CAPITULO 5

1.3K 46 0
                                    


- ¡AHHHHHHHHHHH! ¡Ay me muero, hola, hola, hola! - se colgó de la cintura ancha y enrosca sus brazos alrededor.- ¡Ay me muero! ¡¿Cómo estás?!- deja un beso en su mejilla y se baja del koala.

- Bien, y por lo visto vos también... a ver, una vueltita...- la hizo girar de la mano.- Sos como el vino, eh... pasan los años, y cada vez estás más buena.

- Calláte tarado... Rocío me dijo que llegaban hoy, pero no pensé que tan temprano. ¿Cómo estás, Pablo? Contáme todo, veni pasa.- lo sincha por la mano para hacerlo entrar.

- Estoy bien, igual que siempre... vos estás muy diferente, aunque seguís de la misma altura.

- Malo...- le pega en el brazo.- ¿Querés comer algo?

- Y... vengo de un viaje de seis horas sin un mango, así que un sanduchito no me viene mal, viste...- se tocó el estómago.

- Tomá, comé el mío que voy a la cocina a preparar más.- le sonríe dejando un beso en su cabeza y va a buscar más ingredientes.

-... Y nada, el pelotudo de Agustín se olvidó de apagar las luces cuando buscábamos las llaves que se habían caído, y nos quedamos sin batería en el auto. Como no teníamos plata para pagar una carga, tuvimos que conseguir por ahí y tardamos más en volver.

- Mirá que son tarados eh...- se rió, apoyada en los brazos del morocho.

- Bueno, pero no fue mi culpa, fueron ellos, a Vico se le cayó la llave y Agustín se olvidó de apagar las luces.

- Pero vos tampoco te diste cuenta, no le eches la culpa a ellos.- se ríe otra vez, pero dejó de reír y miró la puerta cuando sonó el teléfono que estaba al lado. Se levantas para agarrar el teléfono.

- ¿Quién es?

- Hola Lali, soy Gastón.

- ¿Gastón?

- Si... me quedó de pasada y te quise venir a buscar ¿o te va a llevar alguien?

- No ¿Qué hora es?

- Las siete menos cuarto, tenemos que estar a las siete ¿Te acordas?

- Si, si. Ya bajo, dame un minuto.

- Dale, te espero.

- Poli, me tengo que ir, se me hizo re tarde.- agarra el bolso que, afortunadamente, había dejado pronto en el sillón.

- ¿Disculpáme? ¿Quién es ese Gastón por el que me estás cambiando? - se cruzó de brazos, pero se paró.

- Ya te dije que es mi bailarín, y hoy me acaba de salvar la vida.

Bajaron por el ascensor. En la puerta despide a Pablo en la puerta y él se fue enseguida, Gastón esperaba en el auto.

- Te juro que hoy me salvaste la vida.- se metió en el auto dejando un beso en su mejilla.

- ¿Por?- se rió y aceleró la marcha.

- Nada, estaba con un amigo al que no veo hace más de tres años, y no me di cuenta de la hora que era. Si no me hubieras pasado a buscar, llegaba tarde, iba a quedar como la más irresponsable.

- Tenés 17 años, tampoco se te pide que seas tan responsable.

- No importa la edad, si voy a trabajar tengo que ser responsable. - suspira.

- Bueno, tranqui que estamos bien de tiempo.- sonrió.

- Gracias, me salvaste la vida.

- De nada.- sonrió otra vez.

"CON LOS PIES EN LA TIERRA Y LOS OJOS EN EL CIELO" TERMINADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora