Preguntas Dolorosas

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Silencio. Había un impenetrable silencio por parte del viento, de la noche, del ambiente, de dos chicos que caminaban desamparados hacia donde la voluntad del destino los llevara...
Es irónico pensar como hace unas pocas horas se sentían sin esa carga en sus hombros, sin ese miedo de aprensión, pero ahora debían permanecer callados y ocultos pues seguían buscándolos, una carretera con un letrero conocido nos dio la señal de que nos acercábamos a la ciudad, una sonrisa se dibujó en la comisura de los labios de Damon, sonaba como si aguantara la risa
- ¿Que pasa?, ¿Te diviertes?
- No, solo recordé una vez que iba caminando por aquí y un tipo perseguía a una vaca, fue épico
- Aquí cerca no hay vacas. Se supone que la de las alucinaciones soy yo
Damon bromeaba mucho para tratar de bajar la tensión en el ambiente, pero simplemente no lo lograba, todo estaba tan callado y pacífico que daba mala espina, algunos edificios seguían en funcionamiento, veía como la gente que salía de sus trabajos corría lo más rápido posible a sus autos o por un autobús, incluso, iban a recogerlos, las casas, con ventanas cubiertas celosamente y barandales cubiertos de candados que ocultaban las puertas principales, apenas una tenue luz encendida, nos daba indicios de que algo malo ocurría, tomé a Damon de la mano y corrimos lo más rápido posible, yo sabía moverme en ese lugar como si fuera mi propia casa y esa era nuestra ventaja, en un reloj digital que tenía la pantalla de un edificio se presumían las 11:57 am; la hora de las brujas ya se aproximaba.
Seguimos nuestro camino hasta que tuvimos que parar y escondernos en el callejón al lado de la escuela, había una patrulla de policía y no sabía que tan extensa era la búsqueda, además de que, si yo fuera caminando a estar horas y me topara con dos chicos vestidos de un blanco grisáceo repleto de quemaduras, algo de sangre y cara de pocos amigos, no dudaría en salir como flash de ahí.
En cuanto el camino parecía seguro, seguimos avanzando hasta que vi a lo lejos la pequeña colonia de casas de clase media alta, que sin embargo no era privada. Caminamos por la acera hasta la casa que se encontraba justo en medio del lado izquierdo de la calle, Damon se quedó parado y yo avancé hasta la entrada. Dudando un poco en lo que estaba haciendo, toqué el timbre. Nadie respondió. Insistí, una y otra, y otra, y otra vez, y nadie respondía. Procedí a golpear la puerta varias veces, esta vez, escuché unos leves murmullos provenientes de la sala de estar que estaba relativamente cerca de la puerta, hubo silencio.
El silencio se acabó.
En una extraña exclamación de sorpresa, todos los cerrojos movieron su mecanismo desde adentro y la puerta se abrió dejando salir a mi madre disparada a abrazarme, miré a mi papá, se acercó junto con ella y ambos ya estaban sacándome el aire.
Me hicieron pasar rápido a la casa y antes de que cerraran la puerta vi que Damon seguía ahí
- Mamá espera
- ¿Que pasa?, ¿Necesitas algo?, ¿Estás bien?
- No no, todo esta bien, solo...
Miré a Damon en señal de acércate, el se puso algo nervioso, y caminó hasta la entrada
- Hija, esto...
- No mamá, no es ningún loco. Me ayudó a salir, no lo hubiera logrado ni de broma de no ser por él
- Oh chico...
Sin importar nada, mamá le dio un abrazo a Damon y le susurró un "gracias" en el oído, él no supo como reaccionar, hace mucho que no recibía muestras de afecto por parte de una figura materna. Por parte de nadie.
Papá suspiró y lo dejó entrar, cerraron la puerta de nuevo y nos sentamos en la sala
- Alice, ¿Cómo salieron de ahí?, vimos en las noticias que el edificio se consumió en llamas totalmente y yo... Pensé lo peor...
- Tranquila, madre, uno de loa reclusos fue el causante del incendio. Solo se eso. - Mentira - Lo importante es que estamos aquí
- La ciudad entera está en pánico, se cree que escaparon en total diecisiete reclusos, claro, si es que sus cadáveres no se hicieron cenizas - Mamá le dio un leve codazo a papá por la naturalidad en que decía algo tan grave-
- No se qué tan extendida sea la búsqueda, solo se que se está realizando
- Y dime chico, ¿Cual es tu nombre?
Damon levantó la mirada hacia mi padre, se le notaba aún nervioso, y no lo culpo, a pesar de la situación mi papá se mostraba notoriamente "celoso", además comencé a pensar, ¿Que pensarías si tu hija llegara a casa con un presunto asesino?, debíamos inventar algo, rápido, antes de que pudiera articular una palabra, fui interrumpida
- Me llamo Damon Myers y tengo 17 años, señor.
- ¿Cómo conociste a mi hija ahí adentro?
- Yo me encargaba de la enfermería del sanatorio, Alice fue llevaba conmigo al menos tres veces para atender algunos golpes leves ocasionados por el mismo personal que debo agregar, trataba a los reclusos de manera degradante.
- Supongo que eso explica tu peculiar "atuendo"
- Oh, eso. En realidad doctores y reclusos vestiamos de forma similar, la única distinción eran las batas y cubre bocas, en ocasiones también guantes
- Si, llegué a verlos... Y dime, ¿Que hacía un chico tan joven en un lugar así?
- La vida atentó en contra de mi hermana y yo, haciéndonos quedarnos solos en el mundo. Yo estaba estudiado y ella en proceso de, la necesidad llamaba.
- Oh... Lamento escuchar eso
- Esta bien, es algo que superamos hace mucho
- Una última pregunta, chico
- Lo escucho
- ¿Que le pasó a tu cabello?
- ...Es una condición poco común... Se llama Marie Antoinette Syndrome. Es causado por un estrés o miedo extremo, lo tuve precisamente en el incendio
- Bien creo que ya le has hecho muchas preguntas dolorosas, ya deberías dejarlo en paz, nuestra hija está viva y aquí gracias a él, ¿O no?
- Si.. Lo se. Lo siento... ¿Damon?
- El mismo.

El Extraño Caso de Alice. #Gemma'sAdwards2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora