Peeta & Katniss, Siempre

Capitán Skylibrendosvi

CAP 4: Capitán Skylibrendosvi

POV PEETA

-Suelte el arma y ponga los brazos en su espalda. Apártese de la chica.

En el pasado no participé en muchas batallas, pero aún así sabía reconocer una derrota. Hice lo que me exigían.

La pistola hizo un sonido sordo al chocar contra la calle de piedra. Mientras, a mi pesar, dejaba desprotegida a Katniss.

El soldado más fornido se acercó seguido de otro un poco más bajo pero no mucho menos intimidatorio.

-¿Quién eres?

-Peeta Mellark, Vencedor de los septuagésimo cuartos Juegos del Hambre.

-Norton alúmbrele la cara-parecía desconfiar pues aún no había bajado el arma.

Una luz potente y clara me hizo cerrar de golpe los ojos de dolor.

-Bajen las armas, preparen el aerodeslizador. ¿Debo suponer, señor Mellark, qué esa chica es la señorita Everdeen, no?

-En efecto pero no me trate de usted…

-Jonathan, mi nombre es Capitán Jonathan Skylibrendosvi y estoy de tu parte. Tigris dijo que vendríais.

-Mucho gusto, ¿podría poner a Katniss a salvo?

-Enseguida. ¡Norton!

-¿Si, señor?

-Lleve a esta chica a la habitación más confortable del aerodeslizador y que la atienda el médico. Quiero los seguimientos de su salud cada hora, ¿entendido?

-Por supuesto señor.

Vi alejarse al tal Norton con Katniss en brazos, por una parte me alegré: la iban a atender unos médicos, por otra me entristecí: estaba lejos de mí.

-¿Qué le ha ocurrido?

Esa pregunta me sacó de mis pensamientos y en vez de contestar en seguida propuse que subiésemos al aerodeslizador para estar más a salvo y contárselo allí.

Entre unas copas de un líquido verde esmeralda revitalizante y la comida le conté todo lo ocurrido desde la huida.

Cuando íbamos por el final del postre: una montaña de helado de vainilla cubierta de sirope de chocolate con una fresa encima del todo, entró Norton seguido de un chico, de apenas 23 años, con una bata blanca por lo que supuse que él sería el médico.

-Capitán, el seguimiento médico de la señorita Everdeen.

-La señorita Everdeen sigue desmayada por unas drogas que por lo que parece impregnaban la bala que le rozó. Con el antídoto que le hemos inyectado calculamos que en un par de días se despertará y con el tratamiento adecuado estará como nueva.

Al ir oyendo esas palabras cada vez me ponía más tenso y desesperado al pensar que iba a estar dos días más inconsciente.

-Gracias. Peeta la visitará en unos minutos.

Levanté la vista asombrado y vi en la mirada de Jonathan entendimiento. Cuando abandonaron la sala y nos quedamos como antes empecé:

-Jonathan yo no sé cómo agradecértelo…

-No te preocupes, solo te pido que la protejas con tu vida

-Ahora que me lo has pedido tú lo haré con más ahínco todavía pues ya lo hago.

Lo siento, sé que es demasiado corto pero es que últimamente no estoy demasiado inspirada, aún así quisiera agradecer a todos los que leéis mis historias y espero que las disfrutéis tanto como yo a la hora de escribirlas. ¡¡¡¡Gracias!!!!