Relato 12

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Enero esta por terminar, el frió de invierno se retraso al igual que la llegada de Manuel, las palabras que quiero decir se siguen acumulando en mi memoria, en mi vida y en la tina del baño.
El trabajo en la editorial ha incrementado, todo después de la reunión para evaluar los primeros títulos que se planean publicar. Fue un trabajo debilitador; me pase dos días enteros frente a borradores de manuscritos, los ojos rojos y llorosos,  pero al final todo el esfuerzo lo valió. Tres de mis revisiones fueron aceptadas para una pre valoración antes de pasar por todo el proceso de publicación, ademas el generoso cheque que me llego no era nada despreciable, mas ahora que los gastos del departamento los cubría yo en su totalidad . Ya lo único que quedaba hacen en cuanto a los manuscritos era comunicarme con los autores para informarles del estado de sus borradores, reunirme con ellos y esperarla decisión final de la editorial. 

Por otro lado no había señales de Manuel, los días empezaba a transcurrir más rápido que cualquier temporada, la salida del sol me abrumaba y la llegada de la noche era casi como romper en llanto, silencioso y frágil. Después de entregar mis borradores me pasaba las tarde viendo algún programa de comedia en la televisión a fin de poder olvidar la ausencia de Manuel.  Mi correo electrónico no mostraba ningún correo con su remitente, el teléfono no emitía ningún sonido, el silencio era ensordecedor. No me busques, No me llames ni tampoco respondas. Fue claramente lo que Manuel escribió en su carta. Pero mi impaciencia me decía que algo no andaba del todo bien.

29 de enero. El fregadero se atasco y el plomero del edificio esta de vacaciones por lo cual acudí a la vecina despampanante del 225, ella conocía uno, el que al mudarnos nos reparó las tuberías dañadas.

-vecino no he querido decirle -murmuró las vecina y entorno los ojos.
-¿Decirme que? -por un momento me cruzó por la mente la idea de que Manuel me había venido a buscar mientras yo no estaba en casa y la vecina lo vio.
-Lo que sucede es que... -hizo una pausa y trago saliva, miré directo a su garganta y sentí como si un escozor frío recorriera mis brazos. -Manuel -dijo en tono más suave y sentí como el corazón palpitaba más rápido, podía oír el bombeo de sangre.
-Manuel. Volvió a repetir. -El paso a visitarme la semana pasada, Me hizo algunas preguntas sobre usted, pero me ha pedido no decir nada.
-Entiendo no se preocupe - la verdad es que no entendía por que había ido a ver a la vecina para pregunta por mi si podía ir directamente al departamento.
- No es todo, como le explicó, Lo vi mal valla, su era semblante pálido y triste.- hizo una pausa mas larga y al fin abrió los ojos. - No puede ver, cogió una enfermedad en los ojos que le han provocado una ceguera temporal pero que se puede convertir en crónica. - Me soltó de la nada la maldita vecina. No vi venir esto y tampoco supe como asimilarlo, como reaccionar, lo que recuerdo es que le agradecí por el teléfono del plomero y me retire de ahí. Sentía como si un balde caliente de agua hubiera sido derramado por todas mis entrañas.

Me pare frente a la ventana del departamento, la que da hacia el estacionamiento. Hace más de dos meses que no viene, el mismo te lo digo en la carta. La carta ¿cómo demonios escribió una carta?
Salí del edificio en dirección al sur de San Francisco, tenía que verlo, comprobar si lo que la vecina me dijo era verdad. No tomé nada más que mis llaves.

Toque el timbre pero nadie contestó, intente un par de veces más. Hasta que una mujer de delgada complexión asomó su cara por la ventana, la figura que se dibujaba por detrás de la cortina y las arrugas en el rostro no me mentían era Eva, la hermana de Manuel.

-ja eres tu. Que quieres.
- Lo sabes bien ahora abre.
-Quien te crees que eres para venir así aquí – La mujer entorno los ojos y su cara se ilumino por un gesto de poder. Hace mucho que he querido poner a esta mujer en su lugar así que hoy no me mediré.
- Resulta que sigo siendo propietario de este departamento, y que donde estas pisando es mío. ¿Acaso tus papas no te informaron? – ahora el poder lo tenia yo y lo que hasta hace unos momentos era luz en la cara de Eva, ahora era rabia, o enojo, no sabría bien lo que era.
-Bueno pues te informo yo, el departamento se lo obsequiaron a Manuel, y el – Hice una pausa y saboree las palabras sobre mi lengua. – pues nada me lo dio de Regalo hace unos meses.
Los ojos se le abrieron como dos huevos cocidos, no se si por que el departamento que tanto había querido ella se lo habían dado al Hijo Gay y  a su pareja, o el echo de que nadie le consulto la decisión que la familia tomo, fuera cual fuera el caso me tenia sin cuidado.
-Muy bien ahora ¿abres o entro por cuenta propia? – Dentro de las llaves  del departamento también tengo una copia de las llaves de ese lugar.

La puerta se abrió y ahí estaba aquella mujer con su terrible cara ante mí.
-No voy a discutir.
-Claro que no -la interrumpí - por que estoy en mi casa cariño así que apártate. Y por que no vine por ti.
-Valla y donde estuviste todo este tiempo.
-Algo que a ti no te interesa.
La cara de Eva se volvió más suave y cálida. Oh valla ese viejo truco no va conmigo niña pensé.
-Se lo que paso, también se por que estas aquí así que hablemos antes de todo ¿que te parece?
-Mira Eva vine a algo en concreto, Y no deseo ser grosero.
-Ven.- Me tomó de la mano y me llevo hasta la sala. Esta vez lo que había en su rostro lejos de ser chantaje era preocupación.
-Manuel no esta. Eso nos dará tiempo.
-¿Tiempo?
-Déjame hablar vale. He querido llamarte pero Manuel me lo impidió. Supongo que ya sabe ¿quien te lo digo? ¿La vecina?
-Si ella.
-Bien. Escúchame vale.
-De acuerdo. Preste atención.
-Después de que Manuel descubriera lo que había entre tu y el chico de la oficina, el se fue a la exposición Nacional de arte moderno y fotografía a Nueva York estuvo ahí dos mese, después llegó y se instaló aquí, siguió trabajando en sus proyecto, pero hace dos meses empezó a enfermar, la vista se le nublaba a menudo, el doctor dice que se trata de pequeña capa de nubosidad en ambos ojos.
-¿Dos meses?
-Si. Ya se lo que piensas. Si fue por eso que dejó de ir al estacionamiento.
-¿como lo sabes?
- Lo lleve un par de veces y fui yo quien escribió la carta. Claro el me dijo que escribir. Bueno déjame continuar. Al principio el doctor dijo que se trataba de algo ocasionado por el accidente de motocicleta que tubo.
-¿el del 2015?
-Si.
-Pero si fue hace como 8 años.
-Secuelas. El caso es que sería temporal si seguía las indicaciones que nos dieron, como principal recomendación le prohibieron seguir expuesto a la luz del revelado de las fotos y a los químicos que el utiliza para revelar. Y así lo hizo por eso es que en la carta mencionó que podía tardar hasta un mes para podré encontrase contigo. Porque era el tiempo que el doctor estimó en que los medicamentos harían efecto. Pero no fue así, ahora hay posibilidad de que sea definitiva una ceguera permanente.
-Demonios. Me levanté del sofá.
-Por eso no quería que se te contactará.
-Pero... debe de existir algo a otra opción.
-Esperará los resultados de este mes y si no entrará a la lista para una operación pero tampoco es segura.  El si quiere verte, sol oque no asi. Sólo déjame convencerlo por favor.
-¿tu?
-Te lo debo. Fui yo quien le dijo a Manuel lo de tu amante. Los vi una semana antes en el aparador del edificio. Así que le dije a Manuel que inventara esa salida. Perdón.
-Tu. -maldita perra, pensé perro no estaba en condiciones de ofenderme. Al contrario me salvó de un abismo que me estaba consumiendo, pero no se lo diría.
-Ya podremos hablar de eso, Ahora lo que quiero es verlo.
-Salió a caminar con mi marido. Lo Podrás ver antes del fin de semana pero hoy no por favor te lo pido. Además vienes muy alterado. Yo te llamo por favor.

Confíe en Eva, aunque algo ahí me decía que no debía hacerlo, había en lo que me contó algo que no terminaba de convencerme; ya de vuelta me cruce con el auto de Javier, el mejor amigo Gay de Eva, ese que en mas de una ocasión me coqueteo, e inclusos se enredo con nuestro mejor amigo. Todo una fichita. Me dijo mi subconsciente.
Regrese al departamento, y no preste atención al encuentro, principalmente porque detrás del auto de Javier le seguía el de Edu, una migo de ambos, que habíamos conocidos en un campamento y resultaba que a el igual le fascinaba la fotografía. Llegue a casa y espere la llamada de Eva. Fue un error. 

Oscar y ManuelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora