4 de Abril.

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Retrocedí, estaba aterrada, los enfermeros o guardias no entran a estar horas, sé que es tarde pues el reloj siempre hace un escándalo cuando dan las 12 y eso pasó hace ya.... no se... mucho... Tenía miedo de que fuera el loco del cuarto de al lado, ese tipo pudo haber noqueado a uno de los guardias y quitarle las llaves, él solía asesinar chicas menores de edad... como yo... Pero luego reaccioné, corrí hacia la puerta y detuve la perilla con ambas manos, pero esta estaba por ceder, sea quien sea la persona del otro lado es fuerte y se dispone a entrar, no lo soporté más, por mas fuerza que ejercía la puerta se abrió, pero no vi a nadie... O eso hubiera deseado... Él. Estaba parado frente a la puerta a medio entrar, maldita sea, era tan alto que tenía que agachar la cabeza para poder estar parado en ella, comencé a temblar y sin darme cuenta a susurrar cosas incoherentes, él se acercó caminando lentamente hasta quedar justo enfrente de mi, giré la cabeza hacia otro lado y cerré los ojos apretando los labios, esperando lo peor, otra vez no, los susurros regresaron, Hey, hey tú! Hey Alice! Oye, oye, oye... otra vez me estaba alterando, los susurros se transformaron de voces a una especie de grito gutural que apenas se distinguía, luego comenzó a ser más y más fuerte, ya... ya no quería...
- ¿Que... quieres de mi?...
- Nos vemos pronto
En las paredes comenzaron a dibujarse ojos, parecían hechos con la misma piedra que yo usé, las pupilas se movían hacia todos lados frenéticamente, en cuanto todas dieron conmigo comenzaron a hacerse rojas y llorar sangre, el grito de antes ya era totalmente imposible de ignorar y me taladraba los oídos, los ojos comenzaron a hacer un chirrido infernal que ya no soportaba, me aturdí tanto que caí al piso apoyando mis manos para evitarme el golpe en la cara, respiraba de manera agitada, levanté la mirada y vi como Él se acercaba a mi, y me susurró algo en el oído, remarcando cada palabra y disfrutandolo "Nos... vemos... Pronto.."
Perdí la consiencia, no se cuanto tiempo dormí a decir verdad, pero me despertó el horrendo grito de una enfermera que, a la vez; dejó caer una bandeja con medicinas y cosas que hizo un ruido estruendoso, salió corriendo, miré a mi alrededor buscando el por qué de su reacción, y bueno... no la culpo... en toda la pared habían cientos de ojos rasgados, con pupilas rojas, y llorando sangre...

El Extraño Caso de Alice. #Gemma'sAdwards2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora