CAPITULO 34-35-36

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                                                                            CAPITULO 34.

Se despertó cuando sintió el movimiento de Peter. Se levantó corriendo, cruzó la habitación, entró en el baño y lo sintió vomitar escandalosamente. Después sintió como se lavaba los dientes – el higiénico andaba con el cepillo para todos lados.

Salió de allí, con una mano en el estómago, otra en la cabeza y cara de asco. La cara cambió cuando la vio, acostada en el sillón y tapada con una frazada.

- ¿Qué hacés acá? - se sentó en la cama.

- Nos quedamos todos. Nadie se sentía muy bien, que digamos.

- ¿Se empedaron todos?- frunció el ceño.

- Vico, Cande, Agus y Pablo si. Rocío se fue porque tenía que organizar eso del show, Euge y Benja... quien sabe. Se fueron a media noche y todavía no volvieron.

- ¿María?

- Se fue hace un rato para la casa.

- ¿Y a vos qué te pasó?

- Me pidieron que compartiera cuarto con vos, porque tenías fiebre.

- ¿Te pidieron? ¿Vos no querías?

- No, la verdad que después de lo que hiciste, no quería. Quería irme a mi casa, pero tampoco me dejaron porque era muy tarde. Y no me mires así, yo no te desnudé. Fue Vico.

- Como si vos no me hubieras visto desnudo.- obvió.

- Ayer me sacaste ese derecho.

- Lali, si no sos un poco más explicativa no voy a poder ayudarte. No sé casi nada de lo que pasó ayer, tengo muchos lapsus.

- ¿De qué te acordás?

- Me acuerdo hasta la parte de que llegaste, después que estaba haciendo competencia de tragos con Agustín, y después no me acuerdo más nada, solo sé que tengo la sensación de que hice cosas... desastrozas..

- Te chapaste a una morocha... vomitaste en el baño, lloraste, te me abrazaste a las piernas. Vico te trajo, y quedaste acá fulminado. Volvimos a la fiesta, cuando terminó Rochi avisó que estabas volando de fiebre... bajamos a Vico con un café, y él te puso en bolas.

- Qué negro desubicado...- se quejó.- ¿Fuiste vos la morocha a la que me chapé? - la miró con una sonrisa.

- No. Fue una un poco más alta y menos complicada que yo.- obvió poniéndote los zapatos.- ¿Te sentís bien, necesitas algo?

- Si te digo que no ¿Te vas a ir?

- Y si me decís que si, también. Pero le avisaría a alguno de los chicos para que te ayude.

- ¿Qué somos?- la miró.

- Hasta ayer, éramos novios que se estaban tomando un tiempo. Hoy... somos ex - novios y compañeros.

- Pero ¿Por qué? Si estaba en pedo.

- Eso no te justifica.- se rió pero con mala gana.- Te dije que te alejaras, y chapaste a la otra mina. Tu inconsciente me quiso decir algo, Peter. Que vos no me vas a esperar. Igual, creo que lo entiendo ¿Sabés? Sos hombre.

- No. No digas la típica de que los hombres son todos iguales, porque no es así.- avisó.

- No, no voy a decir que son todos iguales. Algunos son peores que otros. - agarró el bolso y se paró. - Que te mejores.

- Lali, pará. No seas tarada...- caminó atrás de ella.

- No, no te preocupes. Hasta ayer era tarada, hoy ya no. - se volvió a reír, bajando las escaleras con cuidado.

"CON LOS PIES EN LA TIERRA Y LOS OJOS EN EL CIELO" TERMINADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora