Capítulo trece.

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Megan.

Abro los ojos lentamente y  noto clmo unos fuertes brazos rodean mi cintura.

Intento darme la vuelta, pero no puedo.

Recuerdo la estúpida pregunta que le hice anoche a Jesús.

Aun no entiendo como se ha quedado aquí, conmigo.

Tanto intentar darme la vuelta para quedar cara a cara con él, al fin lo consigo.

Examino su rostro detalladamente y sonrío.

Tiene los labios entreabiertos, y son gorditos y rosados. Un corto mechón de pelo le cae por la frente. Su pecho sube y baja lentamente, al compás de su respiración.

Enredo mi dedo en su mechón de pelo y lo acaricio suavemente, cuando la puerta de la habitación se abre bruscamente.

- ¡Oviedo! -grita una voz de un hombre, haciendo que Jesús se sobresalte y lo mire.

Abre los ojos de par en par y, seguidamente, se levanta de mi lado para ir hacia el hombre.

- ¿Qué cojones haces aquí? ¡Te dije que ningun secuestrador podía dormir con su jodida secuestrada! -le grita a Jesús.

Este se acerca aun mas a él, y le agarra la cara.

- ¿Desde cuándo tú me das órdenes a mí, Heaslip? -le pregunta Jesús con un tono de rabia.

Al ver que el otro hombre no dice nada, lo suelta y lo echa de la habitación.

Se da la vuelta lentamente y me mira. Sus ojos reflejan rabia, y admito que algo de miedo me da.

Bajo la mirada al suelo y Jesús se calza.

- Después traigo tu desayuno. -dice con un tono frío y sale de la habitación, dejándome desconcentrada por su indiferencia conmigo.

.......

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Secuestrada. | J |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora