Heli Gudiel

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-Cuéntame más de el, ¿a que se dedica?, y antes de que imagines cosas lo necesito para informar a la editorial.

- Pues no se, la cede de su empresa esta en Seattle, ahí tiene un departamento muy lujoso, estuvo casado con una chica hace un par de años, como tres o dos, realmente no habla mucho de eso, luego se dio cuenta que era gay y se separaron, solo se eso. A pesar de ser gay, nunca me ha hablado de un novio o alguna relación.
Es alguien muy importante, multimillonario, el dinero de la revista es nada en comparación con lo que gana. Es muy filantrópico, tiene una fundación en Taiwán donde produce alimento para los pobres de la ciudad, apoya a otras causas en áfrica y Latinoamérica, de hecho México se beneficia de una sus fundaciones.

-Valla que vida la del hombre.
-¿Has oídos de Gudiel Enterprises Inc.?
-Claro es subsidiaria de una editorial en Seattle, estuve en contacto con una representante para negociar los derechos de una publicación que hicieron en 2011.
-Pues Heli es el dueño de Gudiel Entp.
-¿Que? –grite atónito y abrí los ojos como dos huevos duros.
-Así es, el es dueño de todo ese impero.
-El hombre se pudre en dinero entonces.
En el auto empezó a sonar Tall Trees In Georgia y la dulce voz de Cassydi lleno cada rincón del carro. El tiempo transcurrió por largo tiempo.
A mi me gustaba Eva Cassydi desde siempre y había algo en su música que me volvía adicto a ella, lastima que hubiera terminado de esa forma su carrera y su vida.
El auto se detuvo de golpe y dirigí la mira hacia un gran edificio.
-Casi nos pasamos.-soltó Manuel
Dios mío, los ojos no me alcanzaban para ver tan alto edificio rodeado de glamur y edificios desiguales, se trataba de una torre que se alzaba imponente en aquel lugar. El policía del edificio y otros dos tipos más se acercaron a la ventanilla del piloto, Manuel bajo el vidrio.
-Tengo una cita con Heli, Heli Guidiel.
-¡Su Nombre Por favor!- la voz del policía, quien portaba una arma sobre la cremallera y otra mas en el pecho, se oía ronca y dura.
-Manuel Duay
-Y su acompañante. Pronuncio el policía mientras me dirigía una mirada veloz.
-Oscar Ruiz- Conteste ágilmente. El guardia de atrás, con sus dedos ágiles buscaba en un pequeño aparato algún indicio de nuestros nombres, la pantalla blanca se reflejaba en las pupilas.
-Muy bien- Dijo por fin el primer policía. –El señor Gudiel ha ordenado que suba al piso 17 y aparque su auto en el numero 12.- Santo Dios, un aparcadero en el piso 17, que tan poderoso era este hombre.
Manuel asintió, subió el vidrio del auto y dirigió la marcha hacia el acensor que estaba en el fondo del edificio. Parecía conocer el camino.
Por alguna razón el echo de estar en ese lugar me incomodaba, la idea de Manuel con Heli me parecía dolorosa.
Mi iPhone timbro una vez.

De: ILPOC (Independent Literary Publications of California)
Para: Oscar Ruiz
Asunto: Nuevo convenio
Oscar Necesito por favor que me des mas detalles sobre la propuesta del señor Gudiel. Por favor no tomes decisiones apresuradas, entiendo que quieras ayudar pero tenemos que pensar este asunto. Investigando encontré que el señor Gudiel absorbió en su totalidad un editorial mas grande que la nuestra en Seattle. Bien podría una editorial de el publicar este trabajo.
Eduardo Firefly. Editor en jefe de ILPC Publising.

Leer el correo de Eduardo me hizo sonreír, cada que leía su apellido en el pie de correo no podía evitar reír.

De: Oscar Ruiz
Para: ILPOC (Independent Literary Publications of California)
Asunto: RW: Nuevo convenio
No te preocupes, antes de cualquier decisión yo te avisare.
Oscar Ruiz Editor en ILPC Publising

No tenia idea de que decir. Al aceptar la invitación de Heli daba por hecho que nuestra editorial publicaría este proyecto, del cual haciendo cuentas en ese instante no tenia ni idea de que se trataba.
Entramos al departamento, se traba de un lugar lujoso, no tanto como imagine, pero debía por lo menos constar unos 2 millones de dólares, había por todos lados pinturas de diversos tonos de gris y rojos, desde un carmín brillante hasta el mas tenue destello rosa; en la entrada había a la derecha una pequeña mesa de mármol blanco, brillaba como las nubes blancas sobre el cielo, en ella solo había un pequeño jarrón blanco del mismo tono que la mesa, estaba ralleno con flores blancas, había en el ambiente un olor a gardenias y limon.
Al fondo dentro de un pasillo y otro, vi salir a Heli, descalzo con un jersey gris y unos vaqueros desgastados, se veía tan frágil, pero imagine que aquel atuendo habría costado unos cuantos miles de dólares. Se acerco hacia nosotros, y entre mis pensamientos escuche que Manuel le saludo, yo por el contrario perdí todo tipo de modales y me dirigí hacia lo que parecía ser un balcón cubierto de un enorme cristal tenue.
-¿Te gusta?- La voz de Heli me tomo por sorpresa y di un saltito.
-Es hermoso- asentí y me dirigí hacia el centro donde estaba Manuel de pie junto a un enorme Miguel Ángel de cristal. ¿Cómo es que no lo había notada antes?
-Vez Manuel, debiste de haber aceptado mi oferta y quedarte en este departamento y no en el agujero que viven ahora.
-Oye – le rete con la mirada fría y una voz que sonó mas aguda de lo que pretendía
-Perdón, pero siempre digo lo que pienso.
-Pues en ocasiones no deberías- conteste
-No debería, pero- Hizo una pausa y rio como si recordara algo- pero puedo- Término.
Era obvio, este hombre era un arrogante, un bello hombre arrogante pensé.
-¿Tu tomaste aquellas fotos?- pregunte señalando al fondo de un pasillo pequeño al costado derecho de la cocina.
- No, las compre en Portland a un fotógrafo amateur,
-son muy buenas
-Es lo que le he dicho- Contesto Manuel desde el otro lado en muestra de que el aún seguía ahí.
-Lo se, pero no para estar en mi casa de Seattle, y como no tienen un gran valor las envié aquí.
En la foto se ve la silueta de una mujer, riendo, bostezando y no logré distinguir más.

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⏰ Última actualización: Feb 10, 2017 ⏰

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