El Extraño Caso de Alice. #Gemma'sAdwards2016

Adiós, hermosa y cruel realidad

Muerte, frío, miedo...
...Os arrepentiréis
- Alice
- ¿Mh? - Miré a Damon con cierta indiferencia -
- Sobre lo que pasó en tu casa...
- Oye, olvidalo. No pasó nada que pudiésemos lamentar y es lo importante
- Soy un asesino
- Eres-
- Soy un monstruo
- Damon, escuchame, no-
-  Soy una mierda
- ¡Damon!
Me miró, estaba sufriendo. Y yo no lo podía evitar, ¿Por que?, por que era débil y me sentía mal también, y por mucho que intentaba hacerlo al revés, primero debía apagar mi incendio antes que el de él. Pero en nuestros casos...
Parecía imposible congelar el infierno.
Éramos dos chicos a la derriba escondiéndonos de algo que no podíamos ver a simple vista, si no que debíamos sentir, pero el miedo siempre se siente. Era imposible identificar si Él estaba con nosotros, o no.
Había logrado poseer a Damon, y eso hacía que él se sintiera débil, y eso lo volvía un vulnerable blanco ante la mirada del mal. A estas alturas aún hacía frío, y estaba lloviendo a cántaros, como era de esperarse no había electricidad en la bodega así que teníamos que movernos con cuidado en busca de algo que pudiera proveernos un poco de iluminación, no sabíamos que clase de cosas »o personas« podría haber rondando por ahí, así que encontrar luz era nuestra única viabilidad para no estar tan desprotegidos, aunque podía ser un arma de dos filos, tal vez a lo que estaba ahí le gustaba seguir la luz...
Alice, hey, hey Alice, ya viene, no podemos prometer un para siempre.
Lo sentimos.
¿Que?
En la lejanía, él ya vendrá.
...Os arrepentiréis
Muerte, frío, miedo...
...Os arrepentiréis
No
Yo soy todos ellos
No
YO SOY TODOS ELLOS
¡NO!
- ¡Alice!
...Conocía esa voz. No podía ser ella. No era ella. No era ella.
- ¡Alice, aquí estás!
- ...¿Mamá?
- Hija, ven conmigo, estarás bien
No podía verla. La escuchaba a lo lejos, el sonido venía de un pasillo oscuro que daba a una puerta con una pequeña ventana cubierta por una rejilla. No. No iría ahí.
- Alice, por favor, ven conmigo, estaremos bien, juntas
No es ella. No es ella. No es ella. No es ella. No es ella. No es ella.
- Mamá... No
- Quiero evitar que hagas algo malo, quiero evitar que ese niño te haga daño
- ...¿Damon?... No
- Hija... Es un asesino. No trabajaba en el hospital, estaba internado. Él... Los mató a todos
- ¿Que?
Alice
- Si. A su familia. Su hermana vivió. Y ahora está muerta también.
- Lo sé. No me importa
Alice, no la escuches
- Hija, él inició el incendio
- No es cierto
- Estaban dándole una de sus terapias, y uno de los enfermeros fue imprudente
- Cállate
- Tenía un cigarrillo entre sus labios
No es ella. No es ella. No es ella. No es ella. No es ella. No es ella.
- ¡Cállate!
- ...Y lo mató, como a todos los demás
ALICE NO LA ESCUCHES, YO SOY TÚ, SÉ CÓMO TERMINARÁ
- ¡Cállate niña, tú no eres yo! ¡Y tú no eres mi mamá!
Silencio.
Una vez más, silencio.
Estaba sola.
Hasta que gritó.
Mi madre gritó.
Estaba tras la puerta, y no paraba de gritar, y luego lo escuché. A Él.
Alice. Te arrepentirás.
Corrí sin importar la densa oscuridad del pasillo y traté de abrir la puerta, mamá estaba tras la rejilla gritando y rogando que la dejara salir, lloraba, y sus manos sangraban de tanto rasgar la rejilla de la ventana en un frenético intento de arrancarla, escuché pasos acercarse tras de ella, y a pesar de la oscuridad noté su silueta dibujada como si estuviese a contraluz. Él. Obviamente.
Embestí la puerta con todo mi lado izquierdo una y otra vez hasta que mis huesos dolieron, y ésta cedió. Saqué a mamá de ahí, azoté la puerta para que ésta se cerrara y corrí, mamá aún lloraba y preguntaba a gritos lo que ocurría sin obtener otra respuesta de mi parte que una aceleración en mi andar, hasta que tropecé, y caí al lado de mi madre.
No es ella. No es ella. No es ella. No es ella. No es ella. No es ella.
Claro que era ella.
Al menos... Era su cadáver.
- Te arrepentirás
- No
- Mírala, Alice, mírala, yo lo hice, yo lo hice, no podía ser ella, ¿Verdad?, es ella, yo soy ella, yo soy todos ellos, yo soy Él, yo soy todos ellos, yo soy Dios
- ¡CÁLLATE DE UNA PUTA VEZ!
Estalle en una especie de ataque histérico que fue incluso más fuerte que los ocurridos en el psiquiátrico.
Estaba de rodillas abrazándome a mi misma... Y riendo.
Riendo.
Riendo.
Mi mamá estaba muerta.
Damon posiblemente también.
Él estaba aquí.
Iba a morir.
Iba a morir.
Todos vamos a morir.
Todos vamos a morir.
Todos vamos a morir.
Tú vas a morir, yo voy a morir, Dios murió, y el mal reinó sobre su llamado paraíso haciéndonos creer que aún había alguien para guiarnos, la verdad estaba sobre mis ojos, rezar no iba a servirme de nada ya que Dios no podía escucharme, los muertos no escuchan y no hacen milagros. Y los milagros no existen.
Tal vez ni siquiera Dios tampoco. Y el mal si. Tiene sentido. Crear una figura que representara autoridad, perfección, santidad, poder, todo para sentirnos protegidos de un mal que nos acecharía al azar por simple diversión y que nos mostraría la verdad para luego asesinarnos y hacernos consientes de que estamos solos contra la oscuridad.
Yo sé la verdad.
Todos vamos a morir.
Todos vamos a morir. Todos vamos a morir. Todos vamos a morir. Todos vamos a morir. Todos vamos a morir. Todos vamos a morir.
Ya todo está escrito.
El final va a llegar.
- ¡Alice por favor reacciona hay que irnos!
- La oscuridad ya viene- susurré
- ¡Alice, respóndeme!
- ¡La oscuridad ya viene! ¡La oscuridad ya viene! ¡La oscuridad ya viene! ¡La oscuridad ya viene!
Y caí.
Sentía como todo se desvanecía ante mis ojos y la silueta de Damon se hacía menos visible, al igual que su voz.
...Su preciosa voz.
Quebrada.
Como yo.
Sentí algo húmedo correr por mi mejilla. Estaba llorando. Yo no podía llorar. Damon sí. Damon lloraba. Damon estaba sufriendo. Y yo no podía evitarlo. Primero tenía que apagar mi incendio. Y es imposible congelar el infierno.
Luego pensé en su rostro sonriendo el día que salimos del hospital, y fue bueno.
Luego pensé en mi madre cuando la vi por última vez, y puedo recordar cuando la vi por última vez, y fue bueno
Luego pensé en mi antes de tanta mierda, y estuvo bien.
Recordar estuvo bien.
Podía escucharlo cerca de nuevo
- ¡¡Alice!!, ¡¡No me dejes!!, ¡¡No me dejes!!, ¡¡Me moriría sin ti!!
...Damon
- Damon
- Oh Dios, por favor, Alice perdoname no pude protegerte otra vez, perdoname, perdoname
- Damon, nadie puede protegernos, no podemos ser salvados, lo sé, pero está bien, estamos juntos, aún
- ¿Que estás diciendo, Jefferson? Te voy a sacar de aquí, no van a encontrarnos, vas a estar a salvo
- En ningún lado estaremos a salvo, va a regresar, siempre vuelve, ahora lo entiendo, Él no es un niño que vi morir... Si no la representación de mi miedo ante eso
- ¿Que?
- Los terrores nocturnos empezaron desde que vi su cadáver mi padre también los tuvo pero con él eran simples pesadillas con un niño similar fue una coincidencia pero conmigo fue distinto guardé tanta negatividad que lo dejé entrar los demonios entran cuando estás destrozado y vulnerable y en mi casa todo marchaba mal el insomnio me estaba creando trastornos mis padres peleaban fue su oportunidad y estuvo mal estuvo muy mal que yo fuese débil
- ¡Alice, respira!
Era cierto, no estaba respirando. Estaba hablando demasiado rápido, y aquél sentimiento de pánico e histeria no se iba. Comencé a respirar de forma agitada y a ver borroso de nuevo, lo sentía. Sus manos me estaban tomando del cuello y levantándome del suelo, Él.
No lo hacía solo, estaba usando a Damon, que aunque trataba de pelear, no lo lograba. Estaba cansado, débil. Yo ya no me sentía con fuerzas y mis intentos de escapar fueron en vano.
Ya no más.
Ya no tenía miedo.
Podía recordarlo todo, a ese pequeño niño que murió en el funeral de su extraña abuela, de la cual se rumoreaba, practicaba bru
- Alejate de mi, Glenn, debo dejarte ir ahora
Sentí cómo mi cuerpo se azotó contra el piso y mi cráneo comenzó a sangrar, mientras Él salía de Damon.
Ahora lo recordaba. Se llamaba Glenn Staff, y era mi mejor amigo. Mi vida se fue a la basura después del incidente en el funeral de su abuela, en el que murió intentando hacerme feliz. Y yo no le ayudé.
No lo hice.
Y ahora recordaba el nombre del ente que su abuela muerta siempre mencionaba supuestamente por temor.
- Ya es hora de dormir, Staff.
- ¡Te arrepentirás!
- Ya es hora de dormir, Abigor.
Todo se incendió de golpe, haciéndome caer una vez más.
Era curioso... Cómo el lugar se consumía a pesar de la tan intensa lluvia torrencial...
Damon me levantó y juntos buscamos la salida de la bodega, sin éxito alguno. El humo estaba ahogándonos, y él ya no podía continuar más. Cayó, y luego vi cómo sus ojos se abrieron, con dificultad señaló algo. La salida. Lo llevé conmigo como pude, e intenté abrir la puerta, atascada, como era de esperarse. El metal ardía, y mis manos ardieron, ya había durado mucho, finalmente cedí.
Fui a dar al suelo, me arrastré de modo que mi espalda quedaba recargada en la puerta de salida, miré a Damon que estaba sentado junto a mi, y me tomó de la mano mientras me sonreía. Con un hilo de voz, me dijo
- Siempre estuve enamorado de ti
- ¿Te parece momento para eso? - Reí
- Oh, vamos...
- Hey... Creo también lo estoy
- Te quiero, Alice
- Y yo a ti
Sentimos como el piso comenzaba a vibrar y las vigas del techo caían, el lugar ya se estaba derrumbando. Me dejé caer de modo en que mi cabeza quedó recargada en el hombro de Damon, y fue bueno. Levanté la mirada y lo que recibí fue un beso. Ambos miramos hacia el frente esperando lo peor, y pude ver a mis padres a lo lejos entre el fuego y los escombros. Me sonreían y me decían que fuera hacia ellos, escuché un crujir justo encima mío, miré a Damon sabiendo lo que iba a pasar, vi la angustia reflejada en su rostro, él también lo sabía. Miramos el techo y vimos una viga cayendo.
En mi opinión, fue una manera bonita de morir.
La vida da muchas vueltas, y a la vez, uno puede adivinar lo que pasará si se pone a pensar...
Y sin embargo no podemos escoger lo que pasará con nuestras vidas.
No podemos escoger lo que será de nuestra vida.
¿Que gracioso, no? Incluso cabe la posibilidad de que algo más lo escoja por nosotros. Quién sabe, no sabemos si realmente existe el bien... O el mal.
Siempre recuerden. El hecho de que el mundo te grite que estás loco, no significa que lo estás.
De igual manera...
Gracias por detenerse a escuchar mi historia.
Hasta luego, amigos, y gracias por creerme.