Relato 6

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El paso por la adolescencia y juventud termino tardíamente, al cumplir los 20 deje de pensar en cómo me veía, acepte mi cuerpo y lo que el constituía, aun hacia ejercicio claro pero ya era por salud, mi rutina se había intensificado y mitigaba mi apetito sexual, el cual por selección mía no satisfacía con alguien más, la idea de mantener relaciones sexuales con alguien con quien no estuviera ligado sentimentalmente me parecía descabellada. Pronto llegue a los 21 fue ahí en esa época, cuando por destino propio conocí a Manuel, el chico mayor que yo y que había suspendido sus estudios en un par de ocasiones a causa de su indecisión.

¿Qué si recuerdo el día que conocí a Manuel? Claro que lo recuerdo, fue un día que a diferencia de lo que piensas; me causo mucho dolor, el mismo día que conocí a Manuel fue el mismo en el que me despedí de él.
Hoy a siete años de vivir con Manuel, no me arrepiento de nada de lo que en su momento fue lo mejor; De cada recuerdo que tengo a su lado, de las veces que derrame el café sobre sus manos, de las veces que él me tumbo en la cama por responder mal o no hacer las cosas bien, de los regaños mutuos por los que pasamos para llegar hasta el día del final. Es inevitable no derramar lágrimas. Seguramente te has perdido de gran parte de la historia querido lector, pero, lo cierto y real es que Hace siete meses Manuel se marcho de casa y yo no hice nada para impedirlo por el contrario propicie tal situación, existió un puente de conexión entre Manuel y Alejandro un ser tan pequeño que desato el fuerte caos que hoy no puedo controlar en mi vida.

Siete meses ya, desde aquel día, y la conexión que había con Alejandro se había terminado y de paso se llevo mi conexión con Manuel, estoy seco quiero y están aquí las ganas de llorar pero no hay lagrimas que calmen los sollozos de mi cuerpo. Seguramente el este ocupado e intento conectarme con el mediante los pensamientos que hoy tengo, después de el tiempo que ha pasado he empezado a extrañarlo.

He querido llamarte pero he desistido antes de hacerlo, espero que te mantengas en forma, utiliza suéter es temporada de viento y frió, tu garganta aun esta débil de la pasa operación, no utilices el auto en esta temporada el trafico es caótico y las carreteras te estresan. Quiero pedirte que me disculpes, he pensado en regresar no sé si tu lo has pensado igualmente, pero he de confesarte que extraño tu olor, tu presencia, extraño el complemento que me dabas, esto sonara egoísta pero ¿acaso este era el final que no merecíamos? Podríamos darnos una segunda oportunidad. Te llamare después.

Oscar.


Fue el texto que el envié a Manuel hace un rato y espero pronto obtener respuesta y ante la tristeza terminare aquí este breve relato, es hora de alejarme de la ventana el frió se está haciendo más intenso y solo alimenta mi melancolía.


Oscar y ManuelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora