Capítulo 22. Lluvia de estrellas (2)

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Capítulo 22.

Lluvia de estrellas (2)


[Mike]


-¿Quién es el principito?

No estoy seguro de comprender la pregunta.

Esperen... ¡¿Qué?!

¿Acaso me acaba de preguntar por el principito? ¡¿Es en serio?!

-¡Vete al demonio! – grito, me levanto rápidamente.

-¡Mike, espera!

Me detiene del brazo.

-¿Acabo de decirte prácticamente que te amo y tú solo me preguntas por el principito? ¡Estas demente! ¡Eres un...!

Nada.

Me he quedado en blanco.

Ashton me sostiene fuertemente de los brazos. Su frente y nariz pega con la mía. Ni idea como ha logrado eso ya que soy más alto que él por algunos centímetros.

Su respiración y la mía se confunden.

-Lo siento – murmura.

Me he quedado sin habla sorpresivamente. Nos estamos mirando fijamente, aún sin despegar nuestros rostros.

-Lamento haber minimizado tus sentimientos. No fue mi intensión ignorar todo lo que me has confesado.

Si continuamos de esta manera no podré controlarme, en un momento a otro terminaré besándolo.

-Nunca serás como el perrito abandonado, Mike. Te lo dije en el hospital y te lo vuelvo a decir aquí, con la media luna y el mar de testigo. Tú me gustas. Te quiero más de lo que está permitido. Y me siento afortunado de tener a alguien como tú a mi lado.

Oh, dios... siento mis pies flaquear, que alguien lo haga callar o en este instante me desmayaré y no me importará comportarme como una colegiala enamorada a la que se le acaba de declarar su crush, porque así es como me siento en estos momentos.

Nuestros labios se están rosando, puedo sentir aún su respiración confundirse con la mía. Siento caminar entre las nubes.

-Ashton... - susurro, sus labios chocando con los míos.

Mis brazos rodean su cintura mientras los de él rodean mi cuello.

-Mike... - jadea.

Y al fin sucede. El fenómeno une sus labios a los míos.

Comenzamos con un vaivén suave y lento. Me siento en el paraíso. Sus labios son suaves con sabor a cereza, tanto tiempo esperando este momento que siento que ya podría morir en paz y me siento tan ridículo porque estoy seguro que lo que siento resbalar por mis mejillas en estos momentos son lágrimas. Lágrimas de felicidad, de lograr un sueño, un deseo.

Nuestros labios se separan, su frente pegada a la mía es lo que me mantiene cuerdo.

Una luz parpadeante nos hace desviar la mirada. La primera estrella cae.

-Pide un deseo – le murmuro.

-Desearía... desearía besar mejor, te he hecho llorar. Lamento hacerlo tan mal, Mike – no puedo evitar sonreír. Su mano derecha limpia el rastro de mis lágrimas.

-Créeme esa no es la razón – confieso.

-Que bien, porque pienso hacerlo nuevamente.

Y sin más, el fenómeno comienza a besarme nuevamente. Congelando el momento. Puedo sentir un calorcito en mi corazón. Una corriente eléctrica recorrer cada parte de mi ser. Realmente no quiero que este momento termine. No quiero despertar de este sueño, en donde los segundos son eternos, donde no hay corazones rotos, donde todo es felicidad, en donde realmente soy feliz.

Idiota || Mashton || FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora