CAPÍTULOS 21-22-23-24

1.9K 40 0
                                    


                                                                  CAPITULO 21.

- Si querés hacerme alguna pregunta... estoy lista.- juguetea con el botón de su camisa.

- ¿Segura?

- Si.

- ¿Cuándo empezó?

- Cuando entré al Mandalay. Mi padre empezó a ganar mejor, y con mi madre decidieron anotarme en un colegio pago, y ahí empecé con todos éstos problemas de autoestima... eran todos perfectos ahí, o eso pensaba yo.

- ¿Quién lo sabe, además de mí?

- Mi tía, pero prometió que no se lo iba a decir a nadie. Y necesito que vos lo prometas también.

- Obvio, lo prometo. ¿Te sentís así todo el tiempo?

- No, es solo a veces. Se supone que cuando estoy bajo mucho estrés.

- ¿Nunca se te ocurrió ir a un médico? Por lo que sé las personas así tienen que tomar medicamentos, a lo mejor te puede ayudar...

- Si, fui. Pero sentí que el médico no me prestó mucha atención. Me recetó unos anti – depresivos pero nunca los tomé, no quiero sentir que dependo de una pastilla para estar bien.

- ¿Por qué no se lo dijiste a tus papás? ¿No se supone que tendrían que ser los primeros en enterarse?

- En la época en la que me empecé a sentir así, ellos estaban teniendo muchas discusiones, porque papá trabajaba mucho y a mamá no le gustaba. Entonces yo pasaba más tiempo con mi tía, por eso se lo dije a ella. Ella me dijo que se lo dijera a mis padres, pero estaban discutiendo tanto que no les quise sumar una preocupación. Después le salió el trabajo en Inglaterra, y dejaron de discutir porque papá ya no tenía que trabajar tanto. Y yo estaba tan ocupada con mi nueva vida allá que le resté importancia. Además, allá me juzgaban por ser estadounidense, no por ser fea. - él suspiró.

- ¿Por qué nunca le dijiste a ninguno de los chicos? ¿No creíste que te podían ayudar?

- No. Ahora que lo pienso mejor, a lo mejor si habrían podido. Pero ya está. Debes de pensar que soy una boba ¿No? - levanta la cabeza para mirarlo.

- Nada que ver.

- ¿Y qué pensás?

- No sé. Por un lado me siento muy mal, hace tres semanas que estoy con vos y nunca me había dado cuenta de que te pasaba ésto. Y por otro lado, te quiero más.

- ¿Me querés más?

- Si. Me pone orgulloso que me cuentes ésto que no le contaste a nadie, me hace sentir especial, y te hace especial a vos.

- No sé porque te lo dije a vos, en realidad. Siempre lo tuve muy bien guardado para mí sola.

- ¿Te arrepentís de habérmelo dicho?

- No sé.

- No me gusta que te sientas así, Lali. La próxima vez que te sientas así, me lo tenés que decir ¿Si? Para que te pueda ayudar. - suspiró.- ¿Hace cuanto que no te sentías así?

- Desde hace dos años. Terminé el tratamiento para los dientes y no me sentí más así por mi cuerpo, me sentí mal pero por la discriminación a mi nacionalidad.

- ¿Y por qué te sentiste así ahora? ¿Tiene que ver conmigo?- la miró preocupado.

- No, nada que ver. Es por un problema que tuve con mis padres, por eso me sentía tan mal ayer. Pero no hablemos más de eso ¿Si?

"CON LOS PIES EN LA TIERRA Y LOS OJOS EN EL CIELO" TERMINADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora