Maratón: 1/2

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Maratón: 1/2

1. El origen del código.

A mediados del segundo año del internado.


-Son unos hijos de pu... - Ashton alzó una ceja, pero siguió centrándose en la lectura de Historia – malnacidos, ojalá se vayan a la mier... - de acuerdo, algo malo había ocurrido. Su compañero de cuarto, es decir, Michael no solía maldecir tanto a menos que en verdad estuviera molesto - ¡Malditas escorias! ¡Púdranse! – esta vez el castaño se sobresaltó al escuchar el sonido de algo quebrarse.

-¿Todo bien...? – se arriesgó a preguntar, Mike, quien caminaba de un lado hacia otro frente a él, dejó de hacerlo. Lo asesinó con la mirada. Ashton tragó saliva.

-Solo diré que correrá sangre – susurró de manera escalofriante.

-Yo no estoy incluido dentro de esa masacre, ¿cierto?

Mike frunció el ceño.

-Deberías estar leyendo – soltó. El aludido asintió rápidamente.

Estaban haciendo un trabajo en equipo para la clase de Historia. Se encontraban en una banca frente a una glorieta, decidieron hacerlo ahí porque no les quedaba más lugar. De la biblioteca habían sido expulsados por dos días solo porque a Mike se le ocurrió amenizar el ambiente con un poco de música de rock, porque, según él, el lugar estaba muy "silencioso".

-Ya deja de cacarear – gruñó. Ashton dejó de leer.

Mike estaba molesto. Le habían dado una noticia que para él fue devastadora. Pero fuera de estar triste estaba enfadado. Molesto. No quería descargarse con su compañero de estudio pero por el momento él era el único que estaba a su lado y tenía que soportar su mal genio.

-Bien, señor gruñón, entonces tú lee – Ashton le extendió el libro, Mike ni se molestó siquiera en agarrarlo, de un manotazo lo tiró al suelo - ¡oye!

-Cállate – el castaño se sobresaltó.

Mike estaba en un dilema. Y la verdad era que estaba demasiado confundido. Cuando el profesor de Historia le había asignado a Ashton como compañero de estudio no le agradó en lo más mínimo. Había algo en ese muchacho que le hacía sacar de quicio. Y aún no sabía el qué.

-Cuando tengas ganas de trabajar, me avisas - Ashton se levantó y se dirigió hacia el dormitorio.

Mike gruñó, lo siguió con la mirada. Y entonces se percató de algo. Del porqué de su mal genio. No, la razón no era porque sus primos fueron a su casa y se llevaron un par de sus CD's favoritos. No. Era ella. Esa maldita zorra que en esos momentos le sonreía, esa que le había recibido con un casto beso en los labios. Aquella que se atrevía a agarrarlo de la mano y llevárselo a quien sabe dónde. La fulana esa que ahora era la... novia de Ashton. Martina, Mónica, Melissa o ve tú a saber cómo demonios se llama la pelirroja esa.

El pelinegro volvió a gruñir. Ashton le había sonreído. Le había mostrado su sonrisa ganadora de premios. Y a él nada. Ni siquiera esa sonrisa de mostrar solo los dientes.

-Maldita, zorra... - gruñó por tercera ocasión.

Eso era esa para él. ¿Acaso Ashton no se daba cuenta que la fulana esa lo estaba usando? ¿Que solo estaba con él porque estaba en la lista de chicos lindos con los cuales salir? No, el muchacho no lo sabía porque era un idiota.

[...]

-Mike, si sigues viéndola de esa manera te aseguro que no funcionará - la voz de Calum le hizo fruncir el ceño – si quieres asesinarla... conozco a un tipo que...

Idiota || Mashton || FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora