10 de Abril: Algo anda mal...

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¡Hey, hey, hey Alice!, ¡Déjame entrar! ¡¡DEJAME ENTRAR, MALDITA!!
Me abrazaba a mi misma y con los ojos cerrados golpeaba mi cabeza levemente contra el muro, ya no aguantaba, desde anoche las voces no dejan de molestar, y esa niña, la que había salvado de ser arroyada, no deja de venir a tratar de llevarme con ella a no sé dónde, Él está viéndome por las rejillas de la ventana riéndose en voz baja, y ese maldito extraño sonido gutural se alcanza a escuchar de manera ligera, vi una sombra asomarse por el espacio de la puerta notando que era una enfermera, me detuve y la miré, sonreí como si estuviera perfectamente ignorando los gritos y alaridos que había en mi cabeza, sumando a la niña tratando de arrastrarme y a Él golpeando los barrotes, ella me devolvió la sonrisa y siguió su camino, apenas se alejó y dejé caer mi cara al piso ahogando en el un grito bastante corto, contuve la respiración y la solté de golpe, estaba agotada, no noté cuando me quedé dormida...
Me despertó un rayo de sol directo en la cara, a duras penas pude levantarme y me apoye en la pared, no se por qué estaba sintiendo ese horrible peso que no había sentido en tantos años, me senté en la cama a esperar a que llegara la enfermera a abrir para traerme el desayuno como cada mañana, me mantenían despierta las incoherencias que decía el tipo de al lado
- Milla... Tú ibas a ser mía y... Y te... - Rió- Y te llevaron... Malditos... ¡Te alejaron! - Comenzó a llorar de manera desgarradora
- Hey -Dije a través de la pared- ¿Podrías lamentarte mas tarde?
- ¿Milla?, ¿¡Milla!?, ¡Milla, eres tú!, ¿Cierto?, ¡¿Cier-... No... Eres... Eres él...
- No puede ser...
El tipo enloqueció, comenzó a golpear violentamente la pared, ésta era delgada y juraría que escuchaba el yeso romperse, el gritaba cosas como ¡Tú me la quitaste! Y yo ya no podía con el miedo, retrocedí y comencé a tocar la puerta desesperadamente, nadie me escuchaba, la pateé y empecé a llorar pues él se oía cada vez más cerca, los golpes cesaron, pero luego regresaron con más ira, esta vez no usaba sus puños si no todo lo que estuviese a su alcance, él quería romper la pared y iba a hacerlo, luego... Ví sus dedos ensangrentados asomándose por ella, comencé a gritar por ayuda, gritaba y gritaba desesperadamente y nadie me escuchaba, no se cómo sentí que me tomaban violentamente del cabello y me arrojaban al suelo, la niña lloraba, ese tipo enloquecido me pateó el estómago y me gritó en la cara ¡¡Nos iremos de aquí cariño!!, me pateó la cabeza y... Desperté.
Me despertaron los rayos de sol. Respiraba agitadamente, la pared estaba intacta y yo no podía recuperar el aliento, un guardia pasó caminando, me acerqué a la puerta y pregunté
- ¡Señor, señor, espere! El hombre de al lado... Ah... ¿No ha salido, verdad?
- ..No... Puede estar tranquila
El hombre se veía confundido increíblemente, retrocedí, luego recordé, levanté mi blusa... Ahí estaba el golpe. Diferente. Era una quemada en forma de mano.

El Extraño Caso de Alice. #Gemma'sAdwards2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora