Cap 18: Lia Reinors

639 18 9
                                    


CAP 18: LIA REINORS

POV GALE

Me quedé paralizado unos minutos pero un nuevo grito me sacó del trance.

Apunté y disparé con dos flechas a la vez, un truco que me había enseñado Tay, y acerté con ambas en la cabeza del lobo. Gracias a Dios.

Con paso resuelto, pero despacio por si aún no estaba bien muerto, me acerqué al animal. Me apostaba todo lo que tenía a que esta especie de lobo no era natural, era un muto. Y eso era algo preocupante pues podría haber más...

Una vez de que me aseguré de que no había peligro me acerqué a ayudar a la chica.

-Hola, me llamo Gale. ¿Qué haces aquí sola?

No me contestó, aún se agarraba como podía a las ramas mientras me miraba con ojos asustados.

-Tranquila, puedes confiar en mí. Ven, te ayudaré a bajar de ahí antes de que te caigas y te hagas daño.- le dije acercándome aún más con paso lento y cogiéndola de la cintura suavemente para después dejarla en el suelo.

-Me llamo Lía, Lía Reinors. Y me he perdido, yo solo quería encontrar un arroyo donde beber un poco de agua y...

No pudo terminar la explicación pues rompió en sollozos. Por muchas cosas que hubiese pasado una de las pocas que no podré soportar nunca es ver u oír a una chica llorar.

-¡Hey! No te preocupes. Ya estás a salvo. Conmigo no te ocurrirá nada. Ven, te llevaré a un sitio seguro.

La cargué con cuidado en mis brazos, procurando no hacer movimientos bruscos que la asustasen y tras unos minutos llegamos a la pequeña cabaña donde Karon relinchó en señal de bienvenida. Cuando estuvimos en el interior solo tardé unos pocos segundos en encender una agradable fogata con la que calentarnos.

-Toma-le dije dándole una cantimplora llena de agua- supongo que también tendrás hambre...No te muevas de aquí que en seguida vuelvo con algo para comer. Aquí estás segura, no te pasará nada. Te lo prometo.- Aseguré saliendo por la puerta y regalándole una sonrisa con la que quería transmitirle seguridad.

POV LIA

Estaba asustada. Muy asustada. Gracias al cielo que aquel chico me había encontrado... ¿había dicho que se llamaba Gale, no? Yo solo era una chica del Capitolio, no tenía ninguna posibilidad con aquel animal...

Mis pensamientos divagaron sobre el motivo por el que me encontraba en esta situación y me faltó tiempo para que, por tercera vez en el día, los sollozos se apoderasen de mí.

Al oír un ruido proveniente de fuera me asusté muchísimo y rápidamente me limpié las lágrimas del rostro y cogí una de las ramas que sobresalían de la fogata. Así esta vez tendría una oportunidad con el fuego de mi parte. La puerta se abrió y apareció el chico que me había salvado y, la verdad, es que no pude contener el suspiro de alivio que Salió de mí.

-¡Tranquila! Solo soy yo... he traído algo para comer-dijo entrando y asegurando bien la puerta.

-Lo siento, me asusté- me disculpé sintiéndome como una tonta y devolviendo la rama al fuego antes de que ésta se consumiese y ocurriese algo terrible.

-Tranquila Lía. No sabía si eres vegetariana o no así que he traído algunas bayas y frutos y un par de aves para asar...dime, ¿qué te apetece?-preguntó mirándome fijamente.

-No tenías que haberte tomado tantas molestias, con cualquier cosa estaré bien-agradecí sonrojándome ante su persistente mirada.

-No es molestia- aseguró mientras se ponía manos a la obra en preparar todo.

Me sentía una inútil. Primero me salvaba de ser devorada, luego le amenazaba con fuego y ahora no podía dejar de admirar la rapidez con la que despellejaba, cortaba y asaba nuestra cena...

-Bueno... ¿Y qué haces por aquí? Porque se nota que el bosque no es tu territorio-me dijo a la vez que me pasaba un palo con un trozo de carne perfectamente asada.

Agaché ligeramente la cabeza, avergonzada por primera vez de mi pelo turquesa y mis ojos burdeos, y con algo de timidez comencé a explicar quién era:

-Me llamo Lia Reinors y vengo del Capitolio. La guerra ha acabado con la vida de mi madre y de mi padre no se nada ya que nos abandonó cuando yo aún era muy pequeña. He venido al bosque huyendo de las explosiones, tenía la ilusión de poder sobrevivir aquí hasta que las cosas se calmasen y poder infiltrarme para rescatar a mi hermano pequeño de los agentes de la paz. Nos separaron de Sammie cuando empezaron las evacuaciones y no se dónde está, ni siquiera sé si sigue vivo o no... De lo que si estoy segura es que no pienso volver al Capitolio nada más que para recuperarle, trataron de reclutarme cuando esa chica disparó a la que se suponía que iba a ser la nueva presidenta. Ese día mamá me ayudó a escapar cuando los soldados llamaron a nuestra puerta y preguntaron por mi...no le pude dar un último abrazo ni siquiera pude oír por última vez uno de sus miles de refranes. Solo pude oír un disparo y el sonido de su cuerpo al caer al suelo...Escapé por la puerta trasera y corrí, no paré de correr hasta que todas mis fuerzas se agotaron. Quise volver a por Sammie pero me di cuenta de que así solo nos garantizaría una muerte segura a ambos por lo que pensé en refugiarme aquí. He estado sobreviviendo a base de moras y manzanas pues, lamentablemente, es lo único que sé que puedo comer con la certeza de que no me envenenaré yo sola. Esta mañana me acerqué a un pequeño lago que encontré a beber agua y cuando estaba bebiendo oí un gruñido, levanté la vista y me encontré cara a cara con el lobo. Sin pensármelo un segundo me di la vuelta y corrí con todas mis fuerzas pero él era demasiado rápido y se me ocurrió que quizás si conseguía trepar a un árbol no me alcanzaría. Claro que hasta que no estuve intentando subir no recordé que eso de trepar siempre se me había dado horriblemente mal y bueno...si no llegas a aparecer tú...pues yo... ya sabes...Gracias por salvarme.

-No ha sido nada-respondió humildemente rascándose la nuca- y no te preocupes, te ayudaré a encontrar a Sammie. Tengo contactos. Como ya sabes yo soy Gale, el amigo de Katniss, el Sinsajo de esta rebelión. Pero antes de que digas nada, te puedo asegurar que no volverás a estar metida en la guerra nunca más; si se puede decir así, ella, Peeta Mellark, que seguro que lo conoces, y yo nos hemos retirado. Eso sí, extraoficialmente-bromeó con una sonrisa que mostraba sus dientes.

-Vaya...Había oído hablar de ti, te imaginaba más...rudo.

Una carcajada por parte suya inundó la estancia haciéndome reír a mí también.

-Eres graciosa Lía, me gustas.

Bajé la cabeza totalmente roja y automáticamente me puse a frotarme la nariz, un gesto que solo hago cuando estoy nerviosa o algo me incomoda. Gale se dio cuenta de mi cambio por lo que se alejó de mí un poco y sugirió que nos durmiéramos.

-Aquí estamos completamente seguros mientras no llamemos demasiado la atención, es una zona que no tiene vigilancia por lo que podremos dormir tranquilos sin la necesidad de hacer guardias. Hay tres mantas, yo cogeré uno y tú las otras dos, y no hay posibilidad de réplicas- me dijo con tono firme pero con una sonrisa en su rostro.

Asentí rápidamente con la cabeza y no tardé mucho en acurrucarme al lado del fuego.

Sorpresivamente en lo último que pensé no fue en Sammie o mi madre, como todas las últimas noches atrás, ni siquiera fue el enorme lobo negro que había estado a punto de matarme hoy.

Lo último en lo que pensé fue en el color de los ojos de Gale.


Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Dec 27, 2015 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Peeta & Katniss, SiempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora