconsciente, pero intento dejarlos pasar.
Recuerdo una ocasión en la que Manuel y yo asistimos a un evento de la compañía para la cual inicialmente el trabajo, la cena estaba formidable y todos los asistentes lucia sus mas bellas prendas, trajes azules, unos negros, otros menos formales optaron por un traje casual de colores aperlados, finos zapatos de alguna marca de renombre, la mayoría portaba ostentosos relojes en sus muñecas, corbatas bastante elegantes. Manuel no era la acepción, vestía un traje color azul marino de corte casual, un pantalón ajustado que dejaba ver el gran esfuerzo que hacia en el gimnasio, le caía sobre las caderas de forma elegante con un deje de seductor nato en la parte de abajo terminaba por encima de su tobillo, parte de su ante pie quedaba descubierta, iba a juego con unos zapatos cafés, camisa blanca y corbata azul igual que el saco ajustado que enmarcaba sus músculos.
Tengo en la memoria grabado cada uno de los atuendo con los que me enloqueció por varias noches seguidas, su pelo despeinado al propósito le dotaba de un aire de depredador masculino nato.
Esa noche yo como había de suponerse abría preferido quedarme en casa pero, a su insistencia termine por aceptar la invitación, se podría decir que fui acorde a momento, no con tanto porte como para ser considerado la pareja de Manuel pero si me defendía con mi presencia; un pantalón negro ajustado, zapatos de vestir negros, una camisa a cuadros color azul y negra con un pequeño moño, me peine lo suficiente pero sin parecer que me hubiera echo el crepe en la cabeza. El amigo de Manuel estaba ya ahí y cuando nos vio llegar no desaprovecho la oportunidad para hacer referencia a una popular película de Disney la bella y le vagabundo, lógicamente el vagabundo era yo. Durante la velada no desaprovecho ninguna oportunidad de bromear con mi apariencia, ya para despedirnos me ofrecido un consejo.

-Oscarin no es por ofender, ni mucho menos cuestionar tu forma de concebir el termino moda, pero si no te pones las pilas alguien podría aburrirse de verte siempre igual y podría terminar en los brazos de otro, aunque claro no creo que esto dure mucho. Yo solo asentí con la mirada y trata de no darle la importancia necesaria, sonreí y me acerqué a Manuel que se encontraba despidiéndose de algunas personas, me despedí de ellos y sin verlo venir Manuel me tomo de la mano y nos encamínanos a la salida. Jamás hablamos de ese tema, y podría asegurar que el desconoce aquel consejo. Lo que si tengo muy seguro es que jamás mi apariencia, forma de vestir o de pensar fue un obstáculo entre ambos, al contrario.

Recordándolo ahora quizá haya tenido razón, o quizá no, no podría dar una respuesta concreta,lo único que se es que Manuel ya no esta conmigo.

Alondra se despidió de mi a antes de llegar la navidad, tenía que volver a donde su familia y pasar esa fechas con ellos, así que por fin la sala del apartamento dejo de ser mi habitación y estudio, aunque claro hay que aceptar que al principio me sentí nuevamente solo.
Pasaría por primera vez en siete años una navidad solo, y recibiría el año de igual forma.
En los anteriores años en navidad hacíamos una cena en el apartamento venia la familia y amigos, cercanos, los que regularmente no hacen planes en estas fechas. El año nuevo el año anterior lo pasamos en casa de los padres de Manuel. Este año mamá me invito a pasar dos semana en su casa, pero al pensar en la cantidad de trabajo que tendría que hacer regresando desistí de la idea, pese quesería mejor pasar la navidad y recibir el año solo en casa, dormir temprano o quizá ver una película, tengo la intención de pasar una navidad melancólica, quizá llorar, recordar a Manuel y dejarme embriagar por el sabor de unos cuantos tragos en la soledad de mi apartamento, o mas bien de lo que fue nuestro apartamento. Mas tarde escribiré una carta de fin de año a Manuel y se la enviare por correspondencia; gracias a una amiga pude confirmar que vive en el antiguo departamento que compartimos antes de mudarnos aquí. Y si ha cambiado sus numero de móvil y del departamento, el ultimo mensaje que le envié no recibió contestación así que supongo me seguirá ignorando.



Oscar y ManuelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora