Maratón. El dúo perfecto. (2)

742 101 58
                                    


**Lo que está en cursivas es lo que dice la carta de Ashton.


2. No sé si podría estar sin ti, porque bebé, tú me complementas.


Perdón.

-¡¿Qué demonios es esto?! – en Mike eran presentes las lágrimas. Su corazón dolía, su cabeza daba vueltas, respiraba con dificultad - ¡¿En dónde está?! ¡Ashton! ¡Ashton! – Corrió por todo el pasillo, después de haber buscado por todos los rincones de la habitación en donde horas atrás había dejado a Ashton junto a su madre - ¡Ashton!

Perdón, perdón, perdón.

El teñido estaba al borde de la historia absoluta.

-¡Joven, es mejor que guarde silencio! – una enfermera que pasaba por ahí lo enfrentó.

-¡¿En dónde está?! – Gritó, la mujer lo miró mal – Por favor... necesito saber en dónde está – la voz de Michael se quebraba con cada palabra.

Mil veces más perdón.

-Es mejor que se tranquilice.

-¿En dónde está? – sus ojos suplicaban una respuesta.

Lo lamento, Mike.

La enfermera lo condujo hacia las sillas que se encontraban en la esquina. Lo hizo sentarse y luego imitó la acción.

-Por favor... - Michael lloraba, estaba desesperado.

No es tu culpa. Lo juro.

Ni siquiera esperó a que el curso terminara. Desde el momento en que abandonó la habitación de Ashton sabía que algo malo ocurriría, pero fue tanta la insistencia de sus amigos y del mismo rizado para que asistiera al curso que terminó accediendo. Sin embargo; sabía que algo malo ocurriría, salió sin avisar. Fue directo al hospital para encontrarse con una habitación desocupada.

-El joven Irwin fue dado de alta esta mañana – comunicó la enfermera.

En Michael todo era confusión. ¿Dado de alta? ¿Estaría en casa? ¿Por qué no le avisó?

Sin agradecer a la enfermera salió del lugar y fue directo hasta la casa que compartían. El camino fue demasiado largo... o al menos así lo sintió él. Apenas estuvo en casa llamó a gritos al rizado.

-¿Mike? – ese era Calum, quien no entendía por qué su amigo llamaba a su novio cuando éste aún estaba en el hospital.

El teñido, por su lado buscaba con desespero a Ashton.

-¡Ashton! – Sus ojos viajaban de un lado a otro en busca de alguna señal del muchacho de mirada hazel - ¿Dónde...? ¿Ashton...?

Nada. No había nada del muchacho. Sus pertenencias, su presencia...

Nada.

Su mirada se posó en la mesita de noche donde reposaba un sobre que llevaba su nombre escrito con la caligrafía de su novio. Eso no era buena señal. Con pasos inseguros se acercó lentamente hasta estar frente al sobre. Con manos temblorosas comenzó abrirlo.

A estas alturas ya debes de saber que no solo he abandonado el hospital sino también la ciudad.

Las lágrimas le impedían seguir leyendo. Dolía. Todo dolía.

-¿Mike? – Calum lo había seguido.

-Se ha ido, Calum... - la voz de Mike apenas era audible.

Idiota || Mashton || FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora