CAP 17: Una sorpresa en el bosque.

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CAP 17: Sorpresa en el bosque.


POV PEETA

Estaba sumido en mis pensamientos cuando unos suaves golpes sonaron en la puerta.

Me levanté y dando tumbos propios de una persona que lleva tiempo sin dormir abrí la puerta.

Me quedé estático pues no podía creer lo que veía.

Katniss estaba en el umbral de la puerta.

Estaba preciosa, como siempre. Traía unos pantalones de montar y su chaqueta de cuero, su típica trenza estaba algo desecha pero incluso eso la hacía ver más bella aún.

-Hola Peeta

-Hola Katniss

-¿Puedo pasar?

Me aparté para que lo hiciese, y al hacerlo pude ver a Gale junto con un caballo unos cuantos metros más lejos. Eso fue como una puñalada en mi corazón.

No solo se había ido de mi lado por mucho tiempo, sino que ahora se presentaba delante de mí con Gale cuidándola a lo lejos, como si yo fuese a hacerle daño.

La encontré sentada en el sofá con un tic en la pierna, me senté despacio en el sillón donde había estado sentado hacía unos minutos.

Entre nosotros se instaló un silencio incómodo que pasado unos minutos rompió Katniss:

-No quise dejarte.

Yo no dije nada, ya no sabía que pensar. La amaba muchísimo pero también me había hecho daño. Al notar mi silencio continuó.

-Sé que hice mal en gritarte y en cerrarme en banda, pero no pude evitarlo, Gale es y seguirá siendo mi mejor amigo...

-¿Y ahora también algo más no? Le he visto "cuidándote" ahí abajo-la interrumpí.

-¡¿Qué?! ¡NO!, Gale es mi amigo, no te hagas ideas erróneas.

Y entonces me contó toda la historia, no me sorprendió el oír la afirmación que ella tanto había negado, Gale había matado a Tigris. Lo que sí me sorprendió es el oír el porqué y cómo la había tratado todo ese tiempo. En ningún momento se me pasó por la cabeza la idea de que no me estuviese contando la verdad porque al decirme cuánto le había echo en falta por las noches se le escaparon unas lágrimas que cayeron rodando por sus mejillas.

Las ganas que tenía de levantarme y abrazarla eran enormes

-Perdóname Peeta, yo no quise irme, solo no quería creer que Gale se hubiese vuelto nuestro enemigo, perdóname...

Al oír ese "nuestro" no lo aguanté y me puse a su lado para rodearla con mis brazos, recargó su cabeza en mi pecho pidiéndome perdón una y otra vez.

Al cabo de un rato sonó de nuevo la puerta y esta vez sí sabía de quién se trataba.

-Gale-saludé cuando abrí la puerta.

-Peeta

Sin invitación pasó al interior buscando ávidamente con la mirada a Katniss, cuando la encontró en el sofá se relajó visiblemente.

-¿Va todo bien Catnip?

Por un segundo sentí algo que estaba cerca de ser celos pero mi di cuenta de que no tenía una razón de ser. Momentos antes me había dejado claro que me amaba, y yo la amaba. No podía sentir celos de la fuerte relación de amistad que tenían entre ellos porque eso era algo, que como ya había comprobado, no había manera de que se rompiese.

-Sí,va genial- respondió deslumbrándome con una sonrisa.

Sentía que le debía mucho a Gale por cuidar de ella todo este tiempo así que le invité a sentarse y comenzamos una charla sobre temas banales en la que participamos los tres sin silencios incómodos ni pullas de por medio.

Cuando Katniss bostezó sonoramente todos nos echamos a reír.

-Será mejor que me vaya, te estás durmiendo.

-¿Dónde te vas?-preguntó Katniss con preocupación.

-Tranquila, me colaré en alguna de las casas que estén habitables.

-Puedes ir subiendo Katniss, ya sabes donde están los dormitorios.

Lanzando otro bostezo y murmurando entre dientes Dios sabe qué cosas subió las escaleras dejándonos solos a Gale y a mí.

-Esto... gracias por cuidar de ella este tiempo. Me comporté como un idiota y le hice daño. No sé cómo decirte lo agradecido que estoy de que cuidases de ella y le dieras consuelo.

-No hace falta Peeta, entiendo perfectamente vuestra relación y quiero que sepas que la respetaré siempre, solo te pido que no le hagas más daño, por favor.

-Tranquilo, he aprendido varias cosas durante este tiempo y una de ellas es que Katniss siempre será un espíritu libre y que vuestra amistad es demasiado fuerte.

-Mañana me tendrás por aquí a la hora del desayuno-bromeó dando por terminadas las disculpas.

-Intentaré no dejarte afuera.

Ambos nos reímos y le acompañe hacia la puerta.

Subí rápidamente y sentí un vuelco en el corazón de que Katniss estaba en el dormitorio principal tumbada boca arriba y con los ojos fijos en el techo.

POV KATNISS

Sentí el colchón hundirse bajo el peso de Peeta y giré la cabeza para poder mirarlo a los ojos.

-No te has ido a otra habitación-murmuró con la sorpresa impregnada en su voz.

No respondí porque no creía que pudiese hacerlo con palabras, así que lo besé.

Fue un beso lento en el que hubo muchos sentimientos y que, poco a poco, se volvió más pasional.

Sentía como me mordía el labio inferior y luchaba contra mi lengua por obtener un control que le iba a costar conseguir.

Me provocó un leve gemido cuando pasó su lengua por mis labios lo que hizo que en menos de un segundo estuviese atrapada entre su cuerpo y el colchón. Mientras con una mano sostenía parte de su peso, con la otra me recorría el contorno de mi cuerpo. Mis manos viajaban de sus hombros a su espalda arañándole levemente.

Pronto la ropa comenzó a estorbarnos y lentamente, muy lentamente, nos fuimos quitando la ropa el uno al otro jugando a llegar al borde de la locura.

Esa noche ninguno de los dos dormimos y solo cuando despuntaba el amanecer nos derrumbamos en la cama exhaustos, felices y satisfechos.

POV GALE

Descubrí una pequeña cabaña en la zona de la Aldea de los Vencedores, era algo que no cuadraba con la "riqueza" del lugar pero estaba habitable y ahí pasaría desapercibido.

Dejé a Karon atado en el tronco de un árbol a lo que relinchó en señal de protesta pues estaba acostumbrado a estar libre en el valle cerca de mi casa.

Noté cómo me rugía el estómago de hambre y decidí salir a cazar. Guiado por mí subconsciente me guié hasta el lugar en el que Katniss y yo solíamos cazar, descubrí con sorpresa que mis trampas aún seguían intactas. Intactas pero vacías. Una lástima.

Observé atentamente a mi alrededor y en apenas unos minutos encontré lo que buscaba: una huellas, en concreto unas huellas de ciervo. Las seguí con el arco en mano y una flecha lista para disparar.

Lo localicé.

Estaba pastando tranquilamente, ajeno a la flecha que lo apuntaba. Tensé el arco y apunté. Sería un tiro certero y limpio, directo a la yugular.

De repente un grito resonó en el bosque provocando la huida de mi cena.

Sin apenas pensarlo corrí hacia el lugar de dónde provenían guiándome por el sonido de éstos.

Al llegar a un claro me encontré con una escena escalofriante: un enorme lobo negro trataba de alcanzar a una chica que apenas podía trepar  a un árbol para ponerse a salvo.

Peeta & Katniss, SiempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora